Venezuela

La Constituyente, políticamente muerta

Algunos expertos han derecho han desaconsejado el empleo de mayores recursos doctrinarios, vinculados al derecho, para intentar rebatir los fundamentos de la Constituyente Comunal que pretende llevar adelante el Gobierno. Se supone que sus inconsistencias son lo suficientemente notorias; que son demasiados los principios constitucionales vulnerados al mismo tiempo, como para andar divagando con matices disquisiciones que nos confirmen lo obvio. ¿Acaso la propia actitud de la clase política chavista, intentando fingir naturalidad ante el despropósito, podía ser lo suficientemente descriptiva?

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Constituyente Constitución Nacional
Foto: LUIS ROBAYO | AFP

La Constituyente Comunal trae consigo, en materia de  derechos democráticos y conquistas sociales, un fraude urdido con la mentalidad de una banda de estafadores de apartamentos.
Podríamos, también, ejercer una interpretación algo más íntegra, política, desprovista y natural del tema. A cualquiera le podría quedar claro que la Constituyente chavista ha sido recibida, como era previsible, con enorme rechazo, dentro de los parámetros mismos del entorno postchavista, y que, como idea, ha nacido muerta.  No colecciona simpatías.   No pudo ser comprendido por la sociedad independiente ubicada allende de la MUD, aquella a la cual el chavismo estaba buscando seducir.
Antes bien, lo que colecciona la Constituyente Comunal, dentro de las filas rojas, son crecientes pronunciamientos en contra.  Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio,  Jorge Giordani, Nicmer Evans, Miguel Rodríguez Torres, Juan Barreto, Rafael Ramírez, Mari Pili Hernández, Eustoquio Contreras. La ex defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, y, al menos, tres Magistrados activos del TSJ.   Luisa Ortega Díaz, y tras de ella, con mucha probabilidad, sectores consolidados del Ministerio Público.  Ya no son tan aislados. Ya no es una anécdota. No se trata, en todos los casos, de personas sin cargos o sin poder.  Los ecos del desacuerdo se escuchan, de acuerdo a reportes cada vez más insistentes, dentro del propio seno de las Fuerzas Armadas. 
Elías Jaua ha presidido una Comisión Presidencial que ha querido ofrecer una imagen consultiva, y ha pretendido darle algún revuelo noticioso al evento,  aún cuando a todo el mundo le ha quedado claro en que ni él ni ninguno de los integrantes de la burocracia chavista piensa consultarle a la población ni los términos, ni el contenido aprobado en esta hipotética Asamblea. La tarea de Jaua ha sido presidir una Comisión que le ofrezca algún marco teórico al golpe de Estado en el cual está metido.
En torno a la Constituyente, los números que vienen saliendo de los últimos sondeos de opinión son demoledores y elocuentes. Estaría siendo rechaza por un porcentaje muy cercano al 80% de la población, dígito superado sólo por los escalados índices de rechazo y desaprobación que ofrece la propia Presidencia de la República en este marco general de crisis y decadencia.
La actual maniobra constituyente ha sido una iniciativa política muy pobre en términos cualitativos. Es una tarea asumida por la militancia que terminará pareciéndose a un Congreso de la Patria. Es el tipo de jugada en la cual, literalmente, se puede morir en el intento.   El alto mando chavista sabía que se exponía al rechazo de un movimiento ciudadano que en este momento es completamente mayoritario, y ha decidido cruzar la tormenta a nado, al parecer por no disponer de más alternativas.  
La única opción disponible para la feligresía chavista ante una circunstancia que los contradice por completo, consiste en el disimulo. Simular consultas, contenido, debate fértil. Simular consecuencia, honestidad y coherencia institucional. Simular amor e interés por el diálogo.  Simular normalidad, e imaginarse una Constituyente masiva, que dé al traste con la sociedad burguesa, como probablemente habría debido ser. Un sitio del cual emerja, desde las raíces misma de lo popular, una auténtica República Bolivariana y Socialista.  
Pero no. Jaua sabe que esa historia recreativa y adolescente no es compartida por casi nadie en Venezuela. La Constituyente Comunal se va a encontrar de frente con la sociedad organizada, y de lo que se trata es de imponerla, aunque no tenga quórum ni peso político. Jaua ha decidido proseguir en lo suyo: dejar sin efecto a la soberana Asamblea Nacional, electa por 14 millones de personas, colocando por delante un cuerpo colegiado con mecanismos de elección amañados, para legislar por mampuesto a favor de sus intereses y sus privilegios.
Para eso, Jaua se coaliga con Tibisay Lucena, Tania D’Amelio, Elvis Amoroso, Cilia Flores, Maikel Moreno, Tareck El Aissami, y Vladimir Padrino, entre otros cabecillas complotados, en el desarrollo del golpe de Estado iniciado en enero de 2016, para dejar sin efecto el contenido y el carácter moralmente obligante del voto, inventando un nuevo marco legal fruto de una consulta adulterada y espúrea.
Un golpe cuyos contenidos, recién ahora, vienen quedando completamente claros, y que sale a la escena ahora, que toda la sociedad despierta.]]>

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