Venezuela

La crisis militar

Publicidad

Sin duda, uno de los temas en el tapete de la actual situación venezolana, es el papel de la Fuerza Armada Nacional frente al régimen, al cumplimiento de la constitución y al estado de la democracia. Muchos se preguntan ¿por qué ante la evidente violación de los Derechos Humanos, de los atropellos del gobierno y el desconocimiento de los procesos electorales, esta institución no se manifiesta? A pesar de ello, y si bien es evidente que este es un régimen de corte militarista, tenemos que anotarle un punto a la tradición democrática que ha permeado en la sociedad venezolana desde 1958; esto que quieren muchos venezolanos, que las fuerzas armadas se alcen y saquen por la fuerza al gobierno, es algo que afortunadamente pareciera hemos superado, aun cuando personalidades del actual régimen aparte de haberlo intentado dos veces en 1992, ahora permanece por la fuerza en el poder ignorando los procesos electorales previstos en la constitución.

El tema central, es dilucidar qué tipo de fuerza armada tenemos y cuál la orientación filosófica de quienes la dirigen. Esto es fundamental pues lo que sí podemos afirmar luego de observar más de doscientos años de independencia, es que el pueblo venezolano, con todos los defectos que podamos tener, somos libertarios y democráticos, sin duda el paternalismo estatista y el rentismo han hecho mella en todos, el venezolano de hoy está acostumbrado a elegir directamente sus gobernantes, y si bien acepta las dádivas o beneficios gubernamentales, no es dado a entregar su libertad y su derecho a pensar y opinar libremente. Es esta característica la que nos permitió salir de los regímenes militares y hacer de Venezuela, el modelo político democrático por excelencia en Latinoamérica, por más de 30 años.

En función de lo anterior, se conformó una fuerza armada cuya dinámica profesional se basó en el mérito y no en la lealtad política; creció una fuerza armada no beligerante, pues como depositaria de las armas de la República, mal podía estar parcializada y menos hacer uso de ellas para proteger intereses particulares. Se creó una fuerza armada para defender el régimen democrático y la libertad de los ciudadanos, que obedeció al poder civil y enfrentó con éxito las sublevaciones que durante los gobiernos de Rómulo Betancourt y Carlos Andrés Pérez intentaron dar al traste con el régimen constitucional.

Sin embargo hoy la fuerza armada como cuerpo y como institución pareciera que se está desdibujando y se está operando una crisis interna por diversas causas que en principio consideramos que son las siguientes:

1. La penetración del narcotráfico. Son varias las noticias que muestra a Venezuela como uno de los puentes del narcotráfico; cuando vemos que barcos y aviones provenientes de nuestro país, son capturados con grandes alijos de droga, y que zarparon de Venezuela luego de haber sido supervisados por el componente de la fuerza armada a quien correspondía prevenir el asunto, se prenden la alarmas sobre la moral de algunos de su integrantes. De igual manera es una vergüenza para el país, que organismos internacionales señalen a miembros de la fuerza armada, como presuntos implicados en estos casos de narcotráfico. Solo con la simple presunción confirmada por varias instancias, genera un onda repercusión en la integridad de los demás oficiales.

2. El aumento de delitos comunes. A partir de los recuentos periodísticos, observamos un aumento de la presencia de los miembros de la fuerza armada que están involucrados en delitos comunes, lo cual sin duda es un reflejo de la precaria situación por la que pasan sus miembros, y que podría comprometer la integridad misma de la institución.

3. Parcialidad política. Un importante sector de la fuerza armada, sin duda ha manifestado su inclinación política, y hacen uso de su autoridad militar para expresarse como parte de un movimiento político supuestamente apoyado en las bayonetas de la fuerza armada, generando alarma entre quienes hacen de la carrera militar su profesión al servicio de la defensa de la libertad y la democracia.

4. La intervención de intereses extranjeros. Son muchas la informaciones que muestran la influencia de naciones extranjeras en las decisiones y orientación de nuestra fuerza armada, que por su naturaleza soberana no debe permitirlo. Esta es una situación que sin duda de ser así, genera una gran contradicción entre lo que reza nuestra constitución y las leyes militares, pudiendo generar un gran debilitamiento en la moral de la institución.

5. Detenciones militares por insubordinación interna. Han sido varias la noticias públicas de oficiales detenidos por estar supuestamente involucrados en presuntos actos de sublevación y desconocimiento de la autoridad militar. Si bien no hay información oficial al respecto, el mismo jefe del Estado ha mencionado en actos públicos, el desmontaje de supuestas conspiraciones. El solo dicho del jefe del Estado es motivo de alarma interna y externa.

6. Las fronteras y la soberanía. Las constantes noticias sobre la violación de nuestras fronteras, y la explotación de nuestros recursos naturales por intereses extranjeros, tienen una repercusión negativa en el pensamiento de los demás integrantes de la fuerza armada.

Estos puntos producen una gran preocupación, pues una fuerza armada que no solo pudiera ponerse en contra de un sector de la población por razones represivas a favor de una parcialidad política, que amenaza ir en contra de otros hermanos de la república, pondría en tela de juicio su propia capacidad de conservar el orden interno y la perdurabilidad de la República.

Son puntos de una crisis que sin duda debe ser resuelta en el marco institucional; lo contrario sería volver a etapas superadas de la sociedad venezolana. Esta crisis atañe a cada venezolano, en ese sentido es clave que los demás sectores nacionales fijen su posición al respecto e influyan para que esta situación cambie su rumbo, y se recupere la institucionalidad democrática y su apoyo al restablecimiento del orden constitucional.

Publicidad
Publicidad