Recorrido por la Exposición Picasso/Chanel en el Museo Thyssen

Una de las duplas más importantes y quizás el origen de las colaboraciones artísticas, podemos atribuírselos a dos grandes del arte y la moda como son Picasso y Chanel, importantes creadores de su época.

El emblemático Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid ha querido resaltar la importancia de la amistad que surgió entre ambos y los proyectos que crearon las mentes creativas de estos artistas, sobre todo en la década de los años 20 en el París de la época epicentro del avant-garde.

Se conocieron en el año 1917 en el estreno del ballet ruso “Parade” de la mano de Serguéi Diaghilev y Misia Sert, quienes eran las influencias más importantes de las artes en ese momento. Picasso y Chanel se convirtieron inmediatamente en los intérpretes del momento que estaban viviendo y llevaron a cabo sus personales revoluciones de cambio en cuanto a estética se refiere.

Comenzaron colaborando con el gran Jean Cocteau en el ballet “Antígona” en 1917 y posteriormente en el “Tren Azul” en 1922, ambos pertenecientes al ballet ruso de la mano de Serguéi Diaghilev, un genio y visionario de la época a su vez mejor amigo de Misia Sert que, en ese momento, hacía salones de conversación en su casa uniendo a los grandes pensadores de ese momento.

“El arte y la moda son formas de expresión artística y Chanel representa en moda lo que Picasso es para el arte», es una afirmación de Jean Cocteau.

Es importante destacar que cuando ambos genios se conocieron ya los diseños de Chanel se publicaban en las revistas de moda y que, para ese entonces, sus tiendas de Deauville y Biarritz eran cotizadas entre las fanáticas de la moda de la época, mientras que Picasso había desertado los ambientes bohemios de Paris y sus pinturas se cotizaban y se vendían a los coleccionistas de entonces.

La exposición nos lleva por un recorrido en forma cronológica divido en 4 espacios y abarcan las décadas de 1910 y 1920.

El cubismo y el estilo Chanel

En el primer recorrido de la muestra podemos sumergirnos en el movimiento artístico del cubismo que influyó tanto a artistas como a la misma Chanel, Callot Soeurs o Lucile, quienes implementaron un nuevo lenguaje y patronaje a la hora de diseñar donde comenzó a existir un franco diálogo entre la vestimenta y el movimiento corporal.

En esta etapa podemos ver cómo las líneas rectas y patrones geométricos invaden la manera de diseñar de Chanel aportando una modernidad que apenas comenzaba a surgir en términos de moda, además de la utilización de materiales sencillos, para así dar una idea de cercanía y acercar sus piezas a la realidad del momento y el uso cotidiano.

Comenta Paula Luengo, responsable del Área de Exposiciones del Museo, que lo más complicado fue conseguir los trajes de Chanel. Fue incluso más difícil que conseguir las obras del artista.

“Olga Picasso»

Coco Chanel comenzó a frecuentar a Olga Kokhlova, bailarina y primera esposa de Picasso, para quien creó una gran cantidad de modelos. Se conocieron mientras el pintor trabajaba haciendo la escenografía de “Parade” e incluso se le atribuye el diseño de su vestido de novia a Chanel.

En la mayoría de los retratos de Olga está vestida por Coco quien se convertiría en su diseñadora de cabecera a través de piezas lineales, sencillas y favorecedoras, además de permitirle moverse con libertad sin constreñir el cuerpo adaptándose al movimiento, cualidades requeridas en el mundo de la danza y elemento diferenciado de la propuesta de la couturière. El retrato de Olga con cuello de piel es uno de los más importantes de la muestra (1923).

Según un relato de Cocteau, Kokhlova vistió un diseño de Chanel para el día de su boda con Picasso, escogiendo una “silueta muy Biarritz” y en muchos de sus retratos viste diseños de la francesa.

Se llegó a rumorar de una posible relación entre ambos pero no consta en ningún documento. Solamente están exhibidos una invitación a una fiesta de la diseñadora para los Picasso-Kokhlova, un libro que el artista le regaló así como una fotografía que Picasso guardaba de Chanel.

“Antígona”

Esta versión de la tragedia griega de Sófocles fue escrita en 1922 por Jean Cocteau y se trató de la primera vez que ambos creadores, Picasso y Chanel trabajaron juntos profesionalmente. La diseñadora aprendió tanto de esta experiencia que declaró: «Son los artistas los que me han enseñado el rigor”.

Picasso realizó la escenografía pintando el cielo azul y las columnas dóricas sobre tela, las máscaras del coro y los escudos de los guardias, cuya inspiración se basó en los vasos y ánforas de la antigua Grecia. Por su parte, Chanel diseñó los trajes en gruesa tela escocesa en marrón, color crudo y rojo ladrillo contrastando con los decorados cuya gama de color había sido elegida por Picasso.

La crítica aplaudió el trabajo de los dos artistas pero la diseñadora tuvo grandes elogios por parte de la prensa especializada.

“El tren azul”

Esta opereta fue producida por Diaghilev en 1924 y se trató de la segunda y última colaboración entre ambos artistas. El tema principal gira en torno a las actividades de ocio de la época tales como los deportes o tomar el sol (una auténtica revolución de la época que mostraba el estatus de las personas de clase burguesa y alta ) y relata un viaje de unas personas que se trasladan desde París hacia la Costa Azul.

Diaghilev descubrió el cuadro “Dos mujeres corriendo por la playa” y se lo pidió prestado a Picasso para utilizarlo como decorado en el telón de la obra. A su vez Chanel diseñó los trajes deportivos pero tuvo ciertos inconvenientes con la movilidad de los bailarines.

Carlos Abendi, comisionado para la celebración del 50 aniversario de la muerte de Picasso, lo definió como «un científico del arte que experimentaba con sus hallazgos y, en paralelo, Chanel diseñaba los trajes que liberaron a la mujer”.

Definitivamente es un gran diálogo entre mentes brillantes. La exposición estará abierta al público hasta el 15 de enero de 2023 en el Museo Thyssen-Bornemisza, Paseo del Prado, Madrid. Más por @museothyssen

@titinapenzini