Investigación

Mafias, sobreprecios y estafa: lo que sea por un pasaje aéreo

Comprar un pasaje de avión se ha convertido en un verdadero viacrucis. Muchos viajeros quedan excluidos por los precios o por no tener acceso a un círculo privilegiado de operadores que, valiéndose de sus conexiones y chanchullos, hace su negocio redondo. El mercado negro es tan real como el bachaqueo de harina de maíz. Por donde se mire, las garras de un Estado corrompido empuñan su furia

Texto: Pierina Sora @Pierast | Composición fotográfica: Pedro Agranitis
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La planificación de un viaje comienza con la compra de un boleto, pero la deuda de más de 3.800 millones de dólares que todavía tiene el Gobierno venezolano con las aerolíneas internacionales ha hecho que la baja disponibilidad de asientos se mantenga, al igual que la poca frecuencia de vuelos. En medio de esta situación, hay quienes han visto en la venta de pasajes fuera de los canales una “ganga”. Una oportunidad ilícita de negocio.
Las prisas para salir de estas fronteras tienen un precio. Los más apresurados comienzan a preguntar entre sus contactos “quién conoce a alguien que consiga un pasaje”. Enseguida, las esperanzas revolotean en la mente del interesado: encontrar un boleto, en la fecha deseada y a un precio moderado. Hay quienes lo logran, pero también hay personas que pagan y reciben en sus manos un boleto falso.
Yuliana Rodríguez*, quien prefiere refugiarse en el anonimato, cuenta cómo fue estafada con un pasaje aéreo ficticio a Ecuador en 2015. Ya había viajado en dos oportunidades a Cuba gracias al trabajo que había hecho su “agente de confianza”. Pero su contacto esta vez no fue tan honesto. Cuando hizo la solicitud ante una entidad bancaria para el cupo Cadivi de inmediato la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario de Venezuela (Sudeban) le hizo una suspensión “temporal” de todas sus tarjetas de crédito. Ella debía poner la denuncia ante la Fiscalía. “La introduje y Ministerio Público me señaló como víctima. Debía esperar que el ente dijera que realmente había sido estafada para que el banco pudiera desbloquear mis tarjetas. Lo cierto es que, como todo en este país, el sistema judicial hasta el sol de hoy no ha determinado nada de mi caso y sigo penalizada hasta el mes de noviembre de este año. Ahorita la cosa está ruda y no sabes cuánta falta me han hecho mis plásticos”, matiza con cabeza cabizbaja.
El no pago en concepto de liquidación de dólares por las ventas en bolívares durante 2013 y 2014 llevó a las aerolíneas a disminuir la frecuencia de vuelo y a reducir el número de pasajes que venden en la moneda local para ofertarlos en dólares. Esto hizo que Rodríguez recurriera a un tercero debido a que era muy “difícil” conseguir pasaje por los canales regulares. Ya el daño estaba hecho y nada bueno pasaría. “No fui directamente a una aerolínea porque ya se sabía que no había pasajes. Recurrí a una persona que le había comprado anteriormente boletos y hasta la recomendé a otros compañeros. Nunca hubo alguna novedad. Me estafaron y alerté a otros”. Rodríguez pagó por el ticket de Caribbean Airlines 40.000 bolívares y hasta la fecha de hoy no ha podido recuperarlos ni tampoco ha dado con el estafador.
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El negocio redondo
Adquirir un boleto en la aerolínea Conviasa devino calvario o proceso tedioso para los clientes. Los interesados tienen que estar desde tempranas horas de la mañana en alguna de sus sedes para obtener un billete o estar atentos a la página web y correr con suerte cuando por misericordia la empresa “libere el sistema de compra”. Indiferentemente del destino y fecha, la cola en sus oficinas es para todos… la disponibilidad y mayores detalles de los viajes deben ser consultados directamente a los operadores de ventas.
En algunas de las sedes de la compañía aérea venezolana —Hotel Alba, Chacao y Maiquetía— los vendedores alegan que “no hay pasajes”. Así lo confirma Vanessa*. Vive en Valencia y se trasladó a Caracas porque allá encontrar un boarding pass para Buenos Aires es imposible. “Siempre vengo para acá y llego antes de las siete de la mañana. Ya estoy cansada. Me pelotean, me dicen que llame por teléfono o que espere en la página. Quiero irme en marzo, pero si no consigo nada me tocará comprar por fuera”, exclama con voz queda.
Conseguir el ticket que abra las puertas de escapatoria de Venezuela se paga bien caro. No importa que un operador diga que un pasaje con destino a Buenos Aires cueste 780.000 bolívares, tarifa oficial. Dentro la empresa, hay quienes se prestan para revender o “bachaquear”. Para este reportaje se le consultó a un trabajador vía mensajería de texto. La labor de este “agente” entrevistado, según cuenta, es superar la burocracia que hay dentro del consorcio estatal, incluyendo los individuos que se encuentran inmersos en mafias. La fuente, que también protegió su identidad, reconoce que hay que tener paciencia para comprar un pasaje y que a Conviasa no le interesa vender sino revender. “Los que más ganan son ellos. Aquí todo se mueve por contactos”, pontifica lo sabido. Lo obvio.
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En 2015 la empresa aérea del Estado fue objeto de una auditoría interna debido a las irregularidades que se cometieron con la venta de pasajes internacionales. Fue en el mes de octubre de ese mismo año cuando la venta extraordinaria de 2 mil boletos en una hora, la última semana de septiembre, hizo que se suspendiera la emisión de pasajes a Buenos Aires y Madrid para averiguaciones. En este negocio redondo existen personajes que ya tienen su categoría. Hay un paso a paso. La primera alcabala es el “contacto”, es decir, la persona que trabaja en alguna aerolínea. La segunda está dentro del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar. Esta última es acaso la más importante porque por medio de ella se consigue el preciado papel.
—¿Cómo consigo pasajes en Conviasa? —una pregunta lanzada a un embalador de maletas en Maiquetía.
—¿Para dónde quieres corazón?
—Para Argentina
—Ok, si quieres ven mañana. Yo siempre estoy por aquí. Vente con tu copia de la cédula y con 50 mil bolívares adelante que yo mismo te lo consigo.
Finalmente, está el internauta. Este ofrece sus servicios vía Whatssap, por las redes de Facebook e incluso por Mercado Libre. Tiene boletos en bolívares y en dólares. Incluso promociona paquetes que los hacen ver atractivos.
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Cifras que vuelan muy bajas
Durante el 2016, la venta de boletos a destinos internacionales ha registrado una caída alarmante. La ausencia de las divisas por parte del ente Cencoex y los altos costos hicieron que la emisión de pasajes al extranjero disminuyera. Julio Arnaldes, director de la Asociación Venezolana de Mayoristas y Empresas de Representaciones Turística y ex presidente de Conseturismo, asegura que el derrumbe en la boletería internacional fue de 26% en 2016, mientras que los domésticos o nacionales fue 49 %, y que en tres años ya acumula un declive no mayor a 65%.
Arnaldes también suscribe que todos los factores en contra que tienen actualmente las aerolíneas hicieron que abrieran “otro mercado”, es decir, uno donde los mismos aviones que son usados para las rutas nacionales también cubran vuelos no mayores de tres horas para el extranjero, por ejemplo: Panamá, Aruba, Curazao y Miami. “La única manera de supervivencia de las aerolíneas es volar al extranjero con destinos cortos y las únicas ventas en dólares que puedan tener es cuando el pasajero está fuera de Venezuela y compra su pasaje en divisas. También hay falta de repuestos. El mantenimiento de un avión es costosísimo y es por eso que reinventan su manera de seguir operando”. Afirma que sí existen mafias. “Toda regulación genera un mercado informal y la venta de boletos no escapa de estas complicidades”.
Un adulto mayor, quien prefiere no dar sus datos, manifiesta que una vez al mes viaja a San Antonio del Táchira y que por lo general “corre con suerte”. Revela que él mismo ha visto la reventa de pasajes en Conviasa. “Aquí los venezolanos no somos solidarios entre nosotros mismos. Hay matracas para todo tipo de pasajes. Hay gente que compra varios pasajes y luego los pone a un precio mayor. Yo fui hasta la agencia y compré uno para mi pueblo en 13 mil bolívares y luego vi que por fuera los estaban vendiendo en 20 mil”. Asegura que pasa lo mismo con boletos para el extranjero. “Tú los ves matándose por los pasajes para Argentina y Madrid porque son los más cotizados”. Sin embargo, pareciera ser que también existen otros consorcios que se prestan para este tipo de triquiñuelas. Así lo corrobora una nota publicada el pasado cinco de febrero en El Cooperante que decía lo siguiente: “Este domingo se presentó una situación irregular en el aeropuerto de Margarita, en el estado Nueva Esparta, por la supuesta reventa de boletos de la aerolínea Aeropostal”. Según precisaron fuentes al portal web, los usuarios se quejaron ante funcionarios del Instituto Nacional De Aeronáutica Civil Venezuela (INAC) y de la Guardia Nacional, pero éstos “no hicieron nada”.
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¿Cuánto es?
La compra de un boleto aéreo ida y vuelta al exterior depende de la disponibilidad y de los precios. Un viaje a Madrid con Conviasa pasó de costar 272.005,05 bolívares en 2015 y 383.728 en 2016 a 860.000 en enero 2017 —clase económica por supuesto. Si se cotiza un viaje a Bogotá, destino más económico, tiene un valor de Bs 275.00. Mientras que si el usuario desea un ticket internacional debe disponer de dólares o euros ya que, las aerolíneas extranjeras, aunque operen en Venezuela, venden sus pasajes en divisas y mediante sus portales web. Para ello, hay que disponer desde 300 dólares si se desea adquirir por esta vía. Un viaje a Miami con American Airlines cuesta aproximadamente $500, para Orlando con Caribbean Airlines cuesta $1.719 y a Chile $1.070 con Copa Airlines.
El presidente de Conseturismo, José Antonio Yapur, indica que las ventas internacionales en 2016 en bolívares aumentaron, mientras que en dólares bajaron. De acuerdo a sus declaraciones, explica que el mercado se ha ido diluyendo y por ello las aerolíneas utilizan las ventas por Internet y sistema de reservaciones. En cuanto a las comercializaciones paralelas, dice que las personas que ofertan boletos fuera de las agencias de viajes y de los agentes autorizados terminan siendo negocios fraudulentos.
Hasta ahora, no hay un número exacto de cuántos venezolanos han emigrado, pero el abogado y analista internacional, Daniel Marchán, afirmó a El Periodiquito que hay más de 1 millón fuera del país. Para Julio Arnaldes, las personas quieren obtener un pasaje como sea para salir de Venezuela debido a la crisis. En este mismo sentido, el presidente de Asociación Venezolana de Agencias de Viajes y Turismo (Avavit), Dante Salvatorelli, asevera que en el último año los precios de los boletos aéreos a destinos internacionales han sufrido un incremento de cuatro veces. Los ciudadanos tienen otras prioridades como la alimentación y la salud. “Ya el viajar no es una rutina como antes. El que puede es el que está viajando. Actualmente, hay personas que compran un pasaje pero ya es para irse definitivo, esto representa pérdida porque no es un cliente que va y vuelve y puede usar los servicios nuevamente. Todo esto hace que se pinte un panorama más difícil para este año”.
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“Políticas” de Conviasa
Fue en septiembre de 2015 cuando la aerolínea estatal Conviasa quedó fuera de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) por una petición hecha por la misma empresa; lo que significó la salida del sistema mundial de distribución de boletería. Esto ocasionó que la venta de pasajes ya no pudiera hacerse en todas las agencias de viajes. En una nota publicada por El Estímulo el 24 de septiembre de ese mismo año indica que “al parecer, el gobierno optó por un selecto grupo de agencias que podrá vender la boletería. El resto de las ventas se hará por la página web, teléfono y en las oficinas comerciales de Conviasa, que son unas 20 en todo el país entre ciudades y aeropuertos”.
Dante Salvatorelli explica que desde entonces la compañía nacional ha obligado a los clientes a contactarlos directamente. “Como institución estamos tratando de que ellos cambien sus políticas. Ellos dicen que tomaron esta medida por cuestiones de fraude. Sin embargo, nosotros decimos que aún existen irregularidades. Por algo se consiguen boletos por fuera de Conviasa”. El vocero de Avavit también expresa su preocupación por la salida de algunas rutas del mercado y que la aerolínea ecuatoriana Tame es la única que vende parte de sus asientos en bolívares.
Pese a estos escollos, miles de venezolanos persisten en su lucha, su caza tiene un propósito: salir de un país que está totalmente destrozado.
*Los nombres fueron cambiados por solicitud de los entrevistados

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