Una vez más la población fronteriza rompió el cerco de seguridad impuesto por la Guardia Nacional Bolivariana, -GNB- luego de esperar algunas horas en cola en medio de un paso lento para acceder al puente Simón Bolívar.
Coreando “ va a caer y va a caer, este gobierno va a caer…» en una estampida multitudinaria que según contabilizó la Gobernación del Norte de Santander, sobrepasó las 25 mil personas, se apostaron provenientes de los diferentes municipios del Táchira y de otras regiones de la geografía nacional.
Ya en suelo colombiano, y con las gloriosas notas del Gloria al Bravo Pueblo, la muchedumbre de venezolanos, en medio de un sol ardiente, caminó en varias direcciones, pero todas coincidieron con un denominador común: comprar alimentos y medicinas que escasean en el territorio nacional.
La Policía Nacional de Colombia, sin revisar documentación alguna, dio la bienvenida al grupo, echando a la borda la teoría de los militares venezolanos, – que minutos antes- habían señalado como responsables del retraso en el paso fronterizo a las autoridades colombianas.
A pesar que las autoridades venezolanas anunciaron que el paso estaría abierto por un lapso de 12 horas, a media mañana de este domingo la GNB, indicaba a las personas que pasaban a Colombia que deberían retornar a territorio nacional antes de las dos de la tarde, porque a partir de allí sería nuevamente restringido el tránsito.
Sin embargo, la población ignoró la advertencia y hasta entrada la tarde aún ingresaban y salían venezolanos a territorio colombiano. Mientras que cada vez más personas se sumaban a las largas colas en las adyacencias de la aduana de San Antonio.
Un día de fiesta
Del lado colombiano, en las poblaciones de La Parada, Villa del Rosario y Cúcuta, los comerciantes y transportistas, aseguraron que desde el cierre de la frontera, no se vivía una «fiesta» similar a la de este 10 de julio.
«Hay ambiente de alegría. Lo que estamos viendo hoy era un día normal antes del cierre de la frontera. Las ventas han caído acá en un 90%. Aquí siempre era así de fluido el comercio porque aquí si hay mercancía, no existe límite, vendemos lo que la gente quiera llevar porque hay suficiente producción para abastecerlo. Los colombianos nunca hemos negado apoyo a nuestros hermanos venezolanos”, dijo Marlene Peña, comerciante de La Parada, corregimiento de Norte de Santander.
En las casas de cambio colombianas se mostraban colas de venezolanos que acudieron a realizar la conversión de bolívares a pesos para poder acceder a los productos. La moneda se cotizó en la zona este domingo a 0.025 pesos por bolívar.
Los supermercados en la zona de La Parada, Villa del Rosario y Centros Comerciales de Cúcuta, redoblaron el servicio de trabajadores para ofrecer un mejor servicio a los venezolanos que abarrotaron los establecimientos, donde después de mucho tiempo volvieron a tener la oportunidad de escoger las marcas de papel higiénico, toallas sanitarias, jabón de tocador, arroz, harina de maíz, aceite, café entre otros productos que escasean en Venezuela.
Rostros de satisfacción y agradecimiento luego de regresar cargados con productos de la cesta básica, desaparecidos en los anaqueles nacionales. Los tachirenses agradecieron al gobierno de Colombia por el gesto de solidaridad y apoyo. Entre la multitud se dejó a gritos un cambio de gobierno en Venezuela, pues aseguran que el actual “los tiene pasando hambre y necesidades”.
Añoranzas
Jennifer Muñoz, estudiante venezolana, 21 años, declaró a El Estímulo que estar en Cúcuta la hizo recordar cómo era Venezuela años atrás.
“Nosotros vivíamos como en realidad debe vivir un ser humano. Tengo un sentimiento de choque y alegría al sentir que en mi país lo teníamos todo y de repente estamos en terapia intensiva. El problema de la alimentación es lo primordial pero a ello se le suma la inseguridad que a diario vivimos y los problemas en materia de salud que ha causado la muerte de muchos venezolanos”, precisó
Por su parte, José Luis Guerrero, presidente de la Cámara Municipal de San Antonio, aseguró que lo que vivió la frontera tachirense este 10 de julio es un episodio histórico que junto al paso que dieron las “Mujeres de Blanco de la Frontera en Ureña”, sin duda alguna acerca cada día al cese definitivo del arbitrario cierre de la frontera.
“Este hecho no tiene por qué agradecérsele al Estado venezolano, ni a nadie porque ellos están en la obligación de garantizar los derechos humanos y el libre tránsito fuera y dentro del territorio nacional es uno de ellos”, dijo.
Francisco Angulo, viajó desde San Cristóbal, con su familia para cruzar la frontera. “Me movió llegar hasta aquí la necesidad que tenemos de comprar comida porque en Venezuela no hay nada. Hoy venimos a Colombia, en familia, vino mi padre y dos hermanos a ver qué podemos llevar porque también es cierto que al pasar bolívares a pesos lo que obtenemos es poco”.
Será el venidero mes de agosto, luego de la reunión anunciada entre los mandatarios de Nicolás Maduro de Venezuela y Juan Manuel Santos de Colombia, cuando se defina el futuro del cese en las restricciones al libre tránsito entre los países hermanos. Mientras tanto los venezolanos organizados aseguraron que seguirán ejerciendo presión para para el restablecimiento total del paso binacional.