Algunos lo dicen, otros lo cuestionan y la mayoría lo desea. El "Venezuela se arregló" se ha convertido en una teoría que tiene más de ilusión que de realidad pero que ha permeado en la mente del colectivo. La ONG un Mundo Sin Mordaza busca despertar a la población de ese trance, aunque muchos prefieren vivir en el mundo quijotesco en el que todo parece estar bien
Con los mismos ojos que un día Don Quijote vio a su bella Dulcinea, hay quienes quieren ver en Venezuela a un país que se arregló. Tras sufrir por ocho años una completa destrucción económica y social, más de uno se ha atrevido a defender la ilusión de una prosperidad económica con la misma fuerza que aquel Quijote le aseguraba a Sancho Panza que grandes gigantes estaban frente a él.
«Mire vuestra merced que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino», intentaba sin éxito explicarle Sancho al Quijote. Hoy, en el rol de Sancho, la organización Un Mundo Sin Mordaza recopila en un informe los datos que dan por sentado que lo que está frente a nosotros no es un país que se arregló y pone el énfasis en que no ver las cosas como realmente son puede producir graves consecuencias.
Basta mirar algunos datos para sacar cuentas. Los servicios básicos, las protestas, la educación, el sistema de salud, la economía, el proceso migratorio, la seguridad ciudadana y las condiciones electorales en Venezuela muestran una realidad que contradice a la idea del «se arregló».
Incluso, repasar las referencias documentales en las que se basó el informe Venezuela en Cifras 2021 de Un Mundo Sin Mordaza muestra que algo no anda bien. De las 15 fuentes de datos, ninguna corresponde a un organismo del Estado venezolano, sino que son en estudios de firmas como Ecoanalítica, Cendas, Human Rights Watch, OMS, Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, Observatorio Venezolano de Violencia, por solo nombrar a algunas. La opacidad informativa de una administración pública no es un preludio de un buen arreglo.
Para la economista Litsay Guerrero, quien participó como ponente en la presentación del informe Venezuela en Cifras 2021, estamos ante un enfermo que se está estabilizando, pero que aún está lejos de salir del hospital.
En esta pelea entre Sancho y el Quijote por quién tiene la razón, mirar los datos del informe en cada uno de sus aspectos puede ser un punto crucial para sacar conclusiones propias:
La hiperinflación terminó, puede señalar el Quijote, pero la inflación de Venezuela sigue siendo la más alta del mundo, podría replicar Sancho.
Los datos recopilados en el informe muestran cómo en el 2021 disminuyó de forma progresiva la velocidad con la que subían los precios en el país y por tanto se terminaban cuatro largos años de hiperinflación. Ahora bien, las proyecciones para este 2022 apuntan a una inflación por el orden de 180%, la cual seguiría siendo la más alta del mundo.
En 2021 el aumento de los precios en dólares golpeó con fuerza. La canasta básica pasó de poco más de 200 dólares en enero a acerarse a los 400 en diciembre.
Pero ya va, podría decir el Quijote, el PIB del país dejó de caer y creció 3,1%. No tan rápido señalaría Sancho, después de caer 80% desde 2013 esa cifra de crecimiento es incipiente. Además, en Venezuela casi todos entran en la categoría de pobreza (94,5%).
Acá vamos por partes. El informe arroja que las fallas en el acceso al combustible son evidentes en toda Venezuela, aunque se siente más en estados como Táchira, Mérida y Zulia. Un dato que lo puede explicar mejor es que más del 80% de los venezolanos reporta haber estado en una cola para abastecerse de combustible, aunque el tiempo de duración varía de una hora a más de 12 horas.
En cuanto al agua, el tema es más complejo. Mientras muchos reportan que no tienen agua las 24 horas del día, el 70% no considera que el agua que toman sea apta para consumir. Al menos 67,6% de los venezolanos reportó que el color del agua que llega a sus casas no es transparente y un 25% dijo que sabía mal.
Para el consejero del Observatorio Social Humanitario, Ángel Subero, la situación con el agua es muy grave cuando se pone la lupa en el sector de salud: 85% de los hospitales reportan que no tienen agua.
Si hablamos de las fallas eléctricas, el Venezuela se arregló se desmorona. En 2021 se reportaron más de 294 mil fallas en el sistema eléctrico, con un promedio de 800 fallas al día. Y el Internet no se queda atrás. En un mundo hiperconectado, 60% de los venezolanos no tienen servicio de Internet en su casa.
La pandemia golpeó duro a un sistema de salud que ya andaba en silla de ruedas. 815 profesionales de la salud han muerto por covid y la atención a los pacientes en los hospitales es precaria por una razón tan básica como el hecho de que no hay agua para lavarse las manos.
Pero no solo es el covid, otros casos de enfermedades se han multiplicado. Por solo poner un ejemplo, en 2020 se reportaron 5.110 casos de dengue y en 2021 fueron 28.705.
Solo en el 2021, unos 10 derrames petroleros afectaron a más de 200 kilómetros cuadrados en Venezuela. Las autoridades muestran hermetismo al respecto.
«Estos derrames usualmente terminan en las aguas de los ríos, perjudicando el servicio de distribución de agua potable de las localidades aledañas», señala el informe.
Pero no solo son derrames, los incendios forestales también amenazaron a 41 de los 44 parques nacionales que hay en Venezuela.
En medio de la pandemia, 7,9 millones de estudiantes se tuvieron que quedar en casa y estudiar a distancia. Aunque el Quijote puede decir que es algo que le pasó a todo el mundo, Sancho le recordará que el acceso y calidad del servicio de Internet hizo que muchos niños se atrasaran en sus conocimientos.
Los datos indican que 83% de los profesores y estudiantes reportaron que su Internet era regular o malo. ¿Las consecuencias? Al menos 1,21 millones de estudiantes abandonaron el sistema educativo básico en Venezuela entre 2018 y 2021.
Los datos continúan:
Mientras el Quijote se toma una café en Las Mercedes y busca unas entradas para un concierto al que quiere ir, Sancho le recuerda que es mejor que guarde el celular. La inseguridad continúa y las muertes violentas también.
En 2021 se reportaron 40,9 muertes por cada 100 mil habitantes. El año pasado 11.081 personas fallecieron de forma violenta.
El informe de Un Mundo Sin Mordaza también hace hincapié en la situación de la migración en Venezuela. 18% de la población venezolana se fue del país. Más de 6 millones de venezolanos están regados por el mundo, aunque la mayoría (4,9 millones) se concentran en países de América Latina.
Finalmente, el informe pone el acento en la libertad de expresión. El año pasado se reportaron 292 denuncias de violaciones a la libertad de expresión.
Entonces, con estas cifras desalentadoras, Sancho intenta refutar una vez más la teoría del Venezuela se arregló que está tomando fuerza. A esto el Quijote solo podría responderle: “Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.
VEC2021 – Informe by Ariana Briceno on Scribd
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