Internacionales

Espinoso caso Venezuela enturbia la política de España

La crisis en Venezuela por la juramentación del jefe del Parlamento opositor Juan Guaidó como presidente interino elevó nuevamente la temperatura política en España, con el gobierno socialista atrapado entre las presiones de la oposición de derechas y sus aliados de izquierda radical.

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Unos, los conservadores Partido Popular y Ciudadanos le reclamaban el reconocimiento del autoproclamado presidente. Otros, Podemos, denuncian un “golpe de Estado” contra el régimen de Nicolás Maduro.
En medio, el gobierno español de Pedro Sánchez optó por la prudencia haciendo suyo el posicionamiento europeo: reclamar la celebración de unas nuevas elecciones pero evitando legitimar a Guaidó.
Entre las razones de esta posición están la falta de consenso en la UE, la voluntad de evitar una posición injerencista y de defender los intereses económicos y los ciudadanos españoles en Venezuela. Pero también la propia coyuntura política de España, apunta Anna Ayuso.
Investigadora principal para América Latina en el centro de estudio de asuntos internacionales CIDOB de Barcelona, Ayuso explica a la AFP que “Venezuela, desde hace años, se ha convertido en un tema de política interna” en España.
“Yo también soy venezolano”
El país petrolero aparece con frecuencia en los debates del Congreso y los medios españoles siguen con frecuencia la evolución de su enquistada crisis política y económica.
Además, 250.000 venezolanos viven en España según la estadística oficial, donde los seguidores de la oposición suelen reproducir las protestas antigubernamentales.
“Nosotros esperamos que muy pronto, de manera definitiva, el gobierno de España pueda pronunciarse reconociendo la legitimidad de Juan Guaidó”, dijo a la AFP uno de sus líderes, Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas residente en Madrid desde noviembre, cuando escapó de su arresto domiciliario.
El miércoles, mientras Juan Guaidó se proclama presidente interino de Venezuela tras una marcha en Caracas, varios miles de compatriotas suyos manifestaban su apoyo en el centro de Madrid.
Entre ellos destacaba Pablo Casado, el joven que ha tomado las riendas del Partido Popular (derecha) tras la moción de censura perdida por el ex presidente de gobierno Mariano Rajoy en favor de Pedro Sánchez.
“Yo hoy también soy venezolano”, tuiteaba Casado este jueves junto a un vídeo de la marcha.
Y su principal competidor en la derecha, Albert Rivera de Ciudadanos (centroderecha), acudió este jueves a una manifestación de venezolanos frente al Congreso para exigir apoyo a Guaidó.
Ambos partidos anunciaron una moción parlamentaria para instar al gobierno a reconocer al autoproclamado presidente.
Carlos Malamud, investigador principal del centro de reflexión Real Instituto Elcano de Madrid, considera que estos ataques “tienen que ver más con la situación política interna que con el conflicto en sí mismo” porque bajo mando conservador “la posición del gobierno español no sería muy diferente”.
Pero “la idea es evidentemente criticar al gobierno y tomar posiciones” de cara a las importantes elecciones locales, regionales y europeas de mayo.
“Golpe de Estado”
En el otro lado de la balanza está Podemos, afín en sus inicios a las izquierdas latinoamericanas y aliado imprescindible para el gobierno socialista, que apenas cuenta con 84 diputados de 350 en el Congreso.
“Pedro Sánchez sabe que un ataque frontal contra Venezuela pone en peligro su alianza con Podemos para los presupuestos” de 2019 que negocian estas semanas, advierte Ayuso.
Y si bien Podemos se ha distanciado recientemente de Maduro, acusó a Guaidó de dar un “golpe de Estado” y criticó su reconocimiento por parte de países como Estados Unidos, Brasil, Colombia o Argentina.
“Es una decisión unilateral, peligrosa y de una gravísima irresponsabilidad, que busca propiciar un enfrentamiento civil (y quién sabe si una intervención militar) en Venezuela”, señaló en un comunicado.
En contraste con la abierta beligerancia del gobierno conservador de Rajoy, dando apoyo directo y asilo a líderes opositores, la llegada de Sánchez en junio propició cierta moderación de Madrid hacia Caracas.
La postura de su partido, el PSOE, tampoco es clara. Muestra de ello las posturas de sus dos antiguos jefes de gobierno, Felipe González (1982-1996) y José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2010): el primero apoya a la oposición y el segundo actúa de mediador, criticado por su cercanía a Maduro.
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