Por protestas y traslados, poquitos centros de votación en el este funcionaron

Los centros ubicados en Chacao, Altamira, El Marqués, El Cafetal, Prados del Este, Piedra Azul y el Polideportivo La Boyera se trasladaron al Poliedro de Caracas –uno de los dos puntos de contingencia del gobierno- y en donde no se permitió el acceso a la prensa; sin embargo no solamente estaban cerrados por su traslado sino que el acceso a ellos se complicaba por la cantidad de barricadas y personas reunidas que no permitían el paso.
Mientras, en el colegio Jesús Arocha de Petare había una fila de personas ansiosas por votar. “Yo voto por lo que quiero”, contó a El Estímulo una electora que no quiso dar su nombre. Explicó que el proceso era rápido: “Estuve como 10 minutos nada más”.
Su testimonio era repetido por otros votantes. “Todo muy bien. No había tinta porque la rectora de la Universidad Central de Venezuela no quiso darla. Pero usamos lectores dactilares que son mejores”, dijo un hombre.

El Primer Teniente Morales, encargado de velar por la seguridad del recinto, explicó que la organización de centro había sido buena y que el único percance que se presentó es la lentitud de las máquinas de votación.
“No voy a decir nada político. Yo te puedo hablar de la seguridad y organización; pero no voy a dar declaraciones políticas” dijo y, a pesar de que por orden del Consejo Nacional Electoral (CNE), los periodistas no pueden estar a menos de 500 metros de todos los centros, Morales permitió fotos y entrevistas.

El centro de votación que debía estar en el Liceo Alejo Fortique se trasladó al urbanismo La Limonera. Cuando Ghessika, la encargada del punto, no explicó la razón y solo dijo: “bueno, ya tenemos 110 días de locura”. Una señora que esperaba votar contó que caminó hasta el centro porque «unas carajitas trancaron la calle por no tener agua”.

Para votar en la Limonera, habían cuatro colas: una para discapacitados y personas de tercera edad, otra para quienes debían hacerlo en el Alejo Fortique y pasaron al centro del urbanismo y dos que correspondían a las únicas mesas que las autoridades dejaron luego de trasladar al Poliedro las otras que tenían -en total, 28-. Como consecuencia, el proceso de votación en el lugar fue más lento.
A pesar de tener problemas con el WiFi, que impedían el buen funcionamiento de las mesas electorales, la fila que se mantenía en el lugar se hacía cada vez más grande. “A quienes no aparezcan en el sistema por haber sido asignados al Alejo Fortique, los llevamos al Poliedro. Tenemos transporte para ellos, autobuses y motorizados”, explicó Ghessika.

En el lugar, convergían electores de cuatro áreas principalmente: Ojo de Agua, Monterrey, Urbanismo la Limonera y la Universidad Simón Bolívar (USB) y se sumaban quienes debían votar en el Liceo Alejo Fortique, antes de que trasladaran su ubicación.
En el caso del Polideportivo La Boyera, los vecinos de la zona trancaron la garita de seguridad del acceso con candados y un cartel que rzaba “La Boyera dice NO al Fraude Constituyente”.

Las instalaciones del colegio San Agustín, en el Marqués, también tenían carteles pegados y todas sus puertas cerradas. No circulaba nadie por el lugar ni se escuchaban ruidos. En Chacao y Altamira, las calles estaban completamente vacías de personas: solo barricadas y piedras alimentaban el paisaje. No había personal administrativo de los colegios ni representantes políticos que dieran explicaciones con respecto al traslado de esos centros.
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