Diálogo entre Monet y Mitchell en la Fundación Louis Vuitton
La Fundación Louis Vuitton reúne las obras de dos grandes artistas, de generaciones diferentes, con elementos más comunes de lo que se cree
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En el marco de la Semana del Arte que actualmente se desarrolla gracias a Paris+ por Art Basel en la que museos, galerías y fundaciones han inaugurado fabulosas exhibiciones, la poderosa Fundación Louis Vuitton nos ha presentado un diálogo sublime entre dos grandes artistas como son Claude Monet y Joan Mitchell.
Un total de 70 obras están reunidas para este diálogo además de 50 obras donde podemos apreciar una gran retrospectiva de Mitchell.
Se trata de un paseo completamente sensorial además de poético donde la selección curatorial ha sido la clave para permitirnos no solo redescubrir las pinturas del artista a su edad avanzada sino también el gran talento y pasión por la naturaleza y el color de la artista americana Joan Mitchell.
El arte de Monet y Mitchell
En los lienzos de Monet podemos apreciar su gran amor por la botánica y ciertas flores del jardín de su casa en Giverny tales como los Agapanthus, los Iris, las flores de loto y las rosas, así como los sauces llorones que el pintor adoraba dibujar. Es la primera vez que se pueden ver estas obras reunidas hecho que no había sucedido desde 1956.
Por otra parte, el Museo de Arte Moderno de San Francisco y el Museo de arte de Baltimore se unieron a la Fundación para resaltar el gran talento de la artista Joan Mitchell y sus pinturas abstractas, en las que destacaba la belleza de los paisajes de la Grande Vallée así como de las orillas de río Michigan.
Es una exposición donde podemos ver el talento y destrezas pictóricas de ambos artistas unidos por la pasión de pintar paisajes con técnicas radicalmente opuestas, dos grandes maestros que nos hacen sentir la emoción en cada trazo y pincelada.
De generaciones diferentes (Joan Mitchell nació un año previo a la muerte de Monet) sus pinturas, al inicio, fueron catalogadas como pertenecientes al movimiento del expresionismo abstracto durante la década de los años 50. A su vez, Monet fue redescubierto como el precursor de la modernidad americana, sobre todo por las pinturas realizadas en su edad avanzada.
En sus pinturas tardías, Monet se radicaliza en cuanto a la liberación del color y del gesto para concebir las formas alejándose de las formas de expresión tradicionales adquiriendo una gran desenvoltura en la ejecución de sus pinturas.
Manchas de colores vibrantes flotan sobre las superficies bidimensionales de sus lienzos. Monet se apega a un paisaje que él mismo creó en su jardín con estanque y completamente sembrado de flores y el reflejo de la vegetación sobre el agua se tornó en uno de sus temas predilectos a la hora de pintar.
La asociación entre ambos artistas se reforzó aún más cuando Mitchell se mudó a una casa en Vertheuil, desde donde se veía la casa donde Monet vivió entre los años 1878 y 1881.
«No me hablen de Monet»
Joan confesó que admiraba la obra tardía de Monet pero no las de su juventud e incluso detestaba que la compararan con él. “No me hablen de Monet” solía decir y hoy están uno al lado del otro en esta fabulosa exposición.
La artista odiaba que compararan sus pinturas con las de Monet algo que confesó a la historiadora de arte Suzanne Pagé cuando la visitó en el año de 1982.
“Tenía una fuerte personalidad y era muy directa, además de tener una casa muy bella con una increíble terraza con jardín donde solía invitar y patrocinar a jóvenes artistas y donde la música estaba siempre sonando al fondo», refirió Pagé.
En esta exposición se confirma el singular lenguaje visual de más de 40 años de carrera como artista de Mitchell y las afinidades creativas entre estos dos maestros.
“Yo prefiero dejar a la naturaleza tal cual está. Es demasiado bella así como es. No quiero mejorarla ni cambiarla, tampoco reflejarla. Solo prefiero pintar los trazos que ella deja en mí”, aseveraba Mitchell.
