Deportes

Real Madrid jugó solo

Que no me mal interprete el lector. No es una falta de respeto al rival, pero si alguien pudo perder este partido fue el propio equipo merengue. En todo caso, Zinedine Zidane ha logrado lo que parecía imposible con Rafa Benítez: llegar a la final de la Liga de Campeones.

Publicidad

Minuto 83. Lucas Vázquez derriba con la sutileza de un mecánico a Sterlling. Tiro libre para Manchester City, que sólo había tenido una oportunidad clara en todo el partido. Kevin De Bruyne, de opaco partido, va al cobro. De anotar, conseguían el pase a la final. Con todos sus compañeros en el área de Keylor Navas, decide pegarle al arco, sin ángulo alguno. El tiro se perdió en la intrascendencia. Un resumen de lo que fue el equipo de Pellegrini en la doble eliminatoria.

La clasificación, que puede marcar un antes y un después para Zidane, y por ende para el futuro del Madrid, fue más plácida de lo que se esperaba. Pero también muy floja si se compara con lo visto en la otra esquina. Si entre el Bayern y el Atlético reinó la intensidad, el drama y el contraste de dos estilos diferentes, en esta llave sobraron los bostezos y faltaron las buenas intenciones.

Podemos hablar, sí, de un Madrid práctico. Ya no se le ve sufrir de lagunas defensivas. En ese sentido, fue el partido de Pepe y Sergio Ramos. Secaron al «Kun» Agüero. Aunque, también debemos decirlo, el argentino sufrió el síndrome del hombre invisible. Si acaso tuvimos noticias de él en el minuto 89, cuando disparó un misil que se fue muy arriba, tanto como sus aspiraciones de ser protagonista cuando ya todo estaba sentenciado.

También sobresalieron Kroos y Modric. Ante la ausencia de Casemiro, el jugador del «equilibrio» (palabra que me causa urticaria), ambos cortaron todo lo cortable e impidieron cualquier transición inesperada luego de una pérdida de balón. Echaron de menos a un Isco más atrevido y a un Jesé más claro para ocupar los espacios que, por naturaleza, le pertenecen a Benzema (hoy lesionado).

Y, finalmente, en el podio principal debe estar Bale y Carvajal. El primero, no sólo por su gol. Al final fue un cambalache de un centro que terminó en el ángulo por la pierna de Fernando. Pero fue el final feliz de una hermosa jugada de cinco toques que el lateral cedió en espacio al goleador blanco. Con ese tanto en propia meta, el Madrid no tuvo que hacer más durante los restantes 74 minutos restantes.

En la línea anterior podría terminar esta crónica. Pero ustedes no hacen click para tener tan poco que leer. Entonces podemos contarles que a un minuto de terminar el primer tiempo, Fernandinho tuvo el de la igualdad. Un hermoso recorte suyo le dejó en posición inmejorable para disparar, pero le faltó puntería. La pelota pegó en el poste derecho de Navas, de cara hacia afuera. Eso fue lo mejor del visitante.

Puede que haya influido la lesión de Kompany. Como ha sido regular en su carrera, tuvo que abandonar muy rápido el encuentro: minuto 8. A los técnicos les encanta agarrarse de estas cosas para explicar los resultados. «Hay un antes y un después de la salida de…». Pero la verdad es que el City siempre se sintió cómodo con la mínima diferencia. Tanto en Inglaterra como en casa.

Después, podemos analizar lo que fue este Madrid de cara a la final con el Atlético. Porque James confirmó que su actualidad está lejos de aquella que le llevó al equipo blanco. Las dudas que se tenga él debe resolverlas con lo que le dan. Así tuvo un chance inmejorable sobre el final. Bajó la pelota con el pecho y luego se resbaló sin marca alguna. Un blooper de los que andan en mala racha.

Jesé tampoco es la opción para suplir a Benzema. Perdido en su rol de opción ofensiva, partía tarde o temprano, a cada pase. Lo mejor sigue siendo Lucas Vázquez, un jugador que suple sus carencias con unas ganas inmensas de comerse al mundo. Si le dan un barco en 1492, termina descubriendo América.

Pero ojo, no hay que confiarse. Zidane está jugando con la paciencia de Kasparov. Plantea cada partido según las necesidades. Sería un error afirmar que el Atlético lo tiene listo. De hecho ya hay un antecedente y todos ustedes saben qué pasó. No en balde, el francés es una consecuencia del importante paso de Carlo Ancelotti por la Casa Blanca.

Publicidad
Publicidad