Venezuela

Yon Goicoechea fue testigo de torturas en el Sebin

Su nombre rodó de lista en lista cuando en la “mesa de diálogo” se exigía la liberación de un primer lote de presos políticos. Desde el 29 de agosto de 2016 hasta el 3 de noviembre de 2017 se desgastó en El Helicoide, blindada fortaleza del Sebin, acusado de portar explosivos. Pasó un año con orden de excarcelación que los uniformados se negaron a cumplir y ninguna institución, ni la Defensoría del Pueblo ni la Fiscalía General, hicieron nada al respecto. Cuando estaba aún encerrado, Yon Goicoechea habló con Clímax en una entrevista exclusiva

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FOTOGRAFÍA: EFE

Saberse dueño de algo que no se puede disfrutar. Imaginarse fuera de una celda en la que se permanece por los oídos sordos de esbirros y otros militares. Sentirse secuestrado porque el Poder Judicial no tiene la fuerza ni la autonomía para imponerse a la policía política de Nicolás Maduro. Estar preso porque alguna voluntad así lo quiere.  Lo ordena. “Tienes razón, pero igual sigues preso”, dice el comentario popular. Es el caso de Yon Goicoechea, quien, como sumar ovejas en el aire, contó uno a uno los 300 días que pasó tras las rejas —pese a que una corte dictaminó su libertad. Sus familiares y defensores le habían exigido a los funcionarios hacerle caso a la orden del Tribunal Vigésimo Primero de Control de Caracas, pero en El Helicoide nadie manda más que el propio Servicio Bolivariano de Inteligencia, Sebin.

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