Venezuela

Cazando meñique bajo la luz electoral (+Fotos)

Siempre fue divertido “cazar meñiques” en días electorales. Ver el rostro de la persona y chequear indiscretamente su meñique derecho para ver si había votado se convertía en todo un pasatiempo. Luego estudiar a la persona, quizá juzgar sin saber nada. Es difícil a ciencia cierta detectar a plenitud un dedo meñique. Pero una mano sobre la mesa o que se abre revela pronto algo morado o, en su defecto, la falta de tinta. Luego preguntarse ¿Por qué a esta persona no le interesa votar?

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Texto: Andrés González Camino Foto: Tuki Jencquel

Esta vez movilizamos nuestra curiosidad hacia otros niveles de intromisión. Cámara en mano nos fuimos al corazón de Caracas, Plaza Venezuela. Con la característica luz decembrina de Caracas y en plena faena electoral en curso decidimos abordar aleatoriamente a las personas que circulaban para muy cortesmente tener conocimiento de su sufragio a través de la tinta morada en el meñique. Una muestra positiva y voluntaria, a veces orgullosa, con toda la peculiaridad que cada quien posee, ratificaba su ejercicio como ciudadanos. Incluso, más allá del tabú polarizador, algunos no escatimaban en decir por cuál bando votaron.

Dejar las intimidaciones a un lado nos hacen concluir que la gente quiere entenderse normalmente con los demás. El acercamiento es importante. La curiosidad también. De manera sana el ciudadano de a pie se siente estimulado por esta fecha.. Sobre todo hoy.

Por otro lado, en nuestro particular sondeo, la abstención fue minoría. En un principio quisimos escrutar y retratar únicamente a los dedos sufragadores, pero caímos en cuenta en que también hay que llevar cierto registro de los que no votaron. Total, nadie está exento de esta jornada electoral y de su inusual impacto entre el resto de los días corrientes.

La tarde del domingo se veía esplendida en medio de los iconos capitalinos que aparecen también como protagonistas de una ciudad apaleada pero hermosa. En donde la gente aprovecha el resto de las horas de luz hasta decirnos “ahora chévere pero esto va a estar candela en un rato pero ya tú sabes que la gente va tomando conciencia».

El presagio catastrófico de siempre se avecina. La previa de la tensa calma está en ciernes. Faltan horas para darnos cuenta de muchas cosas, para bien o para mal. La captura del meñique lo dice todo y, mientras el sol se esconde detrás del Valle de Caracas, sólo queda la espera y la paciencia entre ánimos cálidos y un panorama siempre difícil.

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