Cultura

Breve historia de la lacrimógena

La entrada de “Tear Gas” (gas lacrimógeno) de la Wikipedia en inglés tiene siete fotos: tres fueron tomadas durante protestas en Venezuela en 2014. La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, probablemente dirá que la Wikipedia gringa se ha unido a la campaña internacional de bullying contra el gobierno venezolano.

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Fotografía: Andrea Hernández

El centenario de la lacrimógena (llamada con frecuencia lagrimógena tanto en el gobierno como en la oposición) pasó relativamente por debajo de la mesa. En Venezuela la gente estaba más pendiente de la “Salida” o del Mundial de fútbol de Brasil. Según la publicación estadounidense The Atlantic, se “celebró” en 2014, específicamente en agosto.
Cien años antes, en la denominada Batalla de las Fronteras de agosto de 1914 (el primer choque entre tropas francesas y alemanas en el contexto de la Primera Guerra Mundial), se documentó el primer uso de un agente lacrimógeno. Lo habían desarrollado químicos franceses como una forma de esquivar la prohibición de uso en guerra de “gases venenosos” de la Convención de La Haya de 1899 y fue arrojado para obligar a los soldados alemanes a salir de sus trincheras.
Los franceses lo inventaron, pero los gringos llevaron el gas a otro nivel.
Amos Fries, jefe del departamento de Armas Químicas del ejército estadounidense en la década de los años veinte, es quizás el primer gran teórico de las bombas lacrimógenas. Se le atribuye esta frase: “Es más fácil para un hombre mantener la moral frente a balas que al sentirse rodeado de un gas invisible”.
El gas CS (clorobenzilideno malononitrilo), el agente lacrimógeno más empleado para usos civiles en la actualidad, es desarrollado en 1928 por dos científicos estadounidenses, Ben Corson y Roger Strughton. El general Fries, por su parte, es el visionario que presiente el potencial de los agentes experimentados en la Primera Guerra Mundial para el control de muchedumbres alzadas en cárceles, huelgas de obreros e incluso en colas de usuarios en los bancos durante la crisis económica de la Gran Depresión.
“El gas lacrimógeno está admirablemente diseñado para el propósito de convertir a un grupo amenazador en personas aisladas. Una estampida ciega de individuos que no pueden pensar en otra cosa sino en aliviar su propio malestar. Una consecuencia de su uso será la disminución e incluso la desaparición de la violencia social”, vaticina Fries en perfiles de prensa de 1921. También en Estados Unidos las originales bombas lacrimógenas (que sí tenían verdaderos explosivos y podían estallarle a los policías antes de arrojarlas) se convierten en los actuales cartuchos.
Según The Atlantic, los departamentos de policía de Nueva York, Filadelfia, Cleveland, San Francisco y Chicago fueron los primeros que le compraron gases lacrimógenos al ejército para su empleo en el orden público, así como los gobiernos de Panamá, la India y el territorio de Hawaii, que todavía no se había convertido en un estado de Estados Unidos.
El spray de gas pimienta (o Gas OC), de efecto mucho más rápido y concentrado y el más empleado hoy junto al Gas CS, fue desarrollado para el FBI estadounidense por el químico Kamran Loghman en los años ochenta.
El Bonus Army, veteranos estadounidenses de la Primera Guerra Mundial que en 1932 confrontaron violentamente a la policía en Washington en demanda de mejores prestaciones sociales, fueron probablemente los primeros blancos sistemáticos de gases lacrimógenos, y quizás los primeros que los poetizaron.
“No recurriremos a la violencia innecesaria, nos dice la policía, y aunque no será inofensivo para sus cerebros, los gasearemos con la mejor de las voluntades”, rezaba una de sus consignas, bastante adelantada a los conocimientos de la época.
“Los gases lacrimógenos, en realidad sólidos y líquidos puestos en aerosoles, no son agentes benignos o simples irritantes. En las investigaciones que hemos hecho en el laboratorio, descubrimos que trabajan como gases nerviosos que activan receptores de dolor en el organismo. Según la Convención de Ginebra de 1949 y la Convención de Armas Químicas de 1993, su uso está prohibido en guerra, pero no para el orden público, lo que resulta sumamente ilógico. La exposición a largo plazo a los gases es muy problemática”, señala Sven-Eric Jordt, un profesor de farmacología de la Universidad de Yale entrevistado por la publicación National Geographic en 2013.
Aquel año (2013), el gas lacrimógeno fue empleado de una manera particularmente “excesiva y peligrosa” (según Jordt) en Turquía por el gobierno de Tayyip Erdogan, al que entonces apodaron “Gasman” y “Tayyip el Químico” en su país. “Erdogan quedará como un niño”, declaró el presidente Nicolás Maduro en agosto de 2016 acerca de los métodos de Erdogan para reprimir a la oposición.
Estados Unidos fue denunciado por arrojar gases lacrimógenos dentro de refugios civiles y de los túneles de los guerrilleros del Viet Cong durante la guerra de Vietnam.
Según All Music, Tear Gas (gas lacrimógeno en inglés) es el nombre de una banda escocesa de rock progresivo de finales de los años sesenta, así como el título de un disco de 2009 del rapero negro californiano The Jacka y una canción de protesta del grupo metalero sueco Katatonia: ¿Qué es esto que has puesto en mis ojos, un pedazo de vidrio roto? ¿Acaso este es el momento en que debería arrodillarme ante ti?
Concluye la revista The Atlantic en su especial sobre el centenario de la bomba lacrimógena: “Como ya bien lo sabían los firmantes de la Convención de La Haya en 1899, no se puede llegar a la paz a través del veneno”.]]>

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