“Viviendo al Límite (Living on the Edge”), es el nombre de uno de los muchos temas emblemáticos de la banda de Rock norteamericana Aerosmith. ¿Qué es vivir al límite? Para algunos, es vivir con rebeldía, en esa línea intermedia entre lo permisible y excusable y lo que no lo es. Para otros, es vivir cada día como si fuera el último, solo que como no sabe con certeza si es el último o no, si se vive así todos los días, podría uno estarse aproximando a la otra orilla mucho más rápido.
Para un importante segmento de la población mundial, al cual se han incorporado muchos venezolanos, vivir al límite, es hacerlo por debajo de uno de los indicadores de los 8 Objetivos del Milenio desarrollados por Naciones Unidas, es decir, vivir con menos de $1.00 al día (Pobreza Extrema) (El Banco Mundial usa el indicador de $ 1.25 diario, lo cual no hace mucho la diferencia para nosotros)
Según el Informe de Naciones Unidas de 2015, sobre el cumplimiento de los Objetivos del Milenio (que fueron programados en el año 2000 para ser alcanzados en el 2015), la pobreza extrema se ha reducido en las dos últimas décadas. Señala el referido Informe, que la cantidad de personas que viven en pobreza extrema se redujo en el mundo a más de la mitad, bajando de 1.900 millones en 1990 a 836 millones en 2015.
En 2015, la ONU lanzó los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para ser cumplidos en el año 2030. Estos no solamente incluyen la reducción de la pobreza extrema y el hambre, las tasas de mortalidad y la eliminación de algunas epidemias y enfermedades tropicales, sino también las mejoras del acceso a la salud, la educación de CALIDAD, y a agua suficiente libre de impurezas, el incremento de oportunidades de trabajos DECENTES, de la industrialización, el desarrollo de infraestructura e investigación científica, el fortalecimiento de ciudades sostenibles y la mejora del ambiente, entre muchas otras metas.
Cuando escuchamos noticias como la reducción de las cotas del embalse del Guri, que colocan a la represa en una situación que podría iniciar el colapso eléctrico, y también vivimos la creciente escasez: de alimentos, de medicamentos, de insumos y productos de todo tipo, de planes y proyectos coherentes, de buena voluntad e ideas para solucionar los problemas que nos aquejan, y no de colas, enfermedades y hechos delictivos de todo tipo (los cuales abundan), el paisaje se torna en un insondable barranco, del cual solo se podrían salvar algunos “escogidos”, no necesariamente en base a sus cualidades morales o espirituales.
La letra de la canción “Beautiful Boy” de John Lennon dice que: “La vida es aquello que te pasa mientras estas ocupado haciendo otros planes”. No es vida, no es “vivir viviendo” (como dice el lema oficial) estar todo el día haciendo planes para cazar productos o angustiado por que la inflación te tragó o te va a tragar pronto, o porque el colapso ya va a llegar, o porque una bala perdida o no tan perdida, te podría buscar y encontrar en cualquier esquina, porque la vida así se pasa como un tren de levitación magnética. Vivir, viendo todos los días el desfiladero y el desfile de problemas enmarcado en un apocalipsis tropical, no es una opción viable para ningún ser humano de este siglo, o mejor dicho milenio.
Precisamos no solo de concientizar la realidad que tenemos, sino de aplicar las posibles soluciones, que disminuyan todos los riesgos controlables a los que estamos sometidos. Esto debería nacer de un entendimiento, como colectivo y no de unos pocos, porque caso contrario, indeteniblemente, estaremos compitiendo entre nosotros por no tocar fondo primero, aunque este último, es abismal. La historia abunda en dramáticos ejemplos.
“Algo va bien en el mundo hoy
Y todo el mundo sabe que va mal.
Pero podemos decirles que no,
o podríamos dejarlo pasar,
Pero preferiría quedarme esperando”
Aerosmith- Viviendo al Límite