Venezuela

Crónica de un 5 de julio, barbarie contra el Parlamento

En las entrañas de la Asamblea Nacional se escuchó un discurso rabiosamente antimilitarista, en boca de la historiadora Inés Quintero, invitada como oradora de orden; pero en minutos se desató el pandemónium de la violencia, adosada con complicidad. Desde adentro, el miedo se combinó con dolor ante una república moribunda que mostró su sangre

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FOTOGRAFÍAS: EFE Y AP

“¡Corran, corran, entraron los colectivos! ¡Están disparaaaaando!”.

Una bala sube rauda al segundo piso de la Asamblea Nacional (AN), rompe el vidrio de la ventana de las oficinas del Archivo Histórico, apenas lame el antebrazo de Wilfred Bernáez, el jefe de investigaciones, que, desprevenido, da gracias a dios de que no le dieron en el corazón, mientras exhibe el rosetón que le abulta el bíceps. Más impacta, sin embargo, la telaraña de hilos de sangre que le chorrean su camisa. Tras abrir el indignante boquete, las astillas de cristal se le han incrustado en el cuello con saña, como perdigones. El zaperoco se ha desatado y avanza líquido. Y gaseoso. Lo que oye desde su cubículo es angustiante, un jaleo colosal que ocurre en sus narices.

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