Internacional

¿A qué está dispuesto EEUU respecto a Venezuela?

El presidente Donald Trump decidió jugar un papel protagónico en la solución de la crisis política venezolana y asegura que la opción militar está en la mesa, pero si no se logra la salida de Maduro del poder por medio de la presión diplomática y política ¿Estará dispuesto a tomar la vía bélica? Tres expertos aportan su opinión al respecto

Texto: Reyes Theis @reyestheis
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Durante este largo proceso político de la “revolución bolivariana” muchas veces pareció inminente la batalla final, la temida hora “cero”, el ansiado día “D”. La confrontación violenta entre sectores políticos opuestos para decidir quién se quedaba en el poder. El fin de semana del 23 de febrero, otra vez los venezolanos aguantarán la respiración, cuando los sectores democráticos que respaldan al presidente interino Juan Guaidó, intenten pasar de Cúcuta (Colombia) al estado Táchira (Venezuela) una ayuda humanitaria internacional para mitigar el sufrimiento de los venezolanos.

EEUUVzla-cita5La peligrosidad de la violencia latente se agudiza por las posibles consecuencias y los actores involucrados. El régimen de Nicolás Maduro sospecha que será la excusa para una intervención militar de los Estados Unidos y en ese sentido, se ha ordenado la movilización de tropa y personal a la frontera y ha iniciado un repentino proceso de reclutamiento voluntario de jóvenes para que se integren a la Guardia de Honor del jefe de régimen.

Pero aparte de algunos incidentes aislados dentro de la Fuerza Armada -que no han puesto en peligro el poder de Nicolás Maduro- los militares han mostrado una cohesión aparente. Lo que da entrada a la interrogante ¿Qué harán los Estados Unidos si Maduro, a pesar del aislamiento y las sanciones, logra mantenerse en el poder? ¿Estará dispuesto el presidente Donald Trump a ordenar la intervención militar en Venezuela?

Miguel Ángel Martínez Meucci es un profesor venezolano de Estudios Políticos de la Universidad Austral de Chile y experto en conflictos y pacificación. Comenta que desde la campaña electoral para alcanzar la Presidencia de los EEUU, Trump enfatizó que su país debería fortalecer o recuperar su capacidad para realizar amenazas creíbles, haciendo ver que verdaderamente estará dispuesto a usar la fuerza si lo considera necesario.

EEUUVzla-cita4Bajo esta perspectiva -refiere Martínez Meucci-, una superpotencia como los EEUU sólo podría mantener ese rango si tiene capacidad de disuasión efectiva en situaciones internacionales conflictivas, “lo cual sólo es posible cuando sus adversarios estiman que los estadounidenses no sólo pueden, sino que están realmente dispuestos a emplear la fuerza militar para alcanzar sus objetivos geoestratégicos”. En esa línea, acota el académico, “mientras que una actitud apaciguadora sólo termina por hacer más audaces a los adversarios (en tanto éstos sienten que pueden avanzar sin respuesta alguna) hasta el punto de hacer que el conflicto resulte a la postre inevitable, una nación capaz de realizar amenazas creíbles tendría la capacidad de disuadir previamente a dichos adversarios y evitar así el conflicto armado”.

Pero, ¿qué ocurre si la amenaza no es efectiva? El profesor Martínez sostiene que toda la fortaleza de una política de este tipo se basa en mantener la credibilidad de la amenaza. “Si un régimen tan débil como el que actualmente dirige Maduro no cede ante la presión de los EEUU y éstos no ejecutan la amenaza, la posición de la superpotencia norteamericana se vería comprometida en todo el planeta, pues enviaría una terrible señal de debilidad a adversarios mucho más potentes como Rusia, China, Corea del Norte o Irán”, sostiene.

Por tales razones, concluye, luego de escuchar el reciente discurso de Trump en Miami donde se refirió a la crisis venezolana, que “los EEUU sí están dispuestos a emplear la fuerza militar si lo consideran necesario, lo cual no quiere decir que sólo dependan de esa opción en estos momentos para cumplir con los objetivos que se han trazado”.

Situación frágil

Los que se puede vivir en la frontera entre Colombia y Venezuela este fin de semana tiene en gran expectación a muchos países. Periodistas de distintas partes del mundo han llegado para cubrir lo que allí acontecerá. Dos conciertos frente a frente en el mismo puente, camiones con ayuda humanitaria de un lado intentando ingresar al suelo venezolano y fuerzas militares tratando de impedirlo.

Andrei Serbin Pont es un analista internacional venezolano-argentino, especialista en política exterior, defensa y prevención de conflictos, que califica a la situación de “muy frágil”. “Creo que podemos estar muy cerca de una escalada violenta entre Venezuela y Colombia, porque hay interés de lado y lado para avanzar sobre una línea más dura”, sostiene.

EEUUVzla-cita3Considera que mientras Maduro esté más acorralado, se sentirá más proclive a externalizar la crisis por medio de una confrontación armada. Además, “Estados Unidos ha sostenido unos discursos muy bélicos en estos días y siempre ha dejado muy claro que la opción militar está presente. Por su parte, el presidente de Colombia ha asumido un discurso fuerte y dijo que las fuerzas militares van a estar allí para proteger a los civiles”.

Serbin Pont añade que hay otro elemento importante a considerar: con la concreción de los acuerdos de paz entre las Farc y el Estado colombiano, hay una iniciativa muy fuerte por parte del sector militar de Colombia en postular a Venezuela como la principal hipótesis militar de conflicto y la necesidad de invertir acorde a esa hipótesis. Eso significa cambio del equipamiento y adiestramiento en función del posible enemigo, que ya no es la guerrilla. “Si agarramos a los actores más radicalizados dentro del chavismo y dentro de Colombia y EEUU, vemos gente que es proclive a la solución militar y faltaría entonces que se alineen las estrellas en el contexto de Cúcuta y que algún tipo de escaramuza de confusión o error pueda derivar en una escalada militar, cuyo desenlace puede ser cualquiera. Puede ser un impasse como ha habido cientos entre Colombia y Venezuela, o escalar a algún tipo de conflicto armado entre los dos países, que a su vez puede terminar con la intervención de los Estados Unidos”.

La estrategia gringa

¿A qué esta dispuesto el Gobierno de los Estados Unidos con respecto a Venezuela? El póker es un juego en el que hay que engañar a los adversarios sobre las cartas que tienes en la mano, posiblemente estemos en presencia de un intento de amague similar.

Hace un mes se le consultó al jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, Craig Faller, qué estrategia se podía aplicar respecto a Venezuela. Esto respondió: “Hay dos maneras de resolver este tipo de problemas. En 1989 nosotros sacamos a Manuel Noriega de Panamá. Y en 1994 depusimos al presidente de Haití… Por otro lado, al final de la década de los 80 cuando Ferdinand Marcos tenía cientos de miles de manifestantes protestando en las calles de Filipinas, nosotros organizamos su salida y le garantizamos a Marcos que no sería enviado de nuevo a Filipinas para ser juzgado allí por los crímenes cometidos. Creo que esa es la vía para salir de Maduro. Tal vez se la puedan proponer alguien cercano a él de otro país… pero necesitamos darle una salida en la que no sea obligado a regresar, y así, posiblemente, salir de este problema sin violencia”, manifestó.

Presionar hasta lograr su salida, esa parece ser la meta. Pero volvemos a la interrogante, ¿y si no funciona? Cuba, por ejemplo, tiene más de 60 años confrontando con los Estados Unidos, le han aplicado duras sanciones. Hoy es un país sumergido en el atraso y la miseria, pero el régimen sigue en pie.

“Está claro que Trump mantiene la opción militar como una forma de presión. Para mí no está claro que sea inminente. Hay eventos ya identificados que requerirían una intervención militar, como un hecho de violencia contra personal diplomático estadounidense. Pero no lo veo probable. Creo que la estrategia es incrementar la presión y respaldar la estrategia de Guaidó. En todo caso, la opción militar dependerá de los eventos que se presenten”, aseveró para Clímax, Michael Camilleri, exfuncionario del Departamento de Estado durante el gobierno de Barack Obama, exdirector de Asuntos Andinos del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y miembro del staff de Diálogo Interamericano.

EEUUVzla-cita2Por su parte, Serbin Pont sí cree factible una intervención militar de los EEUU, después de agotadas las medidas de presión. Considera que hay indicadores que dan a pensar que si el plan “A” (que Maduro renuncie, llegue un Gobierno de transición y convoque a elecciones libres) y el “B” (más presión para lograr su salida) no dan resultados, van a instrumentar el plan “C”, que es algún tipo de intervención norteamericana. “Creo que eso lo están pensando más en el mediano plazo. Nada antes del 2020”, indica.

Uno de los elementos que le hacen pensar que la determinación bélica no se llevaría a cabo en 2019, tiene que ver con la política interna estadounidense. El pasado 18 de febrero, Trump asumió el tema de Venezuela en un discurso y puesta en escena que parecían de campaña electoral, al tiempo que prometía que los EEUU nunca caerían en las manos del socialismo. Al día siguiente el demócrata Bernie Sanders -con ideas socialistas y que se ha negado a reconocer a Guaidó como presidente encargado- anunciaba su intención de aspirar a la Presidencia por el partido Demócrata. Otra adversaria, Alexandria Ocasio-Cortez, una joven descendiente de puertorriqueños, representante demócrata por Nueva York y convertida en una revelación política, ya se había declarado socialista.

Los comicios en Estados Unidos serán en noviembre de 2020. Por ello, Andrei Serbin piensa que la decisión de intervenir militarmente a Venezuela la puede tomar Trump el año entrante.

Michael Camilleri, alerta también sobre esa posibilidad. “Trump parece pensar en Venezuela en función de la política interna de los Estados Unidos. Es importante que esto sea abordado como un tema de Estado y bipartidista. No hay muchas diferencias entre las posiciones de los dos partidos (Republicano y Demócrata) respecto a Venezuela”, asevera.

EEUUVzla-cita1El exfuncionario del Departamento de Estado añade: “El riesgo es que, si se usa el tema en función de ganar beneficio político, (Trump) tiene que mostrar unas diferencias, y para esto debe tomar posturas cada vez más extremas y lo más obvio es la intervención militar. Ese es el riesgo: que Trump tome decisiones con respecto a Venezuela, no orientadas en la política exterior o el beneficio de los venezolanos, sino en la política interna”.

Una información reciente del portal Infodefensa, especializado en asuntos militares, puede servir de argumento de que la intervención militar es posible, pero no de inmediato. En dicha publicación se informa que el  Mando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos ha iniciado los contactos previos con contratistas para la contratación de un posible apoyo logístico a unidades de sus Fuerzas Armadas que eventualmente serían trasladadas al Departamento de La Guajira, fronterizo con Venezuela. Para ello sería necesario la construcción de una pista de aterrizaje.

Serbin Pont ilustra: “Ese despliegue requiere una logística que lleva tiempo, por lo cual es impensable que antes de final de año se pueda lograr, por lo menos, que esa base esté operativa”.

¿Los días contados?

Ante el panorama de aislamiento internacional, sanciones económicas que golpearán aún más a los venezolanos, pero que cortará el flujo de dinero para la élite del régimen, de la creciente impopularidad y una inusitada amenaza militar de la principal potencia del mundo, ¿se puede decir que los días de Maduro en el poder están contados? Andrei Serbin responde: “Tiendo a pesar que realmente le quedan pocas cartas a Maduro para mantenerse en el poder. Creo que estamos en una situación en la que parece tener los días contados. No sé si un Gobierno de su signo político podría continuar”.

Agrega que el mejor camino para solventar la situación, es continuar con las presiones necesarias para que Maduro se aparte del camino y dé paso a la transición, pero acota que para ello es necesario ofrecer los incentivos necesarios. Dice que el gobernante debe saber lo que estadísticamente le ocurre a los dictadores cuando salen del poder y por ello, si no le permiten las garantías para retirarse para vivir bien el resto de su vida, será muy difícil que ceda el paso. “El chavismo siempre ha tenido una gran capacidad para reinventarse, pero lo que me parece muy significativo y diferente a los últimos 20 años es que la oposición es el sector proactivo y no el chavismo. Eso me inclina a pensar que Maduro quizás no tiene retorno”, comenta Serbin Pont.

Para el profesor Martínez Meucci, “las posibilidades que le quedan a Maduro son pocas y malas, y siguen empeorando”. Explica que hasta ahora su posición ha sido la de resistir a toda costa e intentar ganar tiempo mediante diálogos inconsecuentes, “pero esa carta (que por cierto le ha permitido prevalecer durante todo su período presidencial) ya es conocida y rechazada por sus oponentes, quienes piden su salida del poder y entre los cuales hay que contar a las principales democracias del hemisferio occidental”.

En tal sentido –reflexiona– que el cerco internacional al que está siendo sometido Maduro le está estrechando su margen de maniobra. “La realidad es que Maduro sólo se sostiene ahora por la precaria lealtad del estamento militar, pero la combinación de incentivos positivos y negativos a la que están siendo sometidos sus miembros está minando la solidez de ese apoyo. Todo indica que muchos mandos militares se negarían a seguir sus órdenes en caso de que éstas impliquen atacar a la población para defender al régimen. En definitiva, creo que nadie está más consciente de la precariedad de la posición de Maduro que él mismo”.

Por los momentos hay que esperar lo que ocurrirán los últimos días de febrero, el mes de aniversario de la intentona militar de Hugo Chávez y del Caracazo, claves en la retórica de la Revolución que hoy parece con el sol a sus espaldas.

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