El Nobel de Literatura 2020 es para la poesía de Louise Glück
La escritora estadounidense, de 77 años, es considerada una de las mejores de habla inglesa. El Nobel se suma a una larga lista de codiciados galardones que ha recibido como el Pulitzer y el Bollingen
La poeta y ensayista estadounidense Louise Glück, de 77 años, es la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2020, anunció hoy, 8 de octubre, la Academia Sueca.
Louise Elisabeth Glück (que en alemán significa fortuna) nació en Nueva York, Estados Unidos, el 22 de abril de 1943. Creció en Long Island, un suburbio de la ciudad, como parte de una familia judía húngara.
Estudió en la Universidad de Columbia, también en Nueva York, aunque fueron años irregulares. Como estuvo en tratamiento psiquiátrico por siete años, se le hacía imposible cumplir con los horarios académicos y, durante esas ausencias del campus, se dedicaba a hacer cursos de escritura.
Actualmente, es una de las escritoras más reconocidas de Estados Unidos y ha recibido la mayoría de los premios que se entregan en poesía. Por ello a los críticos no les sorprendió este Nobel.
Louise, que ahora vive en Inglaterra, no estaba enterada de que había ganado el Nobel. Se lo informó el periodista de la BBC que la esperaba en la puerta de su casa. Ella llegaba de hacer compras, sin maquillaje, un poco despeinada y con una ropa sencilla. Al enterarse, tampoco pareció sorprenderse mucho. «He ganado todos los premios de Europa», le dijo.
Según la Poetry Foundation, la obra de Glück se destaca por «la precisión técnica, sensibilidad y visión de la soledad, las relaciones familiares, el divorcio y la muerte».
El Nobel de Literatura 2020 se suma a una larga lista de galardones que ya tiene consigo. Algunos de ellos son el codiciado Pulitzer, la medalla de la National Humanities y los premios National Book, National Book Critics Circle y Bollingen.
El triunfo de Aquiles
Este poema de 1985 lanzó a Glück a la fama literaria. Extraemos un fragmento de la página Zaidenberg.
En la historia de Patroclo,
no sobrevive nadie, ni siquiera Aquiles,
que era casi un dios.
Patroclo se parecía a él; usaron
la misma armadura.
En estas amistades,
siempre hay uno que atiende al otro,
la jerarquía
se nota todo el tiempo, aunque no se pueda
confiar en las leyendas:
su fuente es el que sobrevive,
el abandonado.
¿Qué eran las naves griegas incendiadas
en comparación con esa pérdida?
En su carpa, Aquiles
lo lloró con todo su ser,
y los dioses vieron
que ya era un hombre muerto, víctima
de la parte que amaba,
de la parte mortal.
Un poema de Louise Glück
Del resto de su vasta obra extraemos un poema, Gretel en la oscuridad (Gretel in darkness) que compartió Círculo de poesía a propósito de la cercanía de Halloween. En su web ofrecen también otra poesía de Glück, Todos los santos (All hallows) y sus versiones originales en inglés. Para leerlas puede hacer click aquí.
Gretel en la oscuridad
Este es el mundo que deseábamos.
Todos los que querían vernos muertos
están muertos. Escucho el llanto de la bruja
quebrarse bajo la luz de la luna a través de una pared
de azúcar: las recompensas de Dios.
Su lengua marchitándose hasta convertirse en gas…
Ahora, lejos de los brazos de la mujer
y la memoria de la mujer, en la cabaña de nuestro padre
dormimos, nunca tenemos hambre.
¿Por qué no lo olvido?
Mi padre tapia la puerta, tapias de daño
de esta casa, de esto ya tiene años.
Nadie lo recuerda. Incluso tú, mi hermano,
en las tardes de verano me ves como si
quisieras irte,
como si nunca hubiera pasado.
Pero yo maté por ti. Veo abetos armados,
las agujas de ese horno resplandeciente—
En las noches me volteo para que me abraces
pero no estás ahí
¿Estoy sola? Espías
silban en la quietud, Hansel,
todavía estamos ahí y es real, real,
ese bosque oscuro y el fuego en serio.
La crítica la favorece
La crítica literaria Rosanna Warren ha analizado la obra de Glück a profundidad. Concluyó que su «poder» consiste en «distanciar la letra I como sujeto y objeto de atención». Y en «imponer una disciplina de desapego sobre material urgentemente subjetivo».
En sus primeras obras, Glück enfatizó en lo emocional, con despechos, familias disfuncionales y desesperación existencial como protagonistas de su poesía. En la madurez literaria siguió, y sigu,e explorando la agonía del ego.
Para el crítico del New York Times, William Logan, las piezas de Glück son «el resultado lógico de una cierta cepa de verso confesional: hambriento de adjetivos, adelgazado a un conjunto nervioso de verbos, intenso casi pasado, sus poemas han sido oscuros, dañados y difíciles de evitar su mirada».
Su obra más conocida es El triunfo de Aquiles, la pieza que la consagró ante la crítica y los lectores del género.