Venezuela

Noruega quiere entender crisis venezolana sin discursos ideológicos

En este país escandinavo de políticas socialdemócratas al norte de Europa, con el fondo de inversión por renta petrolera más prolífico del mundo, y que encabeza la lista de los países con mejor calidad de vida y mayor desarrollo, cada día se crean más espacios para explicar la situación de Venezuela sin que se desborde la tinta política.

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Texto: Flor Santamaría / Fotografía: foropenal.com

Muchos noruegos actualmente se preguntan ¿por qué un país tan rico como Venezuela está pasando por tantas penurias? Estos frecuentes cuestionamientos parecen indicar que el mensaje utilizado por la política internacional de Nicolás Maduro para explicar la crisis de Venezuela, como una máscara de cera se va derritiendo rápidamente, dejando al descubierto corrupción, incompetencia, faltas a las leyes y en general a la democracia.

Tanto en Oslo, la capital, como en Stavanger, al suroeste del país, donde se concentra la mayor actividad petrolera y donde vive la comunidad de venezolanos más numerosa, se han realizado en tiempo récord varios eventos con panelistas noruegos y venezolanos expertos en políticas internacionales. Con estas ponencias buscan, dicen, separar la madeja política e ideológica de la crisis humanitaria.

La Universidad de Oslo, a través del Centro para el Desarrollo y Ambiente, invitó a la conferencia “la crisis de Venezuela: Democracia, seguridad y actores internacionales”, en la que participaron los venezolanos Natalia Gan, de la Universidad Metropolitana, y Víctor Mijares de la Universidad de Los Andes, (Colombia), así como el analista Francisco Alfaro y otros académicos locales como Benedicte Bull.

Allí se discutieron algunos potenciales escenarios que podrían llevar a Venezuela a un avance o estancamiento, pero se dejó claro que la ayuda humanitaria es primordial, pues debido a los grandes retos que atraviesan las organizaciones de apoyo para encontrar estadísticas, la desnutrición, crisis hospitalaria y mortandad podría arropar inclusive a más personas de las que se conocen en la actualidad.

“No hay números, no hay estadísticas, solamente las que hacen algunos médicos valientes en hospitales que se atreven a contabilizar necesidades” han expresado desde las oficinas de organizaciones humanitarias que operan en Venezuela, pero que prefieren no ser citadas para evitar represalias contra proyectos que ya están en curso en el país suramericano.

Entre los temas que levantaron preocupación en el debate fue el estado de la selva amazónica y el desplazamiento de la etnia indígena pemón.

Venezolanos organizados y el nuevo capítulo que abre el Foro Penal en Oslo

La necesidad de informar en Noruega además de la Academia, la cubre organizaciones de venezolanos. «The Venezuelan Norway Justice Alliance» y «Den Veneluelanske Foreningen I Norge» encabezan la lista. Ellos procuran participar en debates abiertos para explicar por qué “lo de Venezuela pasa de ser un conflicto ideológico”. Artículos de prensa y participaciones en radio y televisión están a la orden del día, además de iniciativas culturales y de reencuentro para las familias, donde no faltan las arepas y la política queda colgada por un rato en el guardarropa, como si fuera una chaqueta de invierno.

La ONG venezolana Foro Penal abrió un capítulo en Oslo y el abogado venezolano Alfredo Romero, director ejecutivo en Caracas, viajó y estuvo en la presentación del documental “Que se haga justicia”, dando a conocer la organización humanitaria. El audiovisual tiene como objetivo explicar al público extranjero la necesidad de ayuda jurídica para los venezolanos injustamente encarcelados por razones políticas.

Con testimonios que describen la represión y captura de ciudadanos como método de intimidación desde 2014, la producción fílmica abre la cortina para dejar ver que hay sistematización y metodología en las privaciones de libertad, que son indefinidas, sin derecho a defensa y sin condena” y se han agravado a partir del año 2017.

En encuentro con periodistas en el Centro Internacional de Prensa de Noruega, Alfredo Romero denunció la condición de los centros penitenciarios en la Venezuela de Maduro y los clasifica de «terribles» e «infrahumanos». Contó la visita a una cárcel que hasta los policías de Caracas llaman «El Inframundo». Mientras relató lo que vivió y escuchó de boca de un joven que tenía un par de meses en ese lugar, sus ojos miraron al vacío, dejando muy claro que es una experiencia que jamás olvidará y se preguntó: “¿Qué tipo de ser humano puede mantener a otro en esas condiciones?

De ese lugar infernal Romero continuó: “el muchacho salió como de, digamos un túnel, un hueco. Yo para hablar con él tenía que taparme la boca porque las moscas estaban por todos lados y se me metían en la boca y el olor era tan terrible que era insoportable. El sale totalmente sucio porque no se había bañado en dos meses. No porque no quería sino porque no había agua. Y me cuenta que él dormía parado, porque no había espacio para dormir. Sesenta y seis personas metidas en una celda pequeña, las necesidades las hacía ahí mismo porque no había ningún tipo de baño. Él dice era algo terrible, que lo que hacía era cerrar los ojos, y como esperar allí, porque además era tan oscuro que no veían a las personas que estaban alrededor. No hay ventanas”. El testimonio concluyó cuando el joven le dice al abogado que también había visto personas muertas por tuberculosis.

Sin embargo, más allá del horror, Romero enfatizó en la necesidad de detener lo que llama “el efecto puerta giratoria” en el que las autoridades encarcelan una cantidad determinada de ciudadanos, dejan salir a otros para mantener controlado el número de presos políticos, para que parezca constante y no cause un impacto en la imagen internacional. Este efecto además se usa como método de intimidación para que los ciudadanos no salgan a protestar, aseguró.

Habló de más de quince mil presos políticos desde 2014, pero que no se contabilizan más de doscientos al mes hasta que en 2019 el número subió tan vertiginosamente que alcanzó unos setecientos al mes.

Alfredo Romero reconoció que en este momento la atención de numerosos países y los pronunciamientos de sus líderes son muy importantes porque quiere decir que en buena parte del mundo se entiende que en Venezuela se están violando los derechos humanos, aunque consideró que no es suficiente al estimar que “cuando la represión es tan importante para los gobiernos autoritarios como el de Maduro para mantenerse en el poder, se asume el costo político de los informes y pronunciamientos, pero el beneficio de la represión es superior”.

Dijo esperar que se sumen más países dejando a un lado sus ideologías con el fin de que el impacto sea realmente favorable para todos los venezolanos afectados por la crisis.

La abogado y activista venezolana Sonia Zapata, desde la organización The Venezuelan Norwegian Justice Alliance, dijo que llegará el momento en el que habrá que trabajar en procesos futuros de reconciliación, la ley de amnistía, juicios transicionales entre muchas otras acciones para la reconstrucción del país y consideró que, desde Noruega, hay una oportunidad ideal para cuando ese momento llegue.

Expresó que el grupo al que pertenece es diverso y hay miembros que profesan diferentes ideologías, pero que tienen en común el deseo de ver a Venezuela libre y próspera por lo que aseguró que cualquier persona, aunque venga del chavismo, quiera ver el cambio en el país será recibida con los brazos abiertos.

¿Podría Noruega fungir como garante en un proceso de Paz en Venezuela?

Hasta el momento, Noruega se encuentra entre los países que se consideran neutrales ante la crisis de Venezuela, y aunque reconoce a la Asamblea Nacional como institución democrática legítima, hasta el momento no se pronuncian en apoyo al presidente interino Juan Guaidó, a pesar de que sus vecinos escandinavos Suecia y Dinamarca, y el resto de los países nórdicos, lo hicieron abiertamente.

En el pasado, en Noruega se concretaron los acuerdos de paz entre el gobierno de Colombia, presidido entonces por Juan Manuel Santos, y las FARC. La firma del tratado de paz tuvo lugar en Oslo, fue una bandera para Noruega y le valió a Santos un premio Nobel de la Paz, por lo que podría llegar a ser país candidato para un proceso de reconciliación.

El estatus entre Venezuela y Noruega

Los dos países petroleros mantienen una relación comercial que, aunque pequeña, existe. La empresa estatal Equinor, anteriormente Statoil, tiene participación en dos proyectos: en Petrocedeño en la Faja Petrolífera del Orinoco como socio minoritario, con 9.67% con un acuerdo a 25 años que se firmó en 2008. En junio de 2017 este proyecto fue reclasificado de una inversión contable de capital a una inversión financiera no corriente. Los noruegos aseguran que desde esa fecha dejaron de incluir la producción y reservas de Petrocedeño en la información financiera.

En cuanto a las operaciones “off shore”, tienen 51% de la licencia de exploración en Campo Cocuina de la Plataforma Deltana, Bloque cuatro, y en este momento están en proceso de acuerdos con Trinidad y Tobago para determinar las condiciones de explotación.

Equinor tiene representación en Venezuela desde 1994 y actualmente cuenta con el mínimo equipo de 26 empleados, casi todos venezolanos. La empresa asegura que están “generando valor en el largo plazo estableciendo el diálogo necesario con los sectores vinculados a la industria con la colaboración de los socios y con los mejores talentos venezolanos”.

En Venezuela ya no hay delegación diplomática del reino de Noruega, pues cerraron sus puertas en el 2012 después de cuarenta y cinco años en el país. Una de las razones mencionadas por los diplomáticos para explicar el cierre fue la inseguridad que se vivía en el país. Las operaciones consulares se tramitan desde Colombia, pero en Noruega sí hay embajada venezolana.

El sentimiento generalizado entre la población es de pena por los venezolanos y de interés por la reciente apertura en los medios para mostrar la realidad cruda y dura con cada vez menos velos ideológicos.

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