Laboral

Trabajadores siderúrgicos reducen jornada laboral a cinco horas

“No tenemos cómo alimentar a nuestras familias. No hay comida en nuestras neveras y estamos pasando hambre. Lo que está viviendo el trabajador siderúrgico es algo jamás visto en la historia de Venezuela”, dijo Alejandro Álvarez, secretario general del sindicato de la Empresa Complejo Siderúrgico Nacional, planta Casima de Puerto Ordaz, estado Bolívar. 

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Foto: Archivo | Daniel Hernández | El Estímulo

Álvarez manifestó que “el salario de una semana del trabajador de la siderúrgica no alcanza ni para comer un día, mientras que los que cobran mensualmente solo pueden adquirir alimentos para comer cuatro días”.
Los trabajadores se declararon en protesta desde el pasado lunes 5 de febrero. Todos salieron a manifestar en defensa del derecho a la alimentación, obtención de un salario digno y en defensa de la producción de la empresa, señala una nota de prensa.
Los empleados tomaron la decisión de reducir la jornada laboral a cinco horas desde el 1° de febrero.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Siderúrgica Nacional (Sidernac) aseveró que “el gobierno está violentando lo estipulado en la Constitución. En el artículo 91 se establece que nuestros salarios deberán ser acordes con el precio de la canasta básica, y el salario deberá moverse según la inflación”.
Sin embargo, el dirigente sindical añadió que se violan los acuerdos, pactos y convenciones suscritos con el gobierno, por cuando se violan los derechos humanos.
“Se viola el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como la declaración de los derechos sociales del trabajador”, agregó.
Los trabajadores también denunciaron que el gobierno les adeuda las dotaciones del año 2017 y la de 2018. “Cada dotación está por el orden de los 20 millones de bolívares, los cuales no nos pagan correctamente”, expresaron.
Desde el año 2013 comenzó el declive de la empresa –señalaron– pero fue en 2017 cuando la producción de la planta cayó a solo 9% de su capacidad.
Los trabajadores manifestaron que están cansados de promesas y discursos revolucionarios.]]>

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