Aquiles Báez se va de gira por Europa y lleva su música más allá de la diáspora

El compositor y guitarrista venezolano Aquiles Báez, uno de los maestros de la música tradicional venezolana contemporánea, y ejecutante de varios géneros desde el jazz hasta el bossa nova, la música clásica y ritmos afrocaribeños, emprende una nueva gira por Europa, en un nuevo hito de su carrera después de largos meses de encierro obligado por la pandemia del coronavirus y por la crisis de Venezuela. El periplo también supone una serie de reencuentros con muchos de sus amigos profesionales que lo acompañarán en los escenarios.

La gira se inicia la semana que viene en Barcelona y Madrid, para cerrar a finales se septiembre en Lisboa, Portugal.

«Creo que importante proyectar el trabajo que uno viene desarrollando en otras latitudes. Esto es muy interesante porque me doy cuenta de que la música que yo hago es universal, no se limita únicamente a tocarle a la diáspora venezolana, que por supuesto también aporta audiencia más en esta época, y agradecen que uno haga el esfuerzo de ir a lugares como Alemania o la misma España, así como uno agradece el cariño de la gente desde esa nostalgia de la distancia», comenta Báez a El Estímulo.

«Sin embargo, no es nada fácil. La última vez que salí de gira fue en el 2019. Lo ideal sería salir cada año. Tengo mucho tiempo haciendo giras, haciendo carrera internacional. Había parado un poco por la situación venezolana que muchas veces es complicada. Desde Venezuela se ha hecho muy cuesta arriba hacer carrera internacional. Para hacer carrera tienes que estar en un espacio en donde sea posible y funcione viajar», explica.

Cuenta cómo la otra vez los llamaron desde la ciudad de Atlanta para hacer unos conciertos, pero los precios exorbitantes de los pasajes desde Venezuela hicieron que el productor desistiera: «lo lamento mucho, quiero que vengas tu, pero se nos hace muy costoso traerte, voy a traer un músico desde Alemania que me cuesta el pasaje la cuarta parte de lo que me cuesta el tuyo», rememora Báez las palabras del agente musical.

«Sin embargo, acá estamos haciendo el esfuerzo de viajar a pesar de lo costoso que es salir desde Venezuela. Es muy loco, porque lo que hacemos los artistas es promover la imagen positiva del país, y a veces pareciera que no hay el apoyo suficiente para este trabajo del arte».

«Estamos en una época muy difícil en donde lo superfluo le ha robado espacio a la calidad, y tenemos que luchar contra eso. Siempre hay expectativas positivas, uno nunca puede dejar de creer. Ahora tenemos que llegar al punto que la cosa no sea únicamente creer, sino también poder».

Aquiles Báez

Venezuela, territorio duro

Paradójicamente, las ciudades de Venezuela no están por ahora en los planes de una gira del maestro Aquiles Báez.

«Me encantaría, pero no entiendo cómo en Venezuela no se arma un circuito que haga factible, con un mismo proyecto, ir a varias ciudades. Recuerdo que cuando saqué mi disco “A mis hermanos” hicimos una gira nacional con mi trío, en donde fuimos a 11 ciudades, todo guerrero, en los carros propios, llevándonos hasta el sonido. Y después de eso el gasto fue superior al ingreso», señala.

«Así no se puede desarrollar la cultura de un país, y me encanta ir al interior, que siento en materia de música de calidad, está muy desasistido. Sin embargo cada vez que me invitan a tocar en el interior, voy gustoso. Estoy en la búsqueda de espacios alternativos, de hecho este sabado voy a estar en un sitio llamado La Escalera, en Manzanares, con mi querida amiga Betsayda Machado, eso va a ser a las 5pm. Y cuando venga de la gira, toco el día 23 de octubre en el Centro Cultural BOD, en el lanzamiento de los dos discos que voy a presentar próximamente», añade este creador empedernido.

«Siempre he hecho música por las cosas que amo, desde el Ávila hasta mi Casa en la Vela de Coro y desde los afectos a la calidez de la gente de nosotros. Es interesante porque lo que hago siento que tiene un sello muy venezolano, pero a la vez es muy contemporáneo, por ejemplo en esta gira voy a tocar únicamente música compuesta por mí», dice sobre sus fuentes de inspiración.

«Con esto de la diáspora, tengo la suerte de tener muchos amigos en diversos sitios. En España, en Madrid, voy a compartir con Carlos Tales, Carlos Julio (el Oso) Ramírez, Daniel Uzcátegui, Iliana Goncalves. En Barcelona, con Juan Berbín, Ernesto Briceño, Angelina Sanquis, el Ensamble de Cuatros de Barcelona, la gente de Yaunde Tamboo y una niña de 18 años super talentosa llamada Cala Quintero, hija de mis amigos Juan Pablo y María y que es nacida en la diáspora.

«Por otro lado, en París compartiré con otros amigos como Cristóbal Soto, Alexis Cárdenas, Carlos Adames y Dariana López. En Suiza estaré con Roberto Koch, Julio de Santiago y Robert Marcano. Luego en Alemania voy a encontrarme con Yma América, Renis Mendoza y María Mendoza. En Berlín tengo de invitada a una amiga Checa que se llama Marta Topferova que además canta en español y toca cuatro. Cierro la gira en Portugal donde me reuniré con mi querida amiga Andrea Imaginario», adelanta sobre este reencuentro en cadena.

«También estoy aprovechando esta gira para lanzar varios proyectos al mercado. Primero dos libros de partituras de mis composiciones originales y lo otro son dos discos de guitarra sola que tenía en el congelador de antes de la pandemia», agrega.

Este país bipolar

De algún modo los creadores musicales suelen reflejar en sus partituras la época que les ha tocado vivir. La pregunta es inevitable para Aquiles Báez, un virtuoso que ha preferido quedarse en Venezuela pese a las dificultades profesionales y que en el pasado ha rechazado ofertas por ejemplo para establecerse en Boston enseñando en el muy prestigioso Berklee College of Music, de donde es egresado:

¿Cómo percibe Báez a Venezuela hoy? ?Sigue siendo este un país de gente alegre que nace cantando, o las largas crisis perpetuas nos han vuelto más amargados?

«Creo que este es un país totalmente bipolar, que va de la alegría al lamento sin pasar por “Go”. Siento que en los últimos tiempos hay personas que se han dedicado a la amargura y otras que se han dedicado a amargarnos la vida. Pienso que es un país de muchas realidades, lo que hace que todo sea sumamente complejo. Creo que lo político le ha robado espacio a la cotidianidad y muchas veces lo que genera es un clima de tensión en donde no se piensa en el ciudadano. Tenemos que construir desde ese concepto griego de lo que es ser ciudadano, ser personas de bien, en el buen sentido de la palabra. Yo por mi lado no pierdo ni la positividad ni la alegría, porque si no, nos enfrascamos en una negatividad que solo conlleva a un estado depresivo, y eso para mí: Cancelado», reflexiona.