La movilización fue incapaz de llegar a la sede del organismo electoral, tal y como como habían previsto sus líderes, por el piquete que desplegó la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en la principal autopista de Caracas y en sectores como Bello Monte, El Recreo y Plaza Venezuela.
Ante el desespero y la rabia por no cumplir con sus deseos, centenares de opositores tomaron un viejo puente ubicado en los «caminos verdes» que comunica el río Guaire con el estadio Universitario para tomar la autopista a así llegar a la sede del Poder Electoral, en el centro de la capital.
Al menos quinientos opositores pasaron por un empinado camino lleno de lodo y plagado de botellas rotas para ingresar al viaducto e interrumpir en el flujo de vehículos que transita a diario en la ruta que atraviesa la capital.
La toma de la autopista
La «toma» generó una descomunal tranca de vehículos -el paso se trancó justo a la altura de la estatua de María Lionza- y paralizó las demás vías alternas que comunican al este con el centro de Caracas hasta el mediodía.
Unos drones, que según el Gobierno iban a ser utilizados para combatir el hampa, grabaron desde el aire durante toda la manifestación.
Los opositores ignoraron el llamado a la paz que habían hecho hecho dirigentes de la oposición, como el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup. El diputado increpó a un periodista a formular vías de «civilidad» ante el cerco que montaron los cuerpos de seguridad para impedir la movilización desde Colinas de Bello Monte.
Entre quienes desoyeron el llamado del jefe del poder legislativo, figuraban diputados opositores como Adriana D ‘ Elía o Juan Reaquesens, quien se mantuvo a la cabeza de la movilización que culminó en las cercanías de la estatua de María Lionza.
Un joven fue herido en la nariz por un escudo antimotín de la GNB en ese mismo trecho.
Al gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, le rociaron gas pimienta mientras intentaba dialogar con efectivos de la PNB desplegados en un piquete en el puente que comunica Plaza Venezuela con el cuartel general de Banesco. El anillo de seguridad que lo rodeaba supervisó su salida de la manifestación.
Las acciones vandálicas no se hicieron esperar. Al menos nueve celulares fueron robados a las personas que participaban en la movlización, según denuncias de periodistas y activistas presentes.