Venezuela

Pacientes oncológicos suplican por la reactivación de quirófanos y radioterapia en Táchira

El miedo y la incertidumbre se han apoderado de decenas de pacientes oncológicos que temen por sus vidas tras haber interrumpido los tratamientos que adelantaban en los hospitales del estado Táchira. Este lunes un grupo de ellos protestó en San Cristóbal

Publicidad
oncológicos

“El quirófano está dañado, tienen que esperar”, esa es la respuesta que reciben más de 30 pacientes con cáncer que acuden al hospital Oncológico del Táchira con la esperanza de completar su tratamiento y alargar la esperanza de vida.

Otras 360 personas esperan por ser atendidos en la institución para continuar tratamiento oncológico.

No solo los quirófanos están inactivos, también la sala de radioterapias. Y desde hace una semana tampoco se aplican quimioterapias ante el deterioro de “la campana”, aseguró Soraya Lovera, paciente que padece un carcinoma ductal infiltrante.

A las puertas del hospital, Lovera junto a un grupo de compañeros pacientes, suplicaba la atención inmediata, el cáncer no espera y en cualquier momento los tumores pueden reproducirse. El lamento era generalizado en la entrada del centro de salud pública que la mañana de este lunes amaneció custodiado y con acceso restringido por funcionarios de la Policía del Táchira.

“Esa custodia se hace por la convocatoria nuestra. Aquí nunca la policía se para en la puerta a ver quién entra o quién sale”, añadió la paciente.

La presencia policial no amilana a quienes llegaron desde tempranas horas con carteles en mano para exigir el derecho a la salud contemplado en la constitución, los funcionarios se acercan, escuchan la denuncia, pero ni se molestan en intentar detener la protesta.

“¿Cuándo nos van a operar?”

El tiempo es crucial para los pacientes oncológicos: “Estamos en una larga lista de espera y no sabemos cuándo nos van a llamar”, dijo Rosalba Ostos.

Los pacientes que se congregaron la mañana de este lunes denunciaron que ninguna autoridad del hospital oncológico ha prestado atención a las solicitudes y demandas. Ni siquiera al considerar su estado de salud que amerita una atención inmediata como establece la constitución.

“Estoy muy asustada. Nuestras vidas guindan de un hilo y la directora de la institución no se ha dado cuenta de la situación o es que desconoce lo que podría sobrevenir. Si no sabe, lo más recomendable es que entregue su cargo y le de paso a alguien que sí sepa ejercerlo”.

oncológicos

Ante la imposibilidad de ser sometidos al debido tratamiento, en el caso de Ostos le han recomendado someterse a una mastectomía radical para no tener que someterse a radiaciones, pero se pregunta, «si se ve que se puede hacer una parcial ¿por qué nos van a quitar todo?».

“Pido a quien corresponda que habilite de nuevo los quirófanos y el área de radioterapia que lleva mucho tiempo cerrada y la opción que tenemos más cerca para aplicarla es en el vecino país… por favor tomen conciencia, somos muchos”, dijo Marilyn Pérez, que espera por una histerectomía.

Cada día es peor

En el estado Táchira se prestaba el servicio de radioterapia de manera gratuita en el hospital Central de San Cristóbal, hospital Oncológico de los Andes y en el Patrocinio Peñuela Ruíz del IVVSS. Pero actualmente ninguno lo hace, ninguno funciona, dijo Soraya Lovera, quien funge como vocera del grupo.

Algunos medicamentos aun los provee el Instituto Venezolano de Seguro Social (IVSS), y el resto del tratamiento debe ser costeado por los pacientes que en la mayoría de los casos los adquieren pagando en divisas.

Años atrás la enfermedad era más llevadera: no era mucho lo que había que pensar en cuanto a los costos de los tratamientos porque se practicaban en el hospital público de manera gratuita. «Ahora nos piden dinero para reparar el área de lavandería, comprar alcohol y hasta para reponer los bombillos que se queman”, dijo Lovera.

Ante la imposibilidad de practicar los tratamientos de radioterapia y quimioterapia en la región algunos pacientes deben optar por ir a otros estados del país o cruzar a Colombia, que es lo más cercano.

“Nos va a tocar alquilar una habitación o vivienda en Cúcuta para podernos quedar allá a cumplir el tratamiento de radioterapia, que son entre 20 y 30 aplicaciones. Esto conlleva a tener que quedarnos allá el mismo número de días porque es imposible estar viajando de un lado a otro».

El proceso de aplicación del tratamiento de radioterapias a ciudadanos venezolanos en la ciudad fronteriza de Cúcuta se realiza en el Hospital Universitario Erasmo Meoz y en la Clínica Duarte, sujeto a pago, no es gratuita.

“A un compañero nuestro le aplicaron 37 radioterapias y ese tratamiento tuvo un costo de 5 millones de pesos, (unos 1.500 dólares), a ese gasto súmese la estadía, alimentación y diferentes tipos de exámenes. Es algo que no todos podemos pagar”, precisó Soraya Lovera.

La Fundación Juan de Dios fue reconocida por los pacientes oncológicos como su principal benefactor en Táchira: “Le aportan al oncológico desde alcohol, jeringas hasta el sueldo de algunos enfermeros”.

Publicidad
Publicidad