El desconocimiento al mandatario no es menor en la región. En el lugar apenas se sumaron seis jefes de Estado, todos aliados de Venezuela y cuyas relaciones se reforzaron bajo el mandato del fallecido presidente Hugo Chávez: Bolivia, Nicaragua, Cuba, El Salvador, San Vicente y las Granadinas, y San Cristóbal y Nieves.
Abjasia y Osetia del Sur también estuvieron presente a través de sus presidentes; no obstante, solo cinco naciones las reconocen como patrias independientes.
Con Maikel Moreno como mandamás del evento, el TSJ, recientemente bajo la lupa tras las denuncias del exmagistrado Christian Zerpa, hoy en Estados Unidos para denunciar las prácticas irregulares del Poder Judicial que se suscitaron desde 2013 cuando asumió el elegido por Chávez, fue epicentro de una acción que marca un antes y un después en la relación política venezolana con otros territorios del extranjero, pues supondrá una mayor distancia con los que antes eran aliados pero que en la actualidad reclaman una serie de ejecuciones que atentan contra la democracia venezolana.
Con Maduro sentado a su izquierda, el evento rompió con el patrón común de llevarse a cabo en la Asamblea Nacional, hoy desplazada luego de que su mayoría opositora no cuenta con el respeto del gobierno, el cual estableció una Asamblea Constituyente que ha servido para estos como Poder Legislativo.
Los pocos minutos de su segunda juramentación en menos de un año, cuando fue ratificado como presidente en la Asamblea Constituyente el 24 de mayo de 2018, se extendieron luego de que Moreno olvidara parte de su discurso que precedió a la imposición de la banda presidencial, obligándolo a tomar los apuntes más cercanos para continuar con la actividad.
«Venezuela se ha convertido en un objetivo del imperialismo norteamericano, por querer conformar una toma de posesión en una guerra mundial», dijo el gobernante en su primer discurso como presidente reelecto ante el TSJ.
Maduro, que «aclaró» las razones por las cuales tuvo que presentar su acto de juramentación ante el Supremo de venezolano y sin resaltar el boicot de gobierno nacional contra el Parlamento de mayoría opositora, prometió hacer una «nueva cruzada» para eliminar la corrupción en la filas de la llamada revolución bolivariana.
«Les hablo a ustedes magistrados del TSJ, constituyentes, alcaldes, gobernadores, periodistas. A ti bachaquero que le robas al pueblo. Nadie está absuelto de ser investigado», destacó el gobernante durante el acto protocolar.
Asimismo, el mandatario dirigió su discurso a la comunidad internacional, que en paralelo ratificó su decisión de desconocer al gobierno.
«Soy un demócrata (…) y más nunca este gobierno se someterá a los intereses imperialistas que intentan poner su bota contra Venezuela. Yo quiero un nuevo comienzo para el gobierno bolivariano. En necesaria la consolidación de la paz y el dialogo político y económico», destacó.
Solicitó que se instalé una cumbre de países de Latinoamérica y del Caribe para que discutan «cara a cara» los problemas. «Muchas países satélites de Washington buscan conspirar contra nosotros», dijo en referencia a las naciones que integran el Grupo de Lima.
También instó a la Unión Europea a que «deje el colonialismo del pasado» y no interfiera en los asuntos de Venezuela.]]>