José Luiz Ratton es un sociólogo brasileño reconocido por meterle el pecho a un problema bastante común en Latinoamérica: la criminalidad. Siendo uno de los especialistas más importantes en seguridad pública desde el año 2007, quiso implementar en la ciudad de Pernambuco, ubicada en Brasil, una estrategia para disminuir la alta tasa de homicidios que había en la localidad.
La estrategia, llamada «Pacto por la vida», logró reducir los homicidios de la zona entre el año 2007 y 2013, por lo que la Red de Activismo e Investigación por la Convivencia (Reacin) invitó a Ratton a una serie de actividades que se realizaron en Caracas relacionadas con el tema.
Siendo doctor en Sociología en la Universidad Federal de Pernambuco —lugar donde también se desempeña como coordinador del Núcleo de Estudios e Investigaciones sobre Crimen, Violencia y Seguridad Pública desde 2007—, miembro del cuerpo directivo del Foro Brasileño de Seguridad Pública desde 2008 y autor de varios libros, José Luiz Ratton se perfila para la Reacin como un agregado vital para el diseño de un plan estratégico orientado a la reducción de violencia en Venezuela.
Ante esto, El Estímulo tuvo la oportunidad de conversar por unos breves minutos con el académico acerca de su visión ante una estrategia como «Pacto por la Vida» en el caso venezolano.
Cualquier pulida pública en cualquier área -como la seguridad- tiene que tener un componente loca. Entonces como nosotros que estudiamos otras experiencias exitosas y las adaptamos a la situación del momento, pero hay muchas cosas que son parecidas que comprender.
La combinación de desigualdad, el estado débil, la cuestión de la inseguridad, el problema de la integración de la actividad policial; cómo priorizar las amenazas contra la vida, cómo la policía puede respetar los derechos humanos, cómo establecer mecanismos de prevención social, esas son cuestiones generales que se aplican en todos los países.
Yo no se cómo se hace, pero lo que sé es que sin la participación social es peor que con la participación social, pero que tenemos que tener es una estructura más, una estructura de preparación donde las personas quieran participar para que se produzca algo más selectivo.
La primera cosa, es que no es todo el cuerpo policial está involucrado. Segundo que, el problema en Brasil continúa y permanece. Las dos cosas son importantes.
La realidades son muy parecidas. La cosa es que no hay cómo reducir la criminalidad sin la policía pero solamente la policía es insuficiente. Una estrategia necesaria es valorizar las labores policiales e identificar a los policías que son malos; los que son corruptos, los que son violentos, me parece necesario que sean más fuertes, por ejemplo el área de asuntos internos de las policías, para poder exactamente controlar la actividad policial que es indeseada.
Se tiene que cambiar todo, pero no hay una formula especial para hacer esto. Tenemos que democráticamente apartar esas personas, usar mecanismos más específicos.
Es muy difícil decir, no es una cosa de ya. Tiene el impacto, la construcción de la violencia es un proceso de siglos, y la deconstrucción tiene también que ser un proceso de largo plazo.Tiene que empezar ahora, porque si no empieza ahora el largo plazo ser más largo.
No hay una formula mágica para decir un años o dos años. Nosotros empezamos en Pernambuco y ahí empezó a disminuir. Se mantuvo por cinco años después, comenzó a crecer (la criminalidad) nuevamente. No hay una formula, no hay una cosa especial. Tienen que persistir en el cambio.
El cambio de gobernante, de lugares, la no institucionalizan de los sucesos. No se hizo seguimiento.]]>
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