Movilizar a la oposición es el gran reto al que se enfrenta este sábado. A pesar que 95% de la población venezolana considera que la situación de país está mala o muy mala, el nivel de confianza en Guaidó no está en su mejor momento.
«Yo vine a pedirles ayuda, no para mí… para Venezuela», dijo Juan Guaidó en la Universidad Central de Venezuela en una asamblea de estudiantes. Con esta petición, el presidente interino espera remontar en las encuestas, unas en las que ha perdido popularidad. El objetivo para el líder opositor es lograr que la oposición venezolana lo acompañe a marchar.
La tarea no es sencilla. A pesar que el 95% de la población venezolana considera que la situación del país está mala o muy mala, el nivel de confianza de Guaidó sigue cayendo.
«Tanto la oposición dura como la oposición blanda bajaron su nivel de confianza en Guaidó. La primera pasó de 98,2% en mayo a 73,9% en septiembre, mientras que la oposición blanda pasó de 81,8% a 47,9%», señaló el director de Delphos, Félix Seijas, en un foro de Ecoanalítica.
Llamar a los estudiantes a que se sumen nuevamente a una movilización opositora es una estrategia para captar a un público que históricamente tiene influencia en la población, de ahí la visita del presidente del Parlamento a la reconocida casa de estudios.
De hecho, los sectores que generan más confianza entre los venezolanos, según Delphos, son las universidades, los estudiantes y la iglesia. En contraposición, los venezolanos confían menos en los partidos de oposición, la Asamblea Nacional, el Frente Amplio y todo lo relacionado al gobierno de Nicolás Maduro.
A diferencia de las últimas movilizaciones de la oposición, en las que se buscaba «el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres», la marcha convocada para este sábado puede no tener un rumbo claro.
Seijas señala que el 60% de los venezolanos desea la solución de sus problemas vitales. «La mayoría quiere comer, conseguir medicinas o tener agua en su casa».
Entonces, si no existe un objetivo claro, movilizarse puede no tener mucho sentido para algunos venezolanos no afectos al gobierno chavista.
A pesar de la caída en la popularidad del representante del partido político Voluntad Popular, la población lo sigue viendo como el líder de la oposición.
Un 15,1% piensa que las acciones propuestas por Guaidó son acertadas, mientras que el 61,6% señala que tiene buenas intenciones. El resto piensa que estas han sido insuficientes y desacertadas.
«En general, la gente tiene un buen concepto de Guaidó como persona, lo que se pierde es la confianza en que pueda producir resultados», aseguró Seijas en el foro de Ecoanalítica.
Para el director de Delphos, los afectos a la oposición venezolana no tienen un sentimiento de reemplazar a Guaidó como líder. «El deseo predominante de la gente es que se apure», dijo el experto.
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