El centro de Caracas fue una vez más meta imposible de la oposición. Este 22 de julio, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó una movilización hasta el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en respaldo del nombramiento de los 33 magistrados por parte del Poder Legislativo. Bombas lacrimógenas, perdigones y detenciones de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) truncaron el cometido
113 días de protesta mostraron el desgaste de las movilizaciones opositoras. Atrás quedaron los llamados multitudinarios de calle, como la «mamá de las marchas» del 19 de abril o la concentración «Somos millones» en la autopista Francisco Fajardo a la altura de Los Ruices. Este 22 de julio, la represión aderezó la merma popular.
Los puntos Parque Cristal de Los Palos Grandes, la plaza Francia de Altamira y Santa Fe acumularon el grueso de la última convocatoria de la MUD, planteada hacia el Poder Judicial. El resto de los puntos de concentración (la plaza Brión de Chacaíto, El Paraíso, Bello Monte y Santa Mónica) fueron sitios de transición, desde los que las personas caminaron hasta el este de la capital.
El contraste fue evidente en el Centro Comercial El Paraíso, al oeste. Cerca de 25 personas acataron el llamado de la MUD. Algunos con gorras, otros con banderas de Venezuela. Muchos con la disposición de gritarles un improperio a los efectivos de la GNB, que se movilizaban en motos frente a ellos por la avenida José Antonio Páez. «Es que se entiende. La guardia acá nos tiene azotados, igual que los colectivos. Pero acá salimos, tenemos que salir porque no nos podemos dejar amedrentar. Yo estoy aquí hoy por Venezuela», afirma Mireya Gallardo de 60 años.
«No sabemos muy bien cómo vamos a llegar al TSJ. Nosotros iremos con la marcha. Si la gente se moviliza, nosotros vamos», afirmó María Ferrer de 32 años, quien tiene la costumbre de desplazarse desde el este de Caracas. «Aunque el día en que hayamos podido pasar, ese día habrá caído la dictadura. Entiendo que aquí la gente no vaya. En El Paraíso a la gente la han reprimido tan inhumanamente. Creo que por eso la convocatoria ha disminuido tanto», la respalda Carlos Peláez, de 34 años.
La masa no pudo encontrar su cauce desde el este ni desde el oeste. Los vehículos antimotín de la GNB se plantaron a orillas de la autopista Francisco Fajardo a la altura de El Recreo cerca de las 2 de la tarde. Desde tanquetas hasta ballenas quedaron a la expectativa, sin mayor uso. Sin embargo, el gas lacrimógeno y los perdigones no dudaron en emplearse.
La autopista Francisco Fajardo, frente a la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, conocida como La Carlota, fue escenario de represión. Jóvenes con las caras tapadas y bombas caseras se enfrentaron en la vía contra efectivos vestidos de verde oliva, que respondían a los ataques con bombas lacrimógenas. Producto de la arremetida de la seguridad del Estado, el violinista Wuilly Arteaga, conocido por tocar el instrumento durante las protestas de este año, fue blanco de perdigonazos en Bello Campo.
El elevado de Bello Monte dividía a los manifestantes de los cuerpos de seguridad del Estado. Desde la autopista venía gas, desde Las Mercedes volaban bombas molotov. «Guardias, guardias, son unos mariquitos», cantaban varios muchachos al unísono con la cara cubierta, máscaras antigases en sus bocas y cascos en sus cabezas. Mientras la llamada «resistencia» se enfrentaba en pequeños grupos contra la Guardia Nacional, los manifestantes retrocedían de forma preventiva por la avenida principal de Las Mercedes. «Se sabía que no íbamos a pasar, pero tenemos que seguir en la calle», dijo Alejandro Vernet de 53 años. Caminó desde El Cafetal hasta la zonza comercial con la convicción de que las acciones de calle son una salida efectiva. «No se pueden abandonar», reafirmó.
Mientras, jóvenes y adultos corrían de los guardias motorizados con Maalox en sus rostros y la desesperación en la frente. Muchos con la cara cubierta, miembros de la «resistencia». Una voz despuntó entre las cilindradas de las motos: «Nos tienen rodeados». Las barreras de escudos de la GNB se avizoraban desde la avenida Francisco de Miranda y la segunda avenida de Bello Campo. Otro piquete aguardaba en el distribuidor Altamira, al igual que una tanqueta. Más que marchar, la oposición huyó sin posibilidades de unirse.
La dirigente de Vente Venezuela María Corina Machado denunció que las agresiones fueron directas a la prensa durante la jornada. Perdigones de la GNB alcanzaron a los periodistas Carlos Torres, Daniel Blanco, Alonso Moleiro, Rafael León, Mildred Manrique y María Cecilia Peña. 6 víctimas en total del uso excesivo de la fuerza en la manifestación de este 22 de julio. Además, al menos 10 detenidos se registraron durante la jornada de forma extraoficial.]]>
Mientras miles de seguidores de Nicolás Maduro se concentraron en la Avenida Bolívar, la oposición llenó Las Mercedes. Esto fue lo que dijeron los presentes
En la recta final de esta atípica campaña electoral la mayoría de pronósticos muestran una victoria de la oposición que se da, casi, por descontada. En este ejercicio de lo que suele denominarse política ficción, Andrés Cañizález analiza como escenario la posibilidad de que no ocurra el casi seguro triunfo opositor, sino que resulte ganador Nicolás Maduro
Pese a la campaña para crear confusión en torno a las encuestas, los sondeos confiables apuntan a una diferencia importante a favor del cambio en Venezuela este 28 de julio, junto con una alta participación en las urnas. La pregunta ahora es cuál respuesta darán quienes ocupan hoy el poder
