Maduro aseguró que la nueva política se debe a razones de «seguridad y reciprocidad». «El que quiera venir de turista siempre será bienvenido», dijo, así como aquellos que vengan al país para «jugar béisbol o básquet».
«Hemos capturado estadounidenses en actividades encubiertas, espionaje…para proteger a nuestro país he implantado sistema de visas», dijo.
Comentó que este trámite será «cobrado en dólares al mismo precio que le cobran a los venezolanos en la embajada de Estados Unidos».
Igualmente, ordenó a la Cancillería hacer una revisión del número de funcionarios de esta embajada en Venezuela para reducir el personal y que «toda reunión de funcionarios» debe ser notificada para su aprobación.
El número de cerca de 100 funcionarios de Estados Unidos destacados en Caracas deberá ser reducido a unos 20, nivel similar a los que mantiene el gobierno venezolano en Washington.
Maduro apeló a la Convención de Viena que regula las relaciones diplomáticas, para ordenar que cualquier reunión de los diplomáticos estadounidenses deba ser «notificada y autorizada expresamente por el Gobierno de Venezolano.
Además informó sobre la creación de una lista que denominó «antiterrorista» encabezada por el ex presidente de EE.UU George W. Bush, a quien acusó de bombardeos indiscriminados contra Irak y otros países.
Esta lista «de prohibición» para un conjunto de políticos estadounidenses incluye al senador Marco Rubio e implica que quienes sean incluidos a ella no podrán adquirir la nueva visa de ingreso a Venezuela, recalcó.
Maduro afirmó que estas medidas buscan «poner límites y regularizar las relaciones con Estados Unidos y evitar la conspiración». Acusó al gobierno estadounidense de participar en operaciones «para salir por vías inconstitucionales» del régimen chavista.