Escuela Experimental Venezuela ha sufrido 23 robos en dos años

«Los ladrones le robaron todo otra vez a la maestra» repite un niño de tercer nivel de preescolar de la Escuela Experimental Venezuela, en Bellas Artes, a todo el que entra a su salón. Este lunes, cuando llegaron del asueto de Semana Santa, los alumnos y maestros de la institución se encontraron con 19 puntos que habían sido violentados. Aunque se resisten a acostumbrarse, los destrozos ya casi se vuelven cotidianos: en dos años los han robado 23 veces. 

Esta vez, los ladrones hurtaron la cocina de la cantina -«¿por dónde la sacaron? Eso es inexplicable», se pregunta una maestra-, robaron comida y chucherías, pañales, papel toilet, pega, hojas y creyones. Temen que haya sido una «vuelta de reconocimiento» y que luego, aprovechando que el 19 de abril no habrá actividades, vuelvan por más.

«Se llevaron la cocina y dejaron el gas abierto. Nos da miedo que un día nos llamen y nos digan que la maestra o uno de los niños tienen una pistola en la cabeza. La Dirección de la escuela solo puso la denuncia en el módulo de la Policía Nacional Bolivariana. Un grupo de representantes fuimos al CICPC y nos dijeron que solo la directora o la subdirectora podía poner la denuncia», señala Nicolasa Ortiz, representante de un niño de preescolar y otra de quinto grado.

Los baños de los salones de preescolar quedaron completamente sucios. Los rateros orinaron y defecaron por todos lados.

«¿Por qué no se hace nada, por qué el bajo perfil,  por qué se prohíbe a los maestros denunciar la situación. Cuando llegamos en vez de llamar a la policía, lo que hizo la Dirección fue mandarnos a lavar todo, y eso ha sido igual todas las veces que han robado. No toman fotos, no recolectaron evidencias. Lo que hacen siempre es levantar un acta y ni siquiera reponen los materiales», critica una trabajadora que pidió el anonimato.

Los representantes se plantean acciones de protesta, como cerrar la avenida México, donde está ubicada la escuela, para lograr alguna solución contra la inseguridad. «Aquí ni siquiera nos informan cuando hay un robo, lo sabemos por los niños. Hoy fuimos a hablar con la directora y nos dijo que iban a levantar un acta, pero nosotros no queremos más actas, queremos una denuncia y que se investigue», exige Angie Méndez, madre de otro estudiante.

Historial de agresiones

Los sobresaltos no faltan para los más 700 estudiantes que educa la Experimental Venezuela entre primer nivel de preescolar y sexto grado de educación básica.

Hace tres años la escuela perdió todo su cableado eléctrico, el aire acondicionado del salón de música y más de 15 cuatros. Nada de eso se repuso. Los pasillos en las noches están completamente oscuros, a pesar de que el lugar también acoge a alumnos de la Misión Sucre.

Durante las vacaciones de 2015 desaparecieron cuatro computadoras del salón de informática. «Recogieron las mesas donde iban los equipos y las pusieron en un rinconcito, como para que nadie se diera cuenta, pero yo las conté», recuerda otra maestra.

Además, otras computadoras que había donado la Fundación Bolivariana de Informática y Telemática y que permanecieron en un depósito por más de un año, se esfumaron de sus cajas misteriosamente.

Luego, en julio del año pasado se dieron cuenta de que faltaba una pantalla. También se quedaron sin los equipos de sonido y micrófonos, sin video beam y sin extintores.

«Cuando uno lo avisa a la dirección no hay ni siquiera cara de sorpresa. La cara de sorpresa la pone uno», se queja otro maestro.