El organismo es otro frente de la confrontación y polarización que vive Venezuela. Mientras el chavismo “celebra” la retirada con una marcha en Caracas, el gobierno de Juan Guaidó hace lo propio con el asiento obtenido en Washington que implica un mayor reconocimiento internacional.
La situación comenzó con la llegada de Luis Almagro a la OEA en 2015. Ya en 2016 el secretario general comenzó a investigar el caso venezolano, la perversión de la democracia y las violaciones de derechos humanos. En 2017 recomendó que se iniciara el proceso para activar la Carta Democrática.
Retiro
En 2017 y tras haber sido derrotado en una votación, (algo inédito para el chavismo en ese foro) en la que se convocaba a una reunión de cancilleres para debatir la situación venezolana, el gobierno de Maduro anunció el retiro. Acusó a la Asamblea y a Almagro como intervencionistas, dependientes del “ministerio de colonias” como llaman a la organización hemisférica.
La entonces canciller, Delcy Rodríguez, incluso usó palabras altisonantes como “cachorros del imperio” para referirse a sus pares en el lugar, mientras tanto ya se desarrollaban las protestas en la que más de 125 venezolanos fueron asesinados.
En los dos últimos años el gobierno de Maduro ha recalcado su deseo de salida, pero la juramentación de Guaidó cambió el panorama para el Ejecutivo chavista.
Leandro Area, politólogo y profesor universitario de la Universidad Central de Venezuela señaló que el gobierno de Maduro ha tomado posiciones contradictorias. «Por un lado afirma estar feliz con las presiones y sanciones, contento de salirse de los organismos internacionales, pero por otro siente que le quitan el oxígeno de la vida de los países que son las relaciones internacionales”.
El experto ahondó en que los sucesores de Chávez afirman sentirse fuertes al separarse del imperialismo, y prácticamente se congratulan por ser una isla y repetir el ejemplo de Cuba y sus aliados geopolíticos y geoestratégicos, China, Irán y Rusia.
Sigue presente
El internacionalista y académico Kenneth Ramírez señaló que lo que está ocurriendo este sábado 27 de abril en Caracas no es más que un show, una propaganda del régimen para ocultar la impotencia a nivel de representación internacional de la República que sigue sometida a las obligaciones y derechos del sistema interamericano.
“La Asamblea Nacional –único poder reconocido como legítimo de Venezuela- reafirmó en dos actos parlamentarios la permanencia en la organización. Por otra parte aceptaron a Gustavo Tarre, designado como el representante permanente del gobierno de Juan Guaidó en la OEA, en el Consejo Permanente”, afirmó.
El también presidente del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales aseveró que a través de la resolución 1. 117 del 10 de enero, el Consejo Permanente de la OEA no aceptó la legitimidad de Nicolás Maduro para el nuevo periodo en el que pretendía ejercer la presidencia. Por otra parte, con la resolución 1.124 del 9 de abril se reconoce a la Asamblea Nacional como único poder legítimo, es una decisión inédita con lo que el régimen de Maduro se queda por fuera del organismo.
Agregó que Tarre, el representante de la Asamblea Nacional de Venezuela, designado por Juan Guaidó, fue aprobado como representante de Venezuela en la organización por lo menos hasta que se celebren elecciones libres. El embajador venezolano tiene las mismas prerrogativas y derechos como cualquier otro representante.
Rechazo
Nueve países rechazaron el nombramiento de Tarre: Antigua y Barbuda; Bolivia; Dominica; Granada; México; San Vicente y las Granadinas; Surinam; Uruguay; y Venezuela. Otros seis se abstuvieron, entre ellos Nicaragua y El Salvador, pero ya Tarre participó en Consejos Permanentes e integra el Consejo Permanente de la OEA.
“Venezuela se mantiene en la organización, la denuncia queda sin efecto y demuestra que el régimen de Maduro tiene sus límites en cuanto a capacidad de ejecución y representación de la República, es un régimen usurpador que no representa legítimamente al país en lo internacional”, explicó.
Esa decisión del 9 de abril de aceptar a Tarre como representante venezolano en Washington es además una decisión inédita y crucial. “Se sigue siendo parte del organismo donde la solidaridad democrática es crucial y desde donde se sigue un profundo monitoreo de la crisis venezolana”.
Previo a las dos resoluciones del Consejo Permanente, la Asamblea General de la OEA desconoció, en junio de 2018, el proceso electoral del 20 de mayo. La comunidad internacional lo consideró fraudulento, pero Maduro afirmó que salió victorioso de esos comicios.
Aislamiento
Tanto Area como Ramírez coincidieron en que a pesar del despliegue y de la propaganda del régimen chavista por ocultar la derrota, la pérdida del asiento en Washington solo demuestra el aislamiento internacional.
“El intentar salirse de la OEA se les terminó revirtiendo y ahora tratan de disimularlo. No es la República la que se sale, es el régimen chavista el que ya no cuenta con la representación en Washington”, dijo Ramírez.
Recordó también dos actos que detuvieron la salida del organismo. En junio de 2018 la Asamblea General de la OEA desconoció el proceso electoral del 20 de mayo al considerarlo fraudulento y carente de legitimidad. El 8 de febrero el presidente encargado Juan Guaidó envió una carta en la que pedía dejar sin efecto la denuncia. La respuesta del secretario general de la OEA, Luis Almagro, fue detener el reloj de salida.
La deuda que enfrenta Venezuela en el foro es de 12 millones de dólares, que la administración chavista se negó a pagar. Sin embargo, los representantes de Guaidó, han expresado su voluntad de pagar lo adeudado para garantizar su permanencia en la OEA.
Este foro hemisférico es una de las grandes victorias alcanzadas por el gobierno de Guaidó junto al reconocimiento de su representante, Ricardo Hausmman, ante el Banco Interamericano de Desarrollo, el 15 de marzo.