Venezuela

Un frustrado plan de fuga desató el infierno en las celdas de PoliCarabobo

Desde las siete de la mañana del Miércoles Santo había versiones fragmentadas sobre el infierno desatado en las celdas del comando de la Policía de Policarabobo en la céntrica ciudad de Valencia. Al menos 68 personas, entre presos y visitantes, fallecieron por el fuego y el humo que tomaron el retén. Los bomberos debieron abrir boquetes en los muros para sacar a algunas de las víctimas, dijeron testigos a periodistas. Los detalles de la tragedia de Policarabobo, la peor registrada desde 2011 en la sangrienta historia carcelaria de Venezuela, comienzan a ser conocidos a cuenta gotas, en medio de la censura oficial que pesa en el país sobre los temas de  interés público. Una cadena de hechos desafortunados causó la muerte de 66 hombres y dos mujeres, según el balance provisional divulgado por la Fiscalía General, 12 horas después de haberse conocido las primeras versiones de los hechos.

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FOTOGRAFÍA: MIGUEL GUTIÉRREZ | EFE | VIDEOS: TIBISAY ROMERO

Un frustrado plan de fuga que generó un motín, que a su vez causó el fatal incendio; componen parte del macabro rompecabezas armado en la víspera.
Carlos Nieto Palma, director de la ONG «Una Ventana a la Libertad» -que vela por los derechos de los presos en Venezuela- explicó a El Estímulo algunos detalles de este suceso a partir de los testimonios de los familiares de las víctimas, recabados en el lugar.
«Los reclusos intentaron secuestrar a dos policías. Uno de ellos recibió un tiro en una pierna. Al no poder fugarse, los internos armaron un motín. Fue entonces cuando decidieron quemar sus colchonetas pensando que de esa forma les iban a abrir la puerta. Pero las rejas nunca se abrieron», declaró Nieto.

El humo y las llamas tomaron el recinto, obligando a los bomberos abrir boquetes en su parte posterior para salvar a algunos reclusos y visitantes. «Unos fallecieron calcinados y otros por asfixia», apuntó el activista vía telefónica, precisando que en el lugar había unos 200 internos.
A pesar de estos detalles, el hermetismo oficial se mantiene. Hasta ahora no hay datos exactos sobre el número de presos fallecidos ni de visitantes, mucho menos de la causas. Informaciones extraoficiales ubican en diez las mujeres muertas que pernoctaban entre los muros del calabozo. La pernocta de familiares de presos está prohibida en algunos centros de detención por ser considerada una fuente de conflictos.

Periodistas que lograron acercarse a las ventanas del recinto, pudieron conversar con varios reclusos, quienes afirmaron que el incendio se produjo tras una trifulca con los policías y que éstos luego les rociaron gasolina. Aseguraron además que la cifra de muertos es mayor a la señalada por la Fiscalía y las autoridades.


El gobernador de Carabobo, el oficialista Rafael Lacava, prometió una investigación exhaustiva, mientras familiares de algunos presos aguardan a las puertas de Policarabobo para saber de sus allegados. “Hay madres que no sabemos nada, no nos dan información, yo estoy esperando desde las seis de la mañana que me entreguen la cédula de mi sobrino ya que aún lo tengo en la funeraria”, dijo a Unión Radio, Carmen Valera.
Nieto Palma aseguró que gran parte de la violencia registrada en los centros de detención preventiva parte del hacinamiento en estos lugares, donde los detenidos no deben pasar más de 48 horas, según las leyes, pero duran meses. En su más reciente informe publicado en febrero, la ONG estima en 284% la sobrepoblación reclusa (unas 45.000 personas) en los centros de detención preventiva.
El activista culpó al Ministerio de Asuntos Penitenciarios – creado por el chavismo tras otra tragedia carcelaria ocurrida en 2011- de no atender los problemas que abundan en ese y otros centros de detención provisional: «en estos sitios registramos hacinamiento, insalubridad, enfermos por escabiosis, tuberculosis y paludismo. También tenemos registrado fallecidos por desnutrición», explicó.

La ministra Iris Varela, una abogada que milita en el chavismo más radical, no había aparecido en público ni en las redes sociales un día después de la tragedia.
Las cárceles en Venezuela son controladas por los propios presos, mediante un figura localmente conocida como pranes (acrónimo de preso rematado -con varias sentencias- asesino nato). En los diferentes penales  y calabozos de tránsito estos jefes de bandas armadas dominan los negocios de tráfico de armas, de drogas, de espacio, acceso a la justicia (permiten o no los traslados de prisioneros a los tribunales) y trata de mujeres, según denuncias de familiares de presos y constataciones de periodistas.]]>

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