«He sabido de un plan dirigido por Álvaro Uribe Vélez, con la participación del embajador de Colombia en EEUU, Francisco Santos, un plan que se ha discutido con Léster Toledo, (…) para ingresar a Venezuela 32 mercenarios para venir a intentar asesinarme y asesinar a dirigentes de la revolución», sostuvo Maduro durante un acto del régimen.
A juicio de Maduro, en Colombia «le tienen terror a la revolución chavista bolivariana» y aseguró que por eso planifican su asesinato.
«Álvaro Uribe Vélez, Francisco Santos y Léster Toledo, lo han discutido en el búnker en la casa donde vive Álvaro Uribe Vélez», reiteró el dirigente chavista.
Acotó que en Colombia no solo existe una «campaña» en contra de Venezuela y contra él, sino que además, «desde Colombia se preparan actos violentos», aunque sostuvo que se encuentra protegido «por Dios y con la fuerza del Estado venezolano» para «vencer todos los planes violentos, todos los planes de mercenarios».
Toledo es un dirigente político venezolano del partido Voluntad Popular, que se encuentra en el exilio desde 2016, después de que se iniciara una investigación sobre él por supuesto «terrorismo» y otros delitos.
El pasado 4 de agosto, al cumplirse un año de un fracasado magnicidio en su contra, Maduro reiteró sus acusaciones al «Estado fallido» de Colombia por su responsabilidad en supuestas «conspiraciones».
Maduro ha denunciado cerca de 30 supuestos planes magnicidas en su contra desde que asumió el poder en 2013.
Colombia rechaza acusaciones
Por su parte, el Gobierno colombiano rechazó las acusaciones «delirantes y calumniosas» de Maduro.
El «Gobierno de Colombia rechaza acusaciones delirantes y calumniosas del dictador Maduro contra dos colombianos que han dedicado su vida a servirle a la democracia: el expresidente Álvaro Uribe Vélez y el embajador (de Colombia en Estados Unidos) Francisco Santos», dijo el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, en Twitter.
En otro mensaje en Twitter, Trujillo escribió que «el dictador Maduro» acude a las calumnias que tienen como fin «distraer la atención de la grave crisis en la que tiene a Venezuela, y de las repudiables violaciones a los DD.HH. de su régimen».