La institución, un órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), expresó en un comunicado su «preocupación» por la «escasez y desabastecimiento de productos básicos como los medicamentos y los alimentos».
La CIDH «urge al Estado a adoptar medidas integrales para superar esta crisis», que ya «impacta negativamente en las condiciones para garantizar la vida digna de los venezolanos», dijo la CIDH.
El problema de desabastecimiento de medicamentos se suma al de «serias deficiencias en la infraestructura y los servicios del sistema de salud», informó la CIDH en una audiencia sobre el derecho a la salud en Venezuela que celebró en junio en Chile.
La comisión mostró especial preocupación sobre los efectos de las carencias de salubridad en los grupos en riesgo, como mujeres embarazadas, niños y enfermos de VIH.
Asimismo, la institución alertó de «la imposibilidad de acceder a los alimentos necesarios para un régimen de alimentación adecuado», ya que muchas familias no alcanzan a alimentarse tres veces al día, lo que puede suponer «carencias nutricionales que tienen impactos negativos en su salud».
El secretario general de OEA, Luis Almagro, activó a finales de mayo el proceso de aplicación de la Carta Democrática a Venezuela, pero aún no se han dado pasos adicionales para decidir medidas concretas, como enviar una misión de mediación al país.
Almagro activó el proceso de Carta Democrática, un instrumento jurídico que puede llevar a la suspensión del país como miembro de esa organización, al considerar que en Venezuela hay «una alteración del orden constitucional que afecta gravemente al orden democrático»