El día en que Marty McFly mostró el futuro, hoy

El director Robert Zemeckis ha dicho que, junto al guionista Bob Gale, nunca hubo la intención de hacer una secuela, que el final abierto de la primera parte era tan solo un chiste más. Pero el estudio quiso otra entrega, así que se embarcaron en producir una en el futuro, aunque no fuese el gusto del cineasta porque sentía que siempre una película ocurre en el futuro se equivoca en las predicciones. 26 años después de su estreno, Volver al Futuro 2 le da la razón, solo en parte.

En ese filme, los personajes viajan al 21 de octubre de 2015 -año en que además se celebran tres décadas del primer estreno de la trilogía- y se encuentran un mundo futurista luminoso, optimista, alejado de la visión apocalíptica tan pretendida por aquellos años en el cine. Bob Gale desarrolló el libreto casi en solitario porque su compañero estaba dirigiendo Quién engañó a Roger Rabbit (1988) y, aunque no buscaban ser pitonisos, la cantidad de tecnología que asomó en el guión y luego se vio en la pantalla grande que se ha convertido en realidad conforma una lista larga, convirtiendo a la película a la vez en predicción e inspiración.

¿Qué sí existe?

– Las pantallas planas, los televisores con capacidad de mostrar varios canales y la comunicación por videollamadas, como en la conversación ente Marty y Needles.

– Lentes de realidad virtual. Lo usa el hijo de Marty dentro de casa. Se le compara con el Google Glass.

– Los lentes plateados de Doc Brown. Existen réplicas que se pueden comprar por Internet.

– Pepsi Max. Uno de los sabores del refresco ofertados en el 80’s Café de la cinta se produjo en 1993 en el mercado europeo y en Estados Unidos en 2007. Este 2015, para conmemorar los 30 años de la primera película, Pepsi producirá una edición limitada del envase «Pepsi Perfect».

– Mr. Fusion. Un aparato que sea capaz de convertir basura en energía no está disponible para uso doméstico, ni para sustituir a la gasolina. Lo único similar sería, extendiendo mucho el concepto, la planta Klemetsrud de Noruega donde la basura es transformada en combustible.

– Tablets. A Marty le piden donar dinero para salvar -de nuevo- la Torre del Reloj, y lo hacen con una tablet. El taxista le cobra a Biff con un dispositivo movil similar que lee la huella dactilar. Ambas cosas existen, aunque con usos diferentes.

– El microondas, aunque no hidratan comida para hacer crecer pizzas. Y sí, muchos son Black & Decker. ¿Un empate?

– Películas en 3D. Aunque no hay Tiburón 19 -pero sí un tráiler de broma hecho por Universal-, ni hologramas en plena calle, ver películas en tres dimensiones es posible. Vamos a contarlo.

– Drones. Aunque no pasean perros ni sirven como fotógrafos de periódicos automáticos, sí vuelan y sirven para registrar imágenes.

– Cerraduras con huellas digitales. Aunque el pomo y la llave sigue siendo lo habitual, ya hay sistemas de seguridad como el descrito en el filme.

– Videojuegos sin controles. Los niños del Café 80 se aburren de tener que jugar usando las manos. Con dispositivos actuales como Kinect algunos dirían lo mismo.

– El uso doméstico del fax. Aunque ya no se usan, fueron norma hace varios años.

– Las mismas caras en la política estadounidense. Si en Hill Valley gobernaba Goldie Wilson en 1985 y 30 años después el candidato era Goldie Wilson tercero; en la realidad cuando salió el filme (1989), George H. Bush asumía la Presidencia y ahora su hijo Jeb Bush compite por la Casa Blanca.

– El béisbol. El primer acierto es que en 1989 Miami no tenía equipo de Grandes Ligas. El segundo aún no ocurre, pero pudiera: los Cachorros de Chicago campeones de la Serie Mundial. El equipo lleva 107 años sin jugar una Serie Mundial, pero este año el buen desempeño los tiene en las casas de apuestas de Las Vegas con 5-2 de probabilidades de ganar el título. La oportunidad es la noche del mismo miércoles 21 de octubre, si sobreviven a los Mets de Nueva York.

– La nostalgia por los 80. En la película era un Café. En la realidad, está por todos lados.

¿Qué no ha llegado?

– Los viajes en el tiempo.

– Los carros voladores.

– Las estaciones de servicio robotizadas.

– Los jardines flotantes domésticos que producen fruta y responden a comandos de voz. Los gallineros verticales no cuentan.

– La patineta flotante y, más aún, la que incluye jets de propulsión. Hay prototipos, pero no cuenta.

– La moda de las corbatas dobles.

– La ropa que se ajusta y se seca sola. Aunque hay telas que son en extremo impermeables, no se venden al público todavía.

– Los zapatos autoajustables. Nike produjo  un modelo estéticamente similar, pero era pura pinta.

– Las papeleras públicas robotizadas.

– La publicidad holográfica.

– Los kennels de hibernación, como el que, según Doc Brown, resguarda a su perro Einstein. Tampoco un dispositivo de frecuencia alfa para poner a dormir a la gente de inmediato.

– Plataformas para flotar de cabeza y corregir desviaciones de espalda.

No es ni tan malo que no todo lo que muestra una película del futuro llegue. Después de todo, en 2017 se cumplirán 30 años de The Running Man, la película que predijo el alcance de los reality shows, pero que, más allá de Arnold Schwarzenegger y María Conchita Alonso, nadie quiere ver replicados en la realidad.