En una sesión parlamentaria a altas horas de la noche, Tsipras describió los últimos momentos como una guerra en la que se pelearon duras batallas y algunas se perdieron. «Ahora tengo la sensación de que hemos llegado a la línea divisoria. De aquí en adelante es una campo minado», dijo.
Agregó que no tiene el derecho a esconder del pueblo griego que las medidas que Grecia debe tomar están lejos de las promesas de campaña de su partido.
Pero insistió en que su última propuesta contiene medidas que ayudarán a la economía y que, si son aprobadas por los acreedores de Grecia, destrabarían suficientes recursos para que el país salga de su prolongada crisis.