Venezuela

El CNE establece las condiciones para desatar la turbulencia

El Consejo Nacional Electoral (CNE) aprobó todo lo que pidió la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), pero al revés. Y lo peor es que ya se sabía. Siguiendo a rajatabla el guión escrito por el chavismo, la presidenta del organismo, Tibisay Lucena, pretende convertir la jornada del 20% en una trampa para liquidar el referendo revocatorio.

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CNE
Foto: Andrea Hernández

La MUD reclamaba que la recolección de firmas –unas 3,9 millones- se basara en la circunscripción nacional, tal como ocurrió en 2004. Lucena impuso que se recoja el 20% por estado. La oposición solicitaba 19.500 máquinas captahuellas. El ente comicial solo instalará 5.392. La alianza reclamaba la “justa distribución de los puntos”. El rector Luis Emilio Rondón ya advirtió que el despliegue no respeta el criterio de permitir “al elector estar cerca del punto de recolección”. Pródigo en zancadillas y golpes bajos, el Poder Electoral coloca todas las trabas que están a su alcance para dificultar la realización de la consulta.

Lucena no dio la cara la noche del miércoles. Solo se limitó a difundir una nota de prensa que informa sobre la aprobación del cronograma del 20%. Pero ese texto tampoco es inocente. Recuerda que en la primera etapa –la del 1%- “fueron denunciadas ante instancias judiciales, irregularidades y hechos de presunto fraude (…) Sin embargo, en respeto al ordenamiento jurídico y sin menoscabo de decisiones judiciales a las que hubiera lugar, el Poder Electoral otorgó el carácter de promotor al partido MUD”. La amenaza de los tribunales sigue allí, esperando a la vuelta de la esquina.

Para rematar, subrayan que “de cumplirse los requisitos normativos y si se alcanza el quorum mínimo para la activación del mecanismo” el revocatorio “pudiera efectuarse a mediados del primer trimestre de 2017”. Por si no quedó claro en la exposición que la jefa del ente comicial ofreció el 9 de agosto, aquí recalcan que este año es imposible que haya referendo, tesis que ha repetido hasta la saciedad el oficialismo.

El CNE dice que la infraestructura dispuesta “ha sido proyectada para que sea suficiente y los solicitantes tengan oportunidad de alcanzar el 20% del registro electoral”. Otro punto clave. El chavismo quiere evitar que la recolección de firmas se convierta en el revocatorio. La idea, entonces, es que la oposición “tenga oportunidad de alcanzar el 20%”, no más. “Si ponemos todas las máquinas y ustedes recogen 8 millones de firmas, luego salen pidiéndole la renuncia al presidente Nicolás Maduro”, habría dicho el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, a los representantes de la MUD en una de las conversaciones privadas que sostuvieron en días pasados.

El Estado chavista ya lo ha dejado claro. No quiere referendo. Ahora, la pelota está en la cancha de la oposición. ¿Tendrá la fuerza suficiente para superar los obstáculos, vencer la resistencia del Gobierno e imponer la consulta antes del 10 de enero? La MUD se declaró en sesión permanente para analizar la situación y definir una respuesta. La situación es compleja. Tienen razón el dirigente de la Unidad que advierte con preocupación: “Aquí vamos a una turbulencia”.

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