Bajo el oriente de una perla
Una perla es una joya para cualquier momento, representa la esencia y energía positiva de Margarita e inmortaliza los recuerdos creados en ella
Cultura
Hablar de perlas en la venezolana isla de Margarita es nostalgia. De aquel emporio solo quedan recuerdos, leyendas y una historia que, si no se ignorara o desconociera, serviría de lección para el presente.
Cubagua tuvo fama gracias a esa maravilla orgánica tan buscada por la joyería. La avidez de aquellos conquistadores agotó los ostiales. Lo que abundaba a comienzos del siglo XVI, después de 1550 desapareció y Nueva Cádiz, como se bautizó a la primera ciudad venezolana, ya no interesaba.
Margarita también ganó prestigio por sus perlas y la explotación resurgió en el siglo XIX. De acuerdo a las investigaciones de historiadores como Grecia Salazar, la avaricia hizo que se aplicaran métodos nefastos, como rastrear el fondo marino con un instrumento de hierro que lo erosionaba y produjo la desaparición de corales y ostiales.
Algunos joyeros europeos se interesaron en aquellas perlas que poseían un brillo anacarado especial, un oriente único.
Entre esas firmas se encontraba la británica Rundell Bridg & Rundell, fundada en 1787.
El trabajo de joyería de esta cotizada empresa era de tal calidad que se convirtió en proveedora de la casa real británica, siendo responsable de las joyas utilizadas en las coronaciones de Jorge IV, William IV y la Reina Victoria, así como de una amplia gama de platos de banquetes que ahora integran la colección real.
Tarbay o la fascinación por la perla
La firma de accesorios, joyas, calzados y vestuario Tarbay, creada por Ana Sofía y Marta Tarbay, gira en torno a las perlas que están presentes en todas sus colecciones.
“Nuestra fascinación por las perlas, elementos orgánicos marinos se remonta al pasado -comentan- cuando nuestra Isla de Margarita en Venezuela fue nombrada margaritári a partir de su significado en griego: perla”.
Hoy la extracción de perlas desapareció, sin embargo, la leyenda sigue viva porque “las perlas, sofisticadas y atemporales, emanan la luz, magia y esencia de nuestro origen, y están presentes en la historia que hemos tejido desde nuestro inicio en el 2002, como la columna vertebral de todas nuestras colecciones”.
Un bar de perlas
La palabra bar es posiblemente una de esas expresiones que son entendibles y utilizadas en casi todos los idiomas. Podríamos decir que bar es un vocablo universal, todos saben qué es un bar.
Los investigadores en lingüística no se ponen de acuerdo en el origen de esta palabra ya que en varios idiomas existe una raíz parecida en grafía y significado.
En algunas acepciones se lee que bar procede de barrera (en latín, francés, inglés) para separar en las antiguas tabernas, la zona donde se vendía alcohol del resto de la sala donde el público comía.
Pero hay otra teoría y es que el término bar fue inventado en Italia en 1898 por el empresario Alessandro Manaresi quien abrió un restaurante en Florencia donde dispuso de un “Banco A Ristoro”, es decir un mesón para restaurarse o reponer energías con bebidas y comidas, de allí las siglas de BAR.
Pero el bar que nos ocupa es para restaurar la belleza, el brillo y la opulencia de quienes van a lucir las perlas, una idea de Ana Sofía y Marta Tarbay para que los compradores puedan seleccionar con comodidad y criterio estas maravillas que ofrece la naturaleza, que, con la intervención del hombre, se logran gemas orgánicas de altísima pureza y calidad.
El Bar de Perlas de Tarbay, en lugar de bebidas, café, infusiones y similares, lo que se consiguen son perlas de todos los tamaños y estilos, formas y matices de coloración, siempre blancas, algunas blanquísimas, otras anacaradas o en tonalidades rosa salmón.
Las clientes pueden seleccionar en este Bar de Perlas las de su preferencia para solicitar que les confeccionen diferentes tipos de joyas como collares, pulseras, anillos, zarcillos o dijes en tejidos como el entorchado que puede ser simple o doble, el continuo o tiras de diferente tamaño, pero siempre con los parámetros del diseño Tarbay.
Este novedoso bar ofrece perlas redondas, en forma de gota, callo o tipo arroz. Los tamaños varían desde las pequeñas que miden entre 1 mm hasta 6 mm; las medianas oscilan entre los 7 mm a los 12 mm y las perlas grandes desde los 13 mm hasta 16 mm o más.
El ADN de Tarbay se identifica con Margarita y por ello crearon este Bar de perlas, la exhibición más grande de joyas elaboradas con perlas en Venezuela y que nos recuerda aquel mar perlífero que rodea la isla.
De esta manera imprimen el carácter donde se resalta que la perla es inspiración y eje de sus creaciones.
Estas joyas son diseñadas en Margarita y desarrolladas por mujeres de la isla, quienes trabajan en el taller de Tarbay, una especie de laboratorio rodeado de trinitarias y ambiente musical para mejor concentración, donde la artesanía local se convierte en un ente inspirador.
La Patrona del Valle del Espíritu Santo
Cada año diseñan una imagen en honor a la Virgen del Valle, y 2022 no fue la excepción, obra que se incorporó a la colección. La inspiración para esta imagen fue la espuma del mar, un diseño elaborado dentro de la familia de tejidos Paola, característico de Tarbay que emula el movimiento de la espuma.
Sobre una superficie azul como el mar, se bordaron 800 perlas entrelazadas con hilo de oro laminado de 14 kilates que dio forma a la imagen, coronada con un topacio azul. Esta obra fue realizada en su totalidad a mano por la directora de diseño, Marta Tarbay.
Desde el año 2006, Marta Tarbay diseña una pieza de edición especial que es presentada en el Salón Nacional de Arte “Virgen del Valle” del Círculo Internacional de las Artes del estado Nueva Esparta.
La Virgen del Valle es el símbolo de conexión divina con las raíces de esta empresa que tradicionalmente rinde homenaje a la patrona del Oriente, de los pescadores, subrayando así la imagen de la virgen marinera.
Fotos. Anyerber González y Zahraí Cedeño
