A pocas horas del fallecimiento de Jenny Ortiz, víctima de los disturbios generados durante un intento de saqueo en depósitos de alimentos en Táchira, la madre exigió que se castigue a los responsables de los hechos.
Esther Gómez, madre de la mujer que murió la noche del domingo durante un intento de saqueo en el sector San Francisco, en San Cristóbal, pidió conmovida que se haga justicia.
«A mi hija me la mataron y yo lo que quiero es que quien me la mató pague. ¡Que se haga justica!», afirmó.
Gómez aseguró que, durante el enfrentamiento entre los asaltantes de galpones y fuerzas policiales, los perdigones y gases lacrimógenos se adueñaron del lugar, donde reinó el caos y la confusión.
«A los niños tuvimos que tirarlos al piso y taparles la carita con alcohol porque los gases eran demasiados. El portón de la casa me lo golpearon», precisó.
La madre, notablemente conmovida, explicó que su hija Jenny Ortiz llegaba del trabajo y se percató que uno de sus hijos estaba jugando en una cancha deportiva cercana a lugar donde se desarrollaban los hechos.
«Ella salió a buscar a su hijo pero no tuvo oportunidad de verlo porque él había llegado a casa antes. En ese trayecto le dispararon», dijo.
«La dejaron en el suelo»
Según relató Esther Gómez, el hecho se registró pasadas las 8:00 de la noche del domingo y, una vez que su hija cayó herida, no le prestaron de inmediato los primeros auxilios.
«La dejaron tirada en el suelo. Cuando nos avisaron, su marido corrió a buscar una ambulancia del cuerpo de bomberos y al tratar de ingresar al lugar la policía se lo impidió, por lo que tuvo que enfrentarse a ellos. Al final accedieron».
Fue trasladad a una clínica privada de San Cristóbal y luego al Hospital Central de la entidad, lugar donde falleció a las 4:30 de la madrugada luego de infructuosos intentos por preservarle la vida.
Sin respuesta
La madre aseguró que hasta el mediodía de este lunes ninguna autoridad u organismo de seguridad se había apersonado a conversar con la familia. Según relataron familiares, Jenny Ortiz de 42 años de edad, murió por el impacto de perdigones que fueron disparados a pocos metros de su rostro.
La dama se desempeñaba como camarera y dejó dos hijos, uno de 17 años y otro de 21.
«Ella era una mujer buena, de trabajo y excelente madre. Apenas llegaba del trabajo se entregaba a sus hijos. El gobernador tiene la culpa, por él fue que la gente hizo esto para buscar comida pero mi hija llevó porque ella no andaba en eso», explicó.
Exceso policial
Pedro Carreño, cuñado de la víctima, explicó a El Estímulo que la noche del domingo cuando se registró un intento de saqueo en «los galpones que dicen que son de Vielma Mora», lo que hubo fue un exceso policial.
«Tiraban bombas lacrimógenas y perdigones por todos lados y hasta dentro de las casas. Hicieron destrozos a la propiedad privada y dañaron varios carros. La gente salió en busca de comida porque tienen hambre».
Responsabilizó a la policía de los hechos y excesos que hubo: «Lamentablemente resultó muerta mi cuñada».
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