Del salario mínimo al mínimo salario
El último aumento por decreto se realizó escasos tres meses del tradicional de mayo y, a la fecha, ya suman 5 aumentos (entre ajustes del salario mínimo o del ticket de alimentación) en lo que va de año.
Sociologo – Ms. Ciencias Politicas. Investigador de la UCAB. Coordinador del Estudio sobre la Pobreza en Venezuela.
El último aumento por decreto se realizó escasos tres meses del tradicional de mayo y, a la fecha, ya suman 5 aumentos (entre ajustes del salario mínimo o del ticket de alimentación) en lo que va de año.
Entramos en una fase realmente peligrosa dentro de esta transición política y económica que vive Venezuela. Decimos transición porque difícilmente el país se sostenga sin cambios económicos sustantivos luego de la caída estructural de la renta petrolera y el modelo económico asociado a ella. Cambios que quiérase o no, van a impactar el diseño político de lo que llamaron la revolución bolivariana.
La búsqueda de un chavismo legal que sobreviva al desastre del actual no sólo debe existir sino que lo veremos en plena vigencia dentro de poco. Hoy todos están sentados en un mismo y obstinado objetivo.
El chavismo, y su intento de crear una nueva república, ha sido uno de los fracasos más espectaculares de la historia contemporánea venezolana.
El daño que como sociedad nos han hecho en estos años de normas cambiantes y a conveniencia, en todo caso, es a nivel de las instituciones, y no necesariamente en la moral del pueblo.
Si usted es de los que cree, siquiera en parte, que la reventa de productos es una de las causas (o la causa) del desabastecimiento. Si usted es de los que piensa que los bachaqueros son una forma de redistribución del ingreso a favor de los sectores populares, lo que los mantiene adormecidos. O si incluso opina que se trata de personas sin conciencia y que abusan o se aprovechan de los demás, pues por favor no siga leyendo, mi lista de enemigos está completa.
Luego de esa tragedia que es la hiperinflación, nunca más un millardito se pagará con el empobrecimiento de el país.
El chavismo va a perder el poder sin darse cuenta, sin tener tiempo para pensar en una jugada de transición que lo deje mejor parado de cómo va a quedar.
Como la mayoría de los venezolanos no somos muy practicantes de la Semana Santa. Hasta no hace mucho el receso santo era más parte de unas vacaciones que de rezos y oficios. Hoy sin necesariamente ser a la inversa, la recesión y las dificultades del país hacen que permanecer en casa sea una opción para la mayoría de nosotros. Quizás sea un buen momento para reflexionar
Todos hemos visto moverse, con más rapidez que con vida, la cola recién cortada de una lagartija. Sus movimientos espasmódicos no duran mucho, finalmente se trata de un miembro amputado próximo a morir.
El chavismo como movimiento político reivindicativo podría situarse como uno más de los populismo latinoamericanos, pero con el añadido para el caso venezolano, de su fuerte liderazgo mesiánico y militarista, el cual resultó bastante inédito entre nosotros.
Hoy cuando el país está en lo que sin lugar a dudas es su peor crisis económica y social nos pesan, y mucho, la inmensa cantidad de barbaridades que se hicieron en el pasado reciente, gracias al festín petrolero auspiciado por el delirio voluntarista de la megalomanía que aún asiste al gobierno.
El gobierno tardó casi tres años para tomar algún conjunto de medidas que sirvieran para enderezar los entuertos que se fueron acumulando desde el año 2009.
Cuando cualquiera de nosotros compra algo de comida y sorprendidos vemos lo que pagamos por las tres bolsitas que llevamos, a todos nos viene a la cabeza la misma pregunta ¿cómo harán los que ganan menos?
En política las palabras son hechos. Por su propio objeto, por tratarse de proponer y ejecutar colectivamente metas, la política supone movilizar recursos, encausar voluntades, esfuerzos y, muy especialmente, reducir las resistencias de quienes se oponen a la consecución de los fines sociales.
La primera campanada fueron los resultados electorales, pero como se dijo entonces, esto es sólo el comienzo. Es muy probable que la inviabilidad económica precipite eventos políticos. Especialmente cuando la crisis tiene un responsable para la opinión pública.
Estamos sólo en el inicio del certamen entre política y realidad. Quien aproxime más una y otra se llevará, sino la gratitud, al menos sí la simpatía del pueblo.
La última vez que indagamos la percepción de los venezolanos sobre el desabastecimiento y la inflación, antes que recursos y tiempos de investigación los copara las elecciones para la Asamblea, 80% de los venezolanos opinaba abiertamente que la vida cotidiana se la habían convertido en un calvario.
Finalmente, y en sana paz, se instaló la nueva Asamblea Nacional. Atrás quedaron las amenazas y llamados al insensato alboroto.
No es para aguarle las fiestas, pero nunca ha sido tan cierta aquella cumbia que cantaba: Yo no olvido al año viejo. 2015 será de envidia cuando nos volteemos a verlo desde el 2016.