Beatificación de José Gregorio Hernández

La esquina donde murió José Gregorio Hernández es hoy un mercado

El médico de los pobres, José Gregorio Hernández, aprendió a esperar. De la misma forma como aguarda por la beatificación de la Iglesia católica, también espera que limpien la esquina de Amadores, donde murió este 29 de junio, pero de 1919.

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beatificación de josé gregorio
Texto: Dalila Itriago | Fotografía: Fabiola Ferrero

Allí se le ve de pie, con su traje negro, mirada inexpresiva y cabello negro. Alto, altísimo, pintado sobre un fondo azul celeste y ajeno al caos citadino y a la basura que hay en el lugar donde cuentan que cayó, tras ser golpeado por uno de los pocos vehículos que tenía Caracas hace 97 años.

La esquina de Amadores es un pequeño mercado. Especialmente los días jueves se consigue desde coco frío hasta queso, pasando por hortalizas y frutas. Eso sí, la famosa Farmacia Amadores, donde relatan que entró el médico para buscarle una medicina a una pobre viejecita, está desabastecida.

Hoy José Gregorio Hernández cumple 97 años de ser arrollado, pero aún y después de haber poseído las virtudes de un médico, científico, profesor y católico de vida ejemplar, su vida no basta para contar con un altar decente donde pueda recibir ofrendas. Mientras tanto observa impávido el desorden de su alrededor.

Jose Gregorio Hernández - La Pastora / Fabiola Ferrero, Ee

Jose Gregorio Hernández - La Pastora / Fabiola Ferrero, Ee

“¿Que si vienen devotos, pregunta usted?”, interroga José Manuel Figüeiras mientras atiende a un cliente de su bodega, tras unos barrotes de hierro. “Sí, por acá vienen muchos ladrones. ¿Acaso no ve cómo trabajamos entre rejas?”.

La esquina es una intersección de la calle Oeste 9 con la calle Norte 8 de La Pastora. Queda a una cuadra larga de la avenida Baralt. Aunque más fácil sea reconocerla por su barullo, tras dejar al lado derecho de la calle Oeste 9 una licorería, una venta improvisada de catalinas, una agencia de loterías, una escuela de baile hip hop (desde donde se escucha a Sting cantando “Every breath you take”) un cibercafé y un estacionamiento; y, al lado izquierdo, una peluquería, una ferretería, una quincalla y la bodega de los cocos fríos.

Jose Gregorio Hernández - La Pastora / Fabiola Ferrero, Ee

En ese cruce de calles pareciera que el coro de la canción fuera cantado por el venerable y no por la banda Police: “Every move you make, every bond you break, every step you take…I´ll be watching you (…) Every single day, every word you say, every game you play (…) I´ll be watching you”. Mira y calla.

Observa cómo trabaja Pedro Mora, quien sale todos los martes a las 11:00am de La Grita, estado Táchira, para llegar un día después a Caracas, donde descarga dos camiones con cerca de 5.000 kilos de verduras, hortalizas y frutas. También a Douglas Piña, el auxiliar encargado de la Farmacia Amadores, quien cada ciertos minutos debe contestar con un reiterativo: “No hay”, al ser consultado sobre la existencia de anticonceptivos o medicinas.

Mira a María Martuscello Suárez, quien pertenece a la tercera generación de mujeres de su familia que hace tortas por encargos, desde la casa N°70 de la cuadra. Así como también presta atención al milagro que se empeña en contar Virginia Medina, mientras le compra medio kilo de queso duro para rallar a Mercedes Castro. Y, obviamente, no puede dejar de ver a Carmen Gómez, quien reside en la casa N° 75 y dice ser la mujer más vieja y nostálgica de la cuadra. Asegura que se vino de su España natal, huyendo de la guerra civil y luego de trabajar en casa de familia compró la suya en La Pastora, con 230 bolívares. Ahora llora la suerte del país: “Esta es una pepa muy triste. Estamos peor que nunca”.

Jose Gregorio Hernández - La Pastora / Fabiola Ferrero, Ee

Todos ellos conforman el paisaje de una tarde de jueves nublado con chubascos y truenos. Todos conocen al venerable (incluso pueden llegar a pedirle y a tenerle fe) pero siguen sus vidas sin prestarle demasiada atención al médico que los mira desde una pared. Quizá la más expresiva de todos sea Virginia Medina quien enfatiza a gritos, y con lágrimas en el rostro, que el doctor Hernández le salvó la vida a su hijo Eliézer Ramón Berríos.

“Él se estaba muriendo y estaba tan mal que ni siquiera el sacerdote de la iglesia Jesús Obrero de Catia me lo quería bautizar. Entonces yo me hinqué y le dije a Dios, si quieres llévatelo pero no me lo hagas sufrir. Y luego de pedirle al doctor, mi muchacho se curó”.

 Un milagro inmediato, permanente e inexplicable

Probablemente Medina tenga razón y el venerable curó a su hijo, pero el hecho de no haber comunicado este milagro ante la oficina de la causa de la Vicepostulación, que queda en la parroquia de Nuestra Señora de La Candelaria, no ayuda a que José Gregorio sea declarado beato.

El sacerdote Miguel Acevedo, párroco de este templo donde reposan los restos del venerable desde el año 1975, insiste en que los milagros tienen que tener tres características: “Inmediatos, permanentes e inexplicables por la ciencia médica. No basta con relatar que se logró un milagro por la mediación del venerable. Es importante tener soportes médicos de todo lo que constituye la anamnesis (historia de la enfermedad y su evolución); y debe ser la cura de un pronóstico grave: cuadros oncológicos avanzados, cardiopatías delicadas, enfermedades degenerativas crónicas, entre otros”.

Jose Gregorio Hernández - La Pastora / Fabiola Ferrero, Ee

José Gregorio Hernández lleva 29 años reconocido como venerable y a la espera de su beatificación. Su proceso ha superado cuatro fases, desde que ingresó en 1949 al Vicasterio Romano (la congregación para la causa de los santos). Acevedo explica que la primera fue investigar y recabar los datos, esto ocurrió en la fase diocesana en 1949; luego vendría la fase introductoria en 1973, cuando se dieron los primeros pasos para impulsar la beatificación, un poco más tarde en 1980 salió el decreto de autenticidad (cuando se confirma que el proceso está bien presentado) y en 1986 la congregación para la causa de los santos, con la anuencia del santo padre Juan Pablo II, declaró que el doctor José Gregorio Hernández vivió heroicamente las virtudes cristianas y le declaró venerable. “Desde entonces esperamos el milagro que lo beatifique”, apunta el padre.

La tarea se lleva en paralelo. Mientras en Roma, Italia, hay una causa de postulación; en Caracas funciona la Oficina de Vicepostulación, donde ya han trabajado cinco monseñores designados por el Arzobispo de Caracas: Rincón Bonilla, Jorge Urosa Savino, Mario Moronta, Alejandro López, Fernando Castro Aguayo y el actual Tulio Ramírez Padilla.

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El padre Acevedo recalca que cuando el Vicepostulador en Caracas lleva a Roma la historia del presunto milagro, este debe pasar por el examen de una comisión médica, para luego ser discutida ante una comisión teológica. Ambas instancias deben estar de acuerdo para que ocurra la proclamación del beato, decretada por el santo padre.

A pesar de que esto no ha ocurrido, Acevedo asegura que el proceso va bien encaminado. Dice que ha servido para relanzar la figura de José Gregorio y ha formalizado la oficina de la Causa de la Vicepostulación, en la iglesia Candelaria, donde diariamente acuden alrededor de 20 personas a contar los presuntos milagros que le concedió el doctor de los pobres.

“Ansiamos la beatificación, pero debemos recordar al Padre Pío de Pietrelcina, quien fue atacado incluso por miembros de su propia congregación. Se trata de un proceso lento, pero hay que tener mucha fe y paciencia”, agrega el sacerdote.

Mientras tanto, el venerable seguirá observando, a lo Police.

Jose Gregorio Hernández - La Pastora / Fabiola Ferrero, Ee

Misas y aceite para el cumpleaños

Este lunes 26 de octubre la parroquia de Nuestra Señora de La Candelaria ofrecerá cinco eucaristías: a las 8:00am, 10:00am, 12 del mediodía, 4:30pm y 5:30pm. Esta última será presidida por monseñor Jesús González de Zárate, Obispo Auxiliar de Caracas. El responsable de esta parroquia, Miguel Acevedo, informó que la iglesia ofrecerá a los enfermos aceite consagrado en la frente y las manos para fortalecerlos en la enfermedad.

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