El suceso ocurrió en la autopista Cimarrón Andresote, a la altura de San Felipe, capital del estado Yaracuy, cuando una alcabala obligó al conductor del autobús que transportaba a los niños en horas de la noche a detenerse.
Posteriormente, irrumpió un grupo de ocho personas con capuchas y vestidos de miltares a la unidad, apuntando a los pequeños y a los monitores con armas de fuego, explicó Aura Rosa Matheus, vocera de prensa de la Contraloría regional.
A los niños los despojaron de sus pertenencias e incluso de los morrales, mientras a los recreadores “los golpearon, los lanzaron hacia el monte, les robaron celulares y hasta los zapatos”.
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