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Métodos anticonceptivos: resolver con lo que hay

La escasez de píldoras anticonceptivas y de preservativos le hincha la cabeza a quienes evitan un embarazo. El temido “no hay”, ahora tan común, se diluye cuando la búsqueda es por dispositivos menos comunes pero igual de efectivos, incluso pensando en el bolsillo

Composición fotográfica: Mercedes Rojas | Infografías: Andrea Tosta
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“Las parejas tienen derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos o hijas que deseen concebir y a disponer de la información y de los medios que les aseguren el ejercicio de este derecho”, cita el artículo 76 de la Constitución nacional. Pese al derecho a la libre elección del método anticonceptivo para la planificación familiar, desde hace casi un año se registra en la mayoría de las farmacias del país escasez de métodos que impidan una fecundación, sobre todo orales. “Lo que primero empezó a desaparecer fueron los condones. Dos meses después las pastillas anticonceptivas también empezaron a ausentarse, como por octubre de 2014”, confiesa a regañadientes una empleada del Farmatodo de Los Palos Grandes.

Pero la anticoncepción no se reduce a las píldoras y los condones. Existen otras maneras de cuidarse, como el anillo, el implante subdérmico, el Dispositivo Intrauterino (DIU) y el Sistema Intrauterino (SIU). En tiempos de escasez son una opción, menos común pero igual de efectivas. La ginecóloga Doris Fernández asegura que “al principio los pacientes le tenían miedo a las pastillas, luego poco a poco se acabó el prejuicio porque todo el mundo empezó a usarlas. Así sucede con los otros métodos alternativos, nadie los usa, por eso suelen dudar de ellos”. Sin embargo, expertos aseguran que son igual de eficientes.

La directora de Asociación Civil de Planificación Familiar (Plafam), Susana Medina asegura: “Se suele creer que porque no hay píldoras ya no hay cómo protegerse. El consumo de las mismas está basado en la moda y en la frecuencia. Hay que saber que hay otras maneras”. Añade que, en este momento, la tasa de embarazos no deseados ha aumentado un 23%. En cuanto a los datos sobre la escasez, Medina revela que “no hay números reportados, porque nadie se ha encargado de asumir esas cifras, pero la sensación de que no hay está más que clara”. Con orgullo, se regocija en que todo el que entra a Plafam sale con un método anticonceptivo, sea en las manos o dentro de su cuerpo.

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Es evidente que no todos las maneras de protección funcionan para todas las mujeres. Tampoco que protegen de enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, estas alternativas menos comunes tienen otro modus operandi y suelen durar mayor tiempo. “Todos tienen sus ventajas y desventajas. Por ahora tienen un plus y es que se consiguen en casi todas las farmacias o en fundaciones como la nuestra”, afirma la directora de Plafam.

También protegen el bolsillo

Las pastillas más solicitadas por las consumidoras hasta los momentos han sido Yasmin, Yaz, Dixi 35, Diane 35, Nordette y Belara. A  mediados de 2014 médicos y farmacéuticos se acostumbraron a decirles a sus pacientes “prueba ésta a ver si te funciona, pues no se consigue la tuya”. Dice Ariana Gutiérrez, una paciente que lleva seis años en control ginecológico que “las pocas veces que hay, te dicen que solo debes comprar dos. Yo suelo conseguirlas en farmacias pequeñas, o con revendedores, pero ellos suelen venderlas a 1.500 bs, tres veces el precio regulado”.

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Las otras alternativas para evitar el embarazo oscilan entre los 200 y los 3.000 bolívares. Por ejemplo, la caja de Nuvaring, el anillo, cuesta 280 en la mayoría de las farmacias. En el caso del dispositivo intradérmico suele costar entre 2.000 a 3.000. Aunque el costo parezca elevado, es todo lo contrario, pues el efecto se extiende durante tres años continuos, sin tener que retirarlo, y la inversión es solo una.

“El DIU, el SIU, el anillo y el dispositivo intradérmico no necesitan que el paciente tenga que acordarse todos los días de usarlo, dependiendo de cuál se elija, pueden durar entre un mes a cinco años”, aseguran desde Plafam.

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