Venezuela

Hacer el ridículo, la última estrategia del chavismo para ganar votos

Lanzar golpes al aire en un ring de boxeo, llegar a un canal en burro, bailar la burriquita o meterse en una carrucha: los candidatos del chavismo son capaces de llegar a las fronteras más insospechadas del ridículo para ganar votos en unas elecciones regionales, en el que el descontento popular luce, de acuerdo a varios sondeos, como un producto más poderoso que la lejía para desteñir el rojo chavista que domina al mapa electoral.

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FOTOGRAFÍA EXTRAÍDA DEL TWITTER @GESTIONPERFECTA

No importa si eres almirante, general del ejército o exijas «palo» al pueblo para que enderece su camino. Para los candidatos del chavismo, el pan y circo es la estrategia más confiable para amarrar lealtades. A falta de medicinas, seguridad o cajas con comida racionada, las vulgaridades, los chistes o bailes son buenos para mostrarse parte de un «pueblo» que, según los estudios de opinión, ya no quiere a quienes tienen el poder.
No se ha creado un instrumento para medir el sentido del ridículo. Pero en los últimos días, las acciones chocarreras de algunos aspirantes para ganar votos obligan a pensar que debe ser creado uno. Se dice que en política se podían hacer muchas cosas, menos el ridículo. En el chavismo parece que no hay seguidores en esa línea.
Recordamos cuatro extravagancias electorales cometidas en la carrera por las elecciones regionales del domingo.
La almiranta en carrucha

¿Quien iba a pensar que la primera mujer en la historia de la Fuerza Armada Nacional, con rango de almirante, iba a terminar montada en una implacable máquina electoral como una carrucha? Carmen Meléndez, candidata a la gobernación del estado Lara (oeste) se metió en un diminuto carro de metal para ganar simpatías electorales. La barinesa, exministra de Defensa y con el sugestivo nombre de usuario @gestionperfecta en Twitter, dice que sintió «la adrenalina a millón» al tirarse por la bajada de la comunidad de San Benito.
El general en la burriquita

El general de brigada del Ejército, Rodolfo Marco Torres, diseñó una estrategia que consideró efectiva para ganar adeptos: bailar la burriquita. Al ritmo de la música tradicional, el militar dejó su traje de campaña para disfrazarse de mujer y «montarse» sobre la burra de tela y algodón. El exministro de Finanzas, presidente del Banco de Venezuela y ministro en la práctica del ministerio de Alimentación desató risas en un acto de campaña por la gobernación del céntrico estado Aragua.

Lacava llega en burro a Globovisión

Quizás sea el acto extravagante más recordado de este candidato a la gobernación de Carabobo (centro), quien se ha caracterizado por sus vulgaridades ante las cámaras, intolerancia a quienes disientan de él, prepotencia y un desmedido amor por el fútbol. Rafael Lacava llegó el lunes al canal Globovisión montado en un burro, exigiendo su entrada y despotricando a los jefes de esa televisora por supuestamente dañar su imagen. Luciendo un elegante traje gris, el candidato llegó en el burro que era llevado por un menor de edad. Lacava no pudo ingresar a la planta televisora.

    Lacava baila y canta al ritmo de J Balwin

Si algo tiene Lacava es saber lo que escucha la gente. Y precisamente, mi gente, es el nombre del pegajoso reguetón del colombiano J Balwin, que el candidato utiliza para hacer campaña ¿Y los derechos de propiedad? No lo sabemos. Rafael Lacava es, sin duda, la personificación del chavismo.


La Rocky de Monagas

Yelitze Santaella, la candidata a la gobernación de Monagas (este), sorprendió a más de uno al subir a un cuadrilátero para protagonizar un combate imaginario. Por fortuna, la señora no tuvo como contrincante a uno de los delincuentes que acechan las calles monaguenses o un ciudadano enardecido por los cortes de luz que afectan a la entidad. Santaella dio pocos golpes sin fuerza ni gracia. Algunos dieron directo al aire. La «boxeadora» representó la bufonería en la política.

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