Opinión

El decano, el Ferrari y la puerta: escándalo en la UCV

Una multa por $4.620 y la restauración de una puerta dañada es el castigo que le impuso el Instituto del Patrimonio Cultural al decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, el doctor Javier Caricatto. ¿La razón? Un Ferrari mal estacionado

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Un hecho que pasó “por debajo de la mesa” para el gran público en noviembre pasado (cuando sucedió), se convirtió en un escándalo a principios de esta semana al conocerse la multa que le fue impuesta por el Instituto del Patrimonio Cultural de Venezuela al decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, el doctor Javier Caricatto. La multa llega por la intervención -no autorizada- de un espacio interno del edificio sede para acomodar un lujoso Ferrari durante una charla.

A mediados de noviembre de 2023, los estudiantes y profesores de la UCV vieron cómo una grúa ingresaba un reluciente Ferrari en los espacios de la Universidad. Pero eso no fue lo más impactante: en estos últimos años hemos visto unas cuantas decenas de Ferraris transitando por el territorio nacional. Lo que realmente causó revuelo dentro de la facultad fue la posterior alteración de la puerta este del vestíbulo del auditorio para permitir la entrada del automóvil. Y es que el decano, sin consultar al Consejo de la Facultad, ni solicitar permiso al Instituto del Patrimonio Cultural, ordenó tumbar la puerta y abrir paso al vehículo de lujo.

La Ciudad Universitaria de Caracas, donde se encuentra la UCV, es un lugar emblemático y cargado de historia. En 2001, la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad, reconociendo su valor arquitectónico, cultural y educativo. La decisión de intervenir un edificio dentro de este conjunto patrimonial sin la debida autorización, es una afrenta a su legado y a las futuras generaciones de estudiantes, por decir lo menos.

Antes de escribir este artículo hablé con siete arquitectos amigos. Dos de ellos manifestaron que “eso había sido en noviembre y no encontraban razón para que ahora se hubiera armado el escándalo. Que ya la puerta estaba de nuevo en su sitio”. Uno de ellos me mandó, adicionalmente, un mensaje que ha rodado en los chats de la Facultad:

“Sobre este tema se hablará mucho en los próximos días. La historia es muy sencilla: hubo una charla en la Fau con el diseñador de los Ferrari y, como parte del evento, se expuso un Ferrari en la planta baja. No pasó nada y el evento estuvo concurrido e interesante. Como el carro no pasaba se desmontaron las puertas del hall del auditorio, gracias a lo cual se pudo revisar todo y constatar el avanzado estado de deterioro de todo el sistema, sobre todo los frenos de las puertas, que están pulverizados. El Ferrari salió ese mismo día, fue una operación pulcra y las hojas de las puertas volvieron a montarse sin ninguna novedad. Lamentablemente nuestro país vive de poco pan y mucho circo, así que esta jugosa noticia es aprovechada por el asqueroso madurismo (o como se llame) para afirmar su autoridad y dejar claro quién manda. Habría que agregar que el decano tendría que ser reelecto durante décadas para, con su sueldo, pagar la multa. El mismo estado que no ha cumplido durante muchos años con su responsabilidad de proveer los fondos para mantener la infraestructura (sin mencionar los recursos necesarios para equipos, investigación, difusión y salarios) se muestra ofendido e implacable porque se desmontaron unas puertas que, de hecho, están podridas y deben ser restauradas o sustituidas. Creo que lo que les molesta es ver a la universidad invadida por símbolos capitalistas como un ferrari (no importa que sean objetos dignos de estudio por su extraordinario Diseño) eso, sospecho, está en la médula de esta estupidez”.

Tres se quejaron agriamente del proceder del doctor Caricatto: “¿Qué lección se les está dando a los estudiantes si el propio decano es quien viola las leyes que conoce bien?”. Dos me dijeron que “la puerta había quedado en pésimas condiciones y que, de allí y del abuso de poder, había surgido la multa”. Los siete coincidieron en que hacer algo así no es potestad de autoridad alguna. 

La multa llega cinco meses después

El Instituto del Patrimonio Cultural tardó cinco meses para tomar cartas en el asunto y según un memorándum fechado el 26 de abril de 2024, el decano Caricatto recibió una notificación de multa por su acción imprudente. Deberá pagar la suma de 4.260 dólares como restitución por la puerta dañada. Además, se le exige que restaure la infraestructura a su estado original en un plazo de tres meses.

La comunidad universitaria y quienes se enteraron en su momento que habían tumbado la puerta para meter el Ferrari, excepto unos cuantos, han expresado su indignación. Estudiantes, profesores, artistas y exalumnos han alzado la voz tanto dentro de la UCV como en redes sociales. Exigen una investigación exhaustiva y sanciones más severas para preservar la integridad del patrimonio cultural.

De la cuenta deInstagram de Javier Caricattoextraigo algunos comentarios:

El artista Luis Villasana escribió: “¿Para esto valió el serruchar la puerta de entrada a los pasillos de planta baja? ¿Una foto para el Instagram? De nada sirve hacer un supuesto cambio de administración y dirección si se siguen haciendo daños al patrimonio. Muy mal esa moral de decir que se cuida el patrimonio y por otro lado se daña aún más la infraestructura original para un evento que muy poco valor académico o cultura deja a la facultad. Aquí pareciera que el valor que se deja es monetario”.

A Jacqueline Faría, presidente de la Misión Venezuela Bella, se la puso “de bombita”: Ella comentó que“de quien menos hubiéramos esperado este abuso contra el patrimonio nacional y mundial es de un decano de la fac (sic) arquitectura UCV!!! Contradictorio este hecho irreversible sobre los pasillos y espacios de esa facultad”.

Quien se identifica como @isaidg9033, Chaolin LG Yoan, se pregunta que “desde cuándo la UCV es un concesionario automovilístico. Por qué tanto irrespeto por el Patrimonio y por el trabajo del Arq. Carlos Raúl Villanueva. No merece usted ser decano de la@fauucvy menos aún ser autoridad en la Casa que Vence la Sombra” y más adelante añade: “se irrespeta al Patrimonio cuando no se respetan los artículos que lo protegen y se vandalizan las puertas de la Facultad de Arquitectura para ingresar un automóvil a un espacio que no fue concebido para tener tránsito vehicular”.

Melin Nava @melinccs, le responde: “De acuerdo con @isaidg9033… es innecesario introducir el peso de un vehículo, y todo lo que implica, en un pavimento diseñado hace 70 años para uso totalmente peatonal. En efecto, hacer esto una vez no es el problema. El problema es el precedente que crea, que es contraproducente a la preservación del patrimonio. Lamento que no se puedan coordinar las acciones con los procedimientos y los esfuerzos en favor del patrimonio…”.

El decano, por su parte, ha emitido una disculpa pública y se ha comprometido a acatar las medidas impuestas. Lo llamé, pero declinó hablar del tema por los momentos.

Este incidente nos recuerda la importancia de respetar y proteger nuestro patrimonio cultural. Las decisiones individuales pueden afectar a toda una comunidad y a las generaciones venideras. Que este asunto del Ferrari sirva como recordatorio de que ni la belleza de la arquitectura, ni la historia, deben ceder ante la tentación de lo extravagante. Esperemos que esta lección impulse un mayor compromiso con la preservación de nuestro legado cultural.

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