Acosta Arévalo, detenido el 26 de junio por su presunta vinculación con un supuesto plan para asesinar al mandatario chavistas y a varios de los elementos de su gabinete, presentaba signos de tortura el día de su presentación en los Tribunales, según detalló la abogada Tamara Saju.
Pero su caso no es el único. Entre agresiones y daño psicológico, la mano dura del oficialismo se ha hecho sentir de la peor manera sobre aquellos que piensan distinto.
Vilca Fernández
El dirigente estudiantil estuvo en manos de los cuerpos de seguridad del gobierno de Maduro poco menos de dos años y medios. Detenido el 31 de enero de 2016, el candidato a diputado pasó la mayor parte del lapso en la sede de la policía política Sebin en su sede de El Helicoide.
“Me guindaron un mes de un brazo, en un pasillo oscuro, con ratas”, recordó después de salir desterrado rumbo a Perú.
Dos años y medios de estancia le dejaron a Fernández golpizas por más de 15 funcionarios al mismo tiempo, encierros en un calabozo sin luz, hacinamiento en una celda con más de 50 presos comunes en la que defecaba en un barquito de papel “delante de todo el mundo”, y cuando se declaró en huelga de hambre, la sanción por parte de los funcionarios fue “una golpiza muy fuerte y me trasladaron a una celda de aislamiento”.
Juan Carlos Caguaripano
El capitán de la Guardia Nacional fue arrestado en agosto de 2017 por liderar el asalto a un puesto militar en Maracay y llevado inmediatamente a la otra sede del Sebin, en Plaza Venezuela, conocida como La Tumba.
Allí, según Luis Argenis Vielma, su abogado, ha sido víctima de todo tipo de maltratos.
“La información que se maneja es que fue víctima de torturas y que, lamentablemente, sufrió el desprendimiento de sus testículos por la energía eléctrica que le cargaron”, dijo el defensor en febrero de 2018 a Caracol Radio.
Juan Requesens
El diputado fue aprehendido por su supuesto vínculo con el presunto atentado al que fue sometido Maduro en agosto de 2018 durante un acto militar celebrado en la avenida Bolívar de Caracas.
Trasladado a El Helicoide, el parlamentario, aún bajo el poder de los cuerpos de seguridad chavistas, ha padecido la mano dura del régimen.
Entre audiencias constantemente suspendidas, la peor parte de su castigo lo lleva en las celdas del centro de reclusión, donde, según familiares, la tortura ha pasado a ser el día a día de los que ahí se encuentran, sobre todo los que están tras las rejas por motivos ligados a la política.
Pese a no especificar, su padre aseguró en octubre del año pasado que el representante de Primero Justicia era sometido a tortura física.
Lorent Saleh
El activista estuvo cuatro años en La Tumba, donde, una vez fuera e instalado en España, reveló las acciones de los funcionarios de seguridad del oficialismo y cómo aplican sobre los presos del lugar.
“Hay zonas dentro del helicoide que se han venido neutralizando. Allí se aplicaba la tortura, el maltrato sistemático al preso. Lugares donde metían a presos y los sometían a situaciones extremas con muy poca ventilación. Todas esas cosas las manejan rusos e iraníes”, dijo en diciembre de 2018 cuando recibió el Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia.
“La Tumba es la luz, el aire frío, el silencio. Es estar cinco pisos bajo tierra y saber que arriba tienes el metro pasando con miles de personas que no tienen idea de que estás allí”, recordó.
Fernando Alban
La muerte fue la consecuencia en la historia del concejal del área metropolitana, quien falleció el 8 de octubre de 2018 por un supuesto suicidio, según detalló el fiscal designado por la Asamblea Constituyente, Tarek William Saab.
No obstante, su grupo de abogados, así como políticos de la oposición, reclamaron que su muerte pudo estar atada a los maltratos a los que fue sometido los pocos días que estuvo en la sede del Sebin en Plaza Venezuela.
Luisa Ortega Díaz, fiscal en el exilio, dio detalles sobre lo que posiblemente pudo haberle ocurrido al representante de Primero Justicia.
“Tengo información, de adentro, de que (Fernando Albán) se les murió ahogado porque lo estaban torturando con una bolsa”, indicó dos días después de la muerte de Alban.