Desde que comenzó la sesión, se manejaba que los diputados del nuevo bloque parlamentario solicitarían verificación de quórum.
Cuando la diputada Mariela Magallanes presentaba las resultas de la Comisión, un grupo de jóvenes que se encontraban en el Hemiciclo comenzaron a gritar «diálogo es traición». Cuando se le preguntó a los representantes de este nuevo movimiento si los habían traído, dijeron no saber quiénes eran.
Sin embargo, la seguridad del Palacio Federal Legislativo les dio acceso con la autorización del diputado Luis Barragán, quien pertenece a esta fracción.
Una vez que los jóvenes dejaron de gritar, Magallanes prosiguió diciendo que a ese encuentro se iba para defender los derechos de los venezolanos y para «recobrar el futuro». De igual forma, reconoció que los familiares de los presos políticos se sentían abandonados y reiteró la importancia de que todos sean liberados.
Tras exponer sus motivos, pidió aprobar el informe y votarlo de forma nominal, lo que hizo saltar al diputado de Vente Venezuela, Juan Pablo García, quien le solicitó a la segunda vicepresidenta del Parlamento, Dennis Fernandez, la verificación de quórum.
En medio de gritos, el subsecretario Jose Luis Cartaya comenzó a nombrar a los diputados.
Al ser nombrado el diputado Richard Blanco, éste levanto la mano y siguió hablando con su colega, Henry Ramos Allup, sin decir sí o no.
Su voto fue contado como abstención, hecho que tampoco reclamó.
La votación culminó con 82 votos a favor del acuerdo; tres en contra: el de los diputados Juan Pablo García, Omar González y Edwin Luzardo y dos abstenciones, las de Biagio Pillieri y Richard Blanco. El acuerdo prevé apoyar el proceso de negociación que se celebrará en República Dominicana y hacer llegar el informe con las propuestas y observaciones que se recibieron en las reuniones de consultas a ambas delegaciones.
Concluida la sesión, la fracción «16 de julio» fijó posición pública a través de Biagio Pillieri, quien criticó que no se les permitiera debatir el informe.
Para estos parlamentarios, «no hay nada que hablar con este régimen» aunque aseguran que no quieren «satanizar la negociación».
Ellos exigen que previo al encuentro, se debería dar el cese de Asamblea Nacional Constituyente y de sus actos, así como la liberación de los presos políticos y la apertura de un canal humanitario como muestras de «buena voluntad» por parte del Gobierno para sentarse a negociar.
También consideran que dicho proceso «debe cumplir con requisitos como la credibilidad de las partes», dijo Pillieri.
Acordar un nuevo sistema electoral «libre y sin ventajismos», forma parte de las exigencias que en gran medida coinciden con las expresadas este lunes por el resto de la oposición. Solo que este grupo exige que se den antes de los encuentros.
Por otro lado, la fracción «16 de julio» rechaza que, según ellos, «se tergiverse los resultados de las reuniones de consultas porque no fueron unánimes». Es por eso que no participan ni avalan el proceso de negociación.
«No nos resulta claro el interés de esta negociación», señaló Pillieri al tiempo que expresó que «temen que resulte más útil al gobierno que al pueblo».
Estos parlamentarios criticaron que no se contará el voto de diputados suplentes, cosa que no se podían hacer ya que el reglamento establece que si está el principal, el suplente no vota.
Otro detalle es que, si estos cinco diputados hubiesen querido romper el quórum, lo habrían podido hacer retirándose del Hemiciclo para dejar la plenaria con 80 diputados.
Teniendo esta posibilidad en manos, permanecieron en la sesión.
De la bancada de la Unidad se defendieron al alegar que, según las normas de debate, cuando se discute un informe de una comisión especial, participan los integrantes de esa comisión y Pillieri no pertenece al mismo.
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