Corte Internacional de Justicia examinará el caso del Esequibo entre Guyana y Venezuela
La CIJ decidió que sí tiene jurisprudencia, por lo que el conflicto fronterizo será evaluado en este tribunal internacional. Venezuela había rechazado esta intervención pero exige a Guyana soberanía sobre la extensa región, rica en minerales y bosques, y que abarca una zona marítima con recursos petroleros
La Corte Internacional de Justicia anunció hoy viernes 18 de diciembre, que tiene jurisdicción sobre la disputa fronteriza entre Guyana y Venezuela. En consecuencia examinará el caso, que se remonta a más de 100 años.
Venezuela, que ha rechazado hasta ahora la intervención de la CIJ, reclama a su vecino soberanía sobre la extensa región del Esequibo, rica en minerales y bosques, y que abarca una zona marítima con recursos petroleros.
Guyana defiende un límite territorial establecido en 1899, cuando aún era colonia británica.
La Corte Internacional de Justicia convocó a ambos gobiernos a plantear sus argumentos sobre la jurisprudencia de la propia CIJ, cosa que el gobierno de Maduro rechazó. Este proceso comenzó en marzo de este año. Pero ya antes se habían marcado algunos hitos.
Por ejemplo, el 29 de marzo de 2018, Guyana pidió a la CIJ que resolviera el conflicto, dos meses después de que el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, derivara a esa corte la disputa fronteriza, de más de un siglo.
Caracas nunca reconoció ese límite y el conflicto volvió a caldearse en 2015, cuando se anunció un hallazgo significativo de crudo en una concesión offshore otorgada por Guyana, que según Venezuela está en las aguas en disputa.
Venezuela reivindica el Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966 con Reino Unido antes de la independencia de Guyana, en el que se establecían bases para una solución negociada y se anulaba el tratado de 1899 que definía la frontera común.
Los ejercicios fueron desplegados desde el estado de Sucre (noreste), muy cerca de Trinidad y Tobago, frente a los límites de aguas en disputa con Guyana
Guyaneses, venezolanos, brasileños e indígenas de un lado y otro viven en este caserío en el Esequibo. La minería se agota, el lugar se ha despoblado y el arribo de militares a las regiones vecinas ha encarecido los costos de los alimentos