Venezuela

¿Cuánto cuesta el bistec que se comía Rafael Ramírez en Nueva York?

El embajador venezolano en la ONU, Rafael Ramírez, disfrutaba en un local exclusivo de carnes, cuyos precios son impagables para el venezolano de a pie, cuando fue víctima del famoso escrache. ¿Conoce los precios de la carta que ofrece el restaurante?

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Peter Luger
Foto: Captura página peterluger.com

La descripción del local en el que comía Rafael Ramírez con su familia lo dice todo: «A Peter Luger se le considera con frecuencia el mejor steakhouse de Nueva York por la exigente prensa especializada en ocio y restauración. El local de Brooklyn es notorio por su bar y su larga barra en madera original y por su salón comedor de aires germánicos: vigas de madera expuestas, revestimiento en madera de roble pulido, arañas de bronce pendiendo del techo y la presencia constante de cervezas sobre las mesas del salón. Actualmente, este local está calificado con tres estrellas en la guía Michelín. En el 2002 fue incluido en la lista ‘America’s Classics’, elaborada por la James Beard Foundation».
Al observar la carta del local, una carne preparada para dos personas cuesta 797.117,68 bolívares a dólar paralelo, si es a tasa Dicom, 284.296 y si es a dólar Dipro: Bs 1.039.
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Suponiendo que usted es un hijo de la vecina y que no tiene contactos ni posibilidades para adquirir divisas preferenciales y por lo tanto acudió al paralelo, el mismo plato para tres comensales le saldrá en Bs 1.195.676,52 y para cuatro en Bs 1.594.235,36. En cambio, si está solo, el bistec sencillo le costará: Bs 398.558,94.
Obviamente, no hemos entrado en detalles como el precio de las bebidas, contornos extras y menudencias que se piden en una cena.

Ahora bien, el presidente de la República, Nicolás Maduro, aumentó el salario mínimo el pasado 2 de julio a Bs 97.531,56. Redondeado, usted, querido lector, tendría que reunir dinero durante cuatro meses y beber solo agua en casa para comprar un bistec sencillo en el local donde Ramírez pasaba un rato chévere con sus amigos.
No se puede negar, en todo caso, que Ramírez tiene buen gusto. La revista GQ escogió a Peter Luger como el mejor restaurante de su clase: «Dentro del polimorfo barrio de Williamsburg, debajo del puente del mismo nombre, en Brooklyn, con las salpicaduras indies y artísticas de Bedford Avenue y la peculiar atmósfera judía del barrio, se encuentra Peter Luger, al que los paladares especializados y la prensa gastronómica han coronado como el mejor steakhouse de la Gran Manzana. No podíamos dejar de visitar esta meca de carnívoros de atmósfera alemana, vigas a la vista, lámparas de araña, revestimientos de madera y camareros de antaño, como si aquí mismo se hubiera firmado antes de ayer el tratado de Westfalia. Preparan la carne a soplete, quemando la carne por fuera y dejando el interior rojo. De entre su reducida carta es de obligado consumo el Porterhouse steak, una delicia en tamaños numerados del uno al cuatro. También, a la hora del almuerzo, costillas y hamburguesas superiores. Los bistecs se sirven en platos inclinados para dejar escurrir los jugos de la carne». 


El local, por cierto, solo acepta el pago en efectivo, cheques regalo Peter Luger o con la tarjeta de crédito Peter Luger.
Obviamente, no debería extrañarnos que Ramírez pueda costear su estilo de vida y la de un grupo de amigos en Nueva York. Su cargo le permite sufragar la cena sin pedir contribución al resto de comensales. Sin embargo, el colectivo «¿Dónde están los reales?», tiene una teoría al respecto:

En todo caso, queda claro que Ramírez nunca tendrá que pasar, o al menos no por ahora, por las penurias que sufrió Tom King, aquel boxeador empobrecido, creado por Jack London. El púgil, harto de repasar las mínimas sobras de un plato con un pequeño pan, profirió: «¡Lo que daría yo por un buen bistec!».]]>

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