Farándula

Martin Hahn, víctima del suspenso

El ambiente previo al cierre de Rctv permanece en la memoria del escritor de telenovelas barinés. Martin Hahn tampoco olvida las palabras que recibió de José Ignacio Cabrujas, esas que lo instaban a abdicar el suspenso en las telenovelas. Con su porfía convenció que una historia de misterio podía enganchar a las audiencias

Texto: Orlando Suárez | Fotografía: Cortesía Venevision
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Martin Hahn recuerda con frescura su primera vez. Llegó en autobús a Quinta Crespo y no titubeó al desplazar su dedo hasta el botón del piso 5, tras haber superado los controles de ingreso. Había solicitado una cita con el gerente general de Radio Caracas Televisión (Rctv), Armando Enrique Guía, ante quien se plantó para decirle: “Yo soy recién graduado y quisiera trabajar en esta empresa como escritor”. Con una media sonrisa y tal vez alguna palmadita en el hombro, el ejecutivo lo despidió con el clásico “Ya te llamaremos”. Y lo llamó.
Una semana después de la rápida conversa, el joven licenciado en Arte, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), estaba en su casa cuando sonó el teléfono e identificó la voz que pronunciaba su nombre: “Quiero que trabajes en Rctv, me gusta la gente como tú”.
Así comenzó. “Desde abajo, haciendo muchas cosas, antes de llegar a mi primera telenovela Angélica pecado. Fue un logro muy importante entrar y desarrollarme como dialoguista. Además, a medida que pasaba el tiempo, tenía la oportunidad de hacer cursos con José Ignacio Cabrujas o con dramaturgos internacionales a los que me mandaba el canal, porque el Dr. Guía decía que tenían que sembrar y regar la matica de la nueva generación. Rctv para mí representa muchas cosas, es casi como un padre”, afirma en el contexto del décimo aniversario del cese de operaciones de la televisora.

ROMÁNTICA ANGUSTIA
Martin Hahn también recuerda con frescura el 27 de mayo de 2007. “Yo no estaba en Venezuela, me había ido de vacaciones a Bali, pero la noticia fue tan contundente que la transmitieron los canales italianos que se veían allá, con las 12 horas de diferencia que hay. Sentí una angustia profunda. Aunque sabía lo que iba a pasar, mis vacaciones se arruinaron al pensar en lo que eso implicaba para quienes trabajamos en la comunicación de masas. Era el principio de lo que vendría. En Bali, no evaluaban la importancia de lo sucedido, porque creían que habían cerrado un canal de telenovelas y tuve que explicar qué era Rctv: un canal crítico al Gobierno, que había sido desprestigiado internacionalmente por los medios oficiales”.
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La angustia que refiere el escritor empezó algunos meses antes, exactamente el 28 de diciembre de 2006, cuando el mandatario Hugo Chávez anunció que la concesión no sería renovada al grupo empresarial 1BC. Aunque fue el Día de los Inocentes, pocos creyeron que se trataba de una broma presidencial. “Ya habían ocurrido las agresiones de los círculos bolivarianos y Rctv tomó medidas. Instalaron rejas de protección y nos sometían a simulacros de evacuación, indicándonos lo que debíamos hacer y a quienes seguir. Eso aumentaba el clima de ansiedad, porque, además, dentro del canal había un grupo grande de afectos a Chávez, lo que te llevaba a ser muy cauteloso al momento de compartir impresiones. Incluso un día de grabación, el director de la telenovela dijo: ‘Ojalá cierren esta mierda’. En el estudio nos miramos y nos preguntamos cómo era posible que hubiese una reacción así. Todo generaba mucha angustia, sin embargo, uno, que es muy romántico y vive de contar historias melodramáticas, pensaba que al final no pasaría”.

¿La directiva habló con los trabajadores?
—Nunca abiertamente. A través de los ejecutivos nos reunían y nos explicaban que la línea editorial se mantendría, porque respondía a un compromiso con el país en el que darían la cara hasta el final. No lo decían, aunque el mensaje estaba claro: prepárense para perder el trabajo. Incluso llegamos a conversar sobre la conveniencia de bajar la tónica, pero la respuesta siempre era que la directiva y los accionistas apoyaban a Marcel Granier. Pensaron que si cerraban el canal tumbarían al Gobierno y eso no ocurrió.
Tres años después, cuando Rctv Internacional fue suspendido de las cableras, la posición del escritor era distinta. “Sí estaba presente y era la crónica de una muerta anunciada”.
¿Sirvió para algo el cierre de Rctv?
—Sirvió para golpear al pueblo y para que mucha gente se diera cuenta de hasta dónde estaban dispuestos a llegar para complacer los caprichos de la revolución. Esto no es jugar carrito y hoy se ha convertido en un punto de honor el regreso del canal, porque la gente lo ve como algo que le quitaron y que es suyo.
¿Podría estar cerca el retorno?
—No tanto como la gente piensa. Primero, porque hay que rescatar la señal. Aunque ganaron el juicio, todo le fue secuestrado y el Gobierno hizo caso omiso a la sentencia. Después, porque desde 2014-2015 Rctv se ha convertido en una productora independiente de contenidos dramáticos para exportar y no está preparada para ofrecer una programación de 24 horas, los siete días de la semana. El material que tiene a mano es viejo, a menos que decidan repetir “Radio rochela” y otros espacios. Hacer realidad la parrilla con programación nacional va a tomar un tiempo.
LECCIONES APRENDIDAS
Antes de iniciar formalmente la entrevista, la conversación con Martin Hahn reprodujo cualquier diálogo cotidiano entre venezolanos. Los sucesos diarios registrados en el país y la situación emocional de quienes son testigos de hechos, que ni siquiera podrían ser recreados por un autor de ficción, ocuparon los primeros minutos.
En su caso, se multiplican los motivos para la zozobra. Barinés de nacimiento, su madre, sus hermanos y el resto de su familia se mantienen en la entidad que alguna vez fue bastión del chavismo y hoy vive en condiciones extremas: incomunicación, suspensión de los servicios de gas y electricidad, escasez de alimentos (frutas, verduras, hortalizas) y en estado de sitio.
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¿Has pensado en la posibilidad de explorar un híbrido entre Por estas calles y La viuda joven que combine realismo y suspenso para reflejar este período?
—Es muy difícil manejar un proyecto así. Con Por estas calles, Rctv aprendió la lección, porque lo que sucedía en el país no era de interés en el exterior y una telenovela con visos políticos incidió en que perdiera importantes mercados internacionales. Algo parecido ha pasado recientemente con El comandante, un proyecto multimillonario que no ha cumplido con las expectativas. A la gente en el exterior no le interesa la vida ni las marramucias de Chávez. Ese carácter semidocumental no ofrece atractivos para los grandes públicos. De otra forma, si El señor de los cielos ha dado para cinco temporadas, aquí tendríamos para hacer 10.
La loba, La sucesora y La bruja son telenovelas que abordaron el suspenso antes de que aparecieras. ¿Tuvieron alguna influencia en ti?
—Las conozco como referencia, pero no las vi. En esa época no me interesaban las telenovelas. Yo quería ser director de cine y consumía mucho cine, especialmente de suspenso y de terror. Tiempo después, cuando hice los cursos con Cabrujas me surgió la inquietud de hacer una telenovela de misterio. Me dijo que no me fuera por ahí, que eso no funcionaría en una telenovela, sino en un unitario o en una película. Y yo insistía con la idea. Al final de los cursos, fui el único que los completó y entonces me dijo: “Alemán tenías que ser. Veré alguna de tus telenovelas de misterio”. Lamentablemente, se fue antes, pero sus palabras son muy simbólicas.
Es frecuente que tu nombre esté asociado al de Agatha Christie, ¿fuiste ferviente devorador de sus libros?
—Menos de lo que la gente piensa. Leí algunos, los suficientes. Llegó un momento en que la estructura me era muy familiar y me saltaba las páginas para ver cómo justificaba el desenlace, un poco como hacen ahora los muchachos en YouTube. Quien sí fue una gran influencia para mí fue Alfred Hitchcock. Me maravillaba la gran diferencia que había entre Los pájaros y Sicosis, la capacidad que tenía para reinventarse.
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Has sido etiquetado como escritor de telenovelas de suspenso…
—Lo han hecho y me ha costado luchar contra la etiqueta. Recibí una oferta de Televisa y me dijeron que querían una telenovela rosa. Incluso mandaron los parámetros de lo que esperaban. Me costó muchísimo, porque sentía que estaba traicionándome a mí mismo. Cuando terminé el proyecto, lo rechazaron porque querían dedicarse a las narconovelas. Resultó irónico lo que me obligaron a hacer para volver al punto de partida. Actualmente, trabajo en un proyecto con esas características.
Que ya probaste en Corazón traicionado.
—Con Corazón traicionado quería limpiarme del asesino en serie. Y me plantearon: olvídate de la “Ley Resorte” y olvídate de Venezuela, porque esa es una historia para el exterior. Mi título original era La mujer del sicario, pero decidieron suavizarlo. Después me sorprendió recibir un correo en el que me decían: “Qué lástima que tu telenovela no será transmitida por Televen en Venezuela”.

¿Qué aprendiste con Mi ex me tiene ganas, una historia que comenzó rosa y mutó al suspenso?
—La lección principal fue que el cliente siempre tiene la razón, el público siempre tiene la razón. Después de La viuda joven, esperaban algo parecido de mí y tuve que transformar la historia. Yo escribo las historias completas y perdí todo el material, porque me tocó trabajar sobre la marcha para cumplir las expectativas de los televidentes.
Por cierto, ¿habrá segunda parte de La viuda joven?
—No creo. Venevisión vendió los derechos a NBC que prepara una miniserie en inglés y no creo que aceptaría que aquí se realice una secuela.

Después de la experiencia en VV, volviste a Rctv, ¿qué diferencias hay entre ellos?
—La diferencia básica está en la cantidad de dinero que invierte VV frente al que Rctv puede invertir en este momento. Ni comparar con lo que hacen en Colombia, Miami o México. La consecuencia es que resulta muy difícil que el resultado visual se corresponda con el libreto escrito. Pero reconozco que Rctv hace un gran esfuerzo por sobrevivir en un mercado internacional, con una inversión mínima.]]>

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