Venezuela

Iván Sánchez: "No soy ni hombre ni mujer"

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Iván tiene 17 años y dentro de unos meses cumplirá su mayoría de edad. Desde que asumió su identidad, su familia – a excepción de su mamá- le dio la espalda por completo.

Hay que ser paciente en una sociedad tan compleja aunque algunos pretendan ser liberales. Su cara, sus manos, su delgado y menudo cuerpo no se identifican con el sexo femenino y tampoco con el masculino. Iván, es un ejemplo de lo difícil que es vivir y encajar en cualquier lugar de la ciudad sin tener que ser víctima de la homofobia.

El 12 de mayo la Asamblea Nacional aprobó en primera discusión el Proyecto de Acuerdo para declarar el 17 de mayo como «Día contra la Homofobia, la Transfobia y Bifobia» en Venezuela, sin embargo, la lucha por los derechos civiles de miles de venezolanos que forman parte de la comunidad LGBTI está dando sus primeros pasos, aún cuando se discutan las leyes y se firmen acuerdos o no, vivir en una Venezuela “machista”, conservadora y religiosa siendo homosexual desde temprana edad, es como vivir en un infierno lleno de obstáculos.

Iván tiene 17 años y dentro de unos meses cumplirá su mayoría de edad. Desde que asumió su identidad, su familia – a excepción de su mamá- le dio la espalda por completo. Su abuelo materno, era el vivo ejemplo del hombre con carácter fuerte que regía todas las normas de su casa. De su generación, sus tíos y primos han heredado los conceptos “moralmente correctos” de su abuelo.

¿Cómo ha sido esa búsqueda por encontrarte a ti mismo, quién eres en estos momentos?     

Ha sido muy fuerte, ni siquiera en tu grupo de amigos comprenden lo que eres aunque digan ser personas “mente abierta”. Si de por sí convivir con la sociedad en la que vivimos es complicado, imagínate que tus amigos, tampoco te entiendan. Es muy duro no sentirse a gusto en un ambiente donde puedo ser “libre”. Parece que nadie quiere aceptar la diferencia de los otros y eso tranca esa movida de tu propio ser.  Yo creo que he pasado por todo tipo de sexualidad. Primero, quise ser heterosexual, no funcionó por su puesto.

Cuando descubrí la bisexualidad, entonces me dije que tal vez era bisexual ¿por qué no? El mundo es muy amplio para etiquetarse como una sola cosa porque te gusta algo y ya. Luego entendí que de ninguna manera me gustaban las mujeres y pensé: soy gay. Por definición, soy gay. Pero después que descubres tantas cosas de la homosexualidad, ni siquiera te sientes homosexual y pasé a creer que tal vez era pansexual (se refiere a las personas que pueden sentirse atraídas por cualquier género o sexo) y me atraía realmente lo sentimental y lo que me causaran esas personas  en el momento.

Posteriormente entendí que hay una infinidad de cosas y justo ahora no puedo definir mi sexualidad. No tengo una definición certera de lo que soy, podría decir que soy no- binario. Hay dos tipos: los que no son ni hombre ni mujer y los que son hombre y mujer y tampoco me siento identificado.

Si no te identificas como hombre ni mujer ¿cómo ha sido tú acercamiento a la sociedad?

No muy bueno. No es normal que la gente te vea tanto. En Venezuela la gente no está lista para aceptar algo que sea diferente a ellos o que les permita expandir un poco más el pensamiento. Es como si la sociedad quisiera quedarse con lo que ya sabe y tiene porque no necesitan más y se conforman con lo que normalmente ven. Ni siquiera son capaces de admirar la belleza de personas diferentes porque viven de estereotipos muy predominantes que ya todos sabemos. Me ha pasado que voy en el Metrobus y nadie se me sienta al lado por ejemplo.

En las camionetas también me pasa y a veces pienso -muy en broma- que son los beneficios de la “maricura” pero se siente chimbo. Te excluyen, te apartan y te sientes como un enfermo.

¿Cuál ha sido el rechazo más duro que has tenido que vivir?

Definitivamente el de mi hermana. Siempre me dijeron: “No existen los amigos, confía en tu familia” pero no, todos me tildaron como una “maldita peluquera” y mi hermana es contemporánea a mi, nos llevamos sólo un año. Yo esperaba que fuese mi punto de apoyo como yo la he apoyado en su disfrute sexual porque todos somos libres de experimentar, pero no cuento con nadie. A pesar de que mi mamá me ayuda económicamente, solo queda en eso: una ayuda monetaria, nada más allá.

¿Sientes miedo de vivir en una ciudad como Caracas siendo lo que eres y no temes expresar?

Claro que siento miedo. Por citarte un ejemplo y una muy mala experiencia, una vez estaba con dos amigas y ellas no estaban acostumbradas a usar shorts cortos. Salimos las tres en shorts, ese día hacía calor y estábamos por Chacao, un municipio donde además podemos estar “tranquilos” y de repente estaban dos personas del SAREN (Servicio Autónomo de Registros y Notarías) junto a una patrulla de PoliSucre y pasamos cerca – había gente borracha- y uno de ellos nos dice: ¡Malditos maricos! Me volteo, los miro y les dijo que respeten porque no nos estábamos metiendo con ellos.

En ese momento comenzamos a discutir, me intenta golpear y cuando lo evito saca una pistola y dispara dos veces al suelo. Todavía recuerdo los pequeños sedimentos del pavimento rozándome las piernas. No obstante, es peor cuando buscas ayuda y la gente te la niega. Hay personas malas, a mi me han lanzado papeles en el Metro, me han acosado, me gritan cosas como: “Provoca matar a un marico hoy” y ese tipo de cosas son las que dan miedo en esta ciudad. Pero no me puedo dejar llevar por el acosamiento.

Has vivido momentos muy duros ¿cómo haces para enfrentar el día a día, seguir con la rutina y ser optimista ante tantos obstáculos que has tenido que afrontar?     

Lo bueno de ser venezolano es que tenemos un chip en la cabeza que nos podemos poner y quitar después de tener un día de mierda. Primero trato de ignorar, comienzo el día siguiente pensando que todo estará bien y decreto que tengo derecho a ser feliz, así que lo intento todos los días. Hasta ahora ha funcionado de vez en cuando, aunque no digo que todo sea perfecto.

¿Cómo están tus sentimientos, pensamientos y emociones en este momento con tantas cosas que debes soportar?

Me siento muy vacío. No cuento con mi familia, no tengo apoyo por ese lado por lo menos para sentir esa compañía. En lo amoroso, vivimos en un país donde aun así siendo gay o lo que sea, no nos aceptamos los unos a los otros y menos a una persona “hombre” que se pinte las uñas o se ponga labial. No consigo trabajo por ser lo que soy. Vivo en una ciudad totalmente incoherente.

Una vez fui a buscar trabajo en una peluquería y no me aceptaron porque tenía puesto leggins, algo muy absurdo teniendo en cuenta que en ese lugar trabajan personas homosexuales. Ni siquiera vieron mi formación, no lo tomaron en cuenta, cómo te ves es más importante. Entonces no logro conseguir nada, me siento muy frustrado.

¿Cuál es tu crítica a la comunidad LGBTI en Venezuela?

Aquí todos viven bajo un concepto de aceptación, la gente nos quiere encasillar. Ni siquiera nos aceptamos nosotros mismos, no existe ningún homosexual que yo conozca que no critique a otros por como son. Incluso, en nuestro mismo círculo social y de amigos nos criticamos y después estamos pidiendo igualdad y respeto, entonces ¿cómo podemos esperar que los otros sean recíprocos con nosotros?

Tengo entendido que quisieras tener hijos y formar una familia ¿qué significa esta última palabra para ti tomando en cuenta tus vivencias?

La familia es como un método de ayuda para que te encuentres a ti mismo y sea un  apoyo para que puedas vivir tu vida en base a lo que necesitas y a lo que viniste a vivir. Tenemos una percepción errada de lo que es la familia. Nos enseñan a depender siempre de ella, a que debemos pasar mucho tiempo a su lado. Todos somos seres únicos y sí, la familia debe estar allí para guiarte de alguna manera, debe estar allí para aconsejarte en las decisiones y ayudarte a entender si lo que vas a escoger está bien o está mal. Igual, siempre hacemos lo que creemos más conveniente.  La familia está para guiar y no para imponer.

¿Y qué pasa cuando llega diciembre?

Los diciembres son fuertes. Uno tiene a sus amigos, pero esos amigos tienen su familia. Por ejemplo, el 31 del año pasado estuve con una amiga que no tiene padres, ambos fallecieron. Estábamos nosotros dos, solos en el mundo y en su caso yo la comprendo pero ¿yo? Teniendo a mi familia y sin que por lo menos un mensaje de texto te envíen para desearte un feliz año o te pregunten un “¿Cómo estás?”… es muy triste, mis diciembres son en soledad. Yo me he acercado a ellos, he intentado enseñarles parte de mi proceso, pero si no se abren y me rechazan ya no puedo hacer nada, lo voy aceptando poco a poco.

Cambiando un poco el tema -noto sus ojos rojos- me dejas claro que no te sientes ni hombre ni mujer, pero ¿Cómo defines la feminidad y la masculinidad?  

La feminidad es la sensibilidad ante las cosas, las mujeres sienten más todo lo que intentan proyectar. Son más fuertes y decididas en lo que quieren lograr. La masculinidad en cambio es libertad, veo a los hombres más libres que las mujeres a pesar de todo este cambio que se está comenzando a escuchar, ver y sentir sobre el feminismo en el buen sentido de la palabra.

Veo a la masculinidad como ese punto de creatividad con poder para abrir puertas. Las mujeres se fijan y se rigen mucho por lo que ven de la sociedad, creo que el hombre es más libre porque no se ata del todo a esos preceptos establecidos. Aquí la mujer sigue jugando al papel de que tiene que ser la esposa perfecta y estar en todo momento para su esposo, debe callarse las cosas y no puede expresarse como se le venga en gana porque debe ser recatada y no debe ser así.     

No quisiera extenderme en lo que que puede ser una conversación de todo un día o quizás muchos más, pero eres joven todavía. La vida a partir de ahora comenzará a demandar más compromisos y responsabilidades para poder seguir echándole pichón a lo que debemos afrontar ¿cómo te ves proyectado a largo plazo?

Hay tres cosas que quiero hacer puntualmente: ser modelo andrógino profesional y elevar mi carrera como modelo al máximo, quisiera escribir así sea un único libro sobre mi vida y mis experiencias porque me gusta mucho escribir y tener hijos como ya te había comentado. Cualquiera de las tres opciones son casi imposibles de realizar en este país y me frustra mucho tener que ver tantos obstáculos, pero para allá estoy apuntando con muchas ganas.  

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