Cine y TV

Lucille Ball y Desi Arnaz, drama dentro de la comedia

Nicole Kidman y Javier Bardem reviven en un filme de Aaron Sorkin el tempestuoso matrimonio de una de las parejas más famosas de la TV estadounidense, creadores de la icónica “Yo quiero a Lucy”, producción que definió y fijó las pautas del sitcom televisivo

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Lucille Ball y Desi Arnaz
Fotos: Amazon Prime Video

Una de las parejas más famosas de la televisión estadounidense fue la que integraron la norteamericana Lucille Ball y el cubano Desi Arnaz -esposos en la vida real-, protagonistas de Yo quiero a Lucy (I Love Lucy), una de las comedias de situaciones más vistas de todos los tiempos.

El programa hizo historia por más de una razón. A fines de la década de los 40 ella había convencido a la cadena CBS para llevar a la TV la exitosa comedia radiofónica Mi esposo favorito, que protagonizaba junto al actor Richard Denning desde 1948. Pero planteó dos exigencias: que fuera su propio esposo el que hiciera ese papel en la ficción y que la empresa productora de ambos, Desilu, se encargara de hacer el show en Los Ángeles, en vez de Nueva York, como era habitual en esos tiempos.

Los ejecutivos de la CBS aceptaron, después que la actriz ensayó, junto a Desi y con muy buenos resultados, varias escenas con público en el estudio. Ella financió, con 5 mil dólares de su bolsillo, la filmación del programa piloto. Para más señas, fue la primera serie que se grabó frente a una audiencia en vivo. Para ello se utilizaron tres cámaras simultáneamente, una fórmula que marcó desde entonces el formato de sitcom. También no había precedentes hasta ese momento de que una empresa productora, independiente asumiera semejante reto.

La trama era divertida y resultaba atractiva para desarrollarla en episodios semanales. Narraba las peripecias de Lucy, decidida a toda costa a ingresar en el mundo del espectáculo, mientras su esposo, Ricky Ricardo (Desi Arnaz), líder de la banda musical del club neoyorkino Tropicana, se empeñaba en que ella sólo fuera un ama de casa. Ambos inmediatamente conquistaron al público, tanto como las subtramas centradas en torno a las vicisitudes de la pareja junto a los Mertz (Vivian Vance y William Frawley), sus vecinos y mejores amigos en el edificio de apartamentos de clase media de Manhattan donde habitaban.

La serie aún se transmite en varias partes del mundo

Realidad y ficción en clave de humor

La comedia, que comenzó a emitirse en 1951, también fue pionera en mezclar la ficción con la vida real de sus protagonistas. En 1953, la llegada al mundo televisivo del primer hijo del matrimonio  (el pequeño Ricky), se produjo la misma noche en que la actriz daba a luz al segundo vástago de su unión con Arnaz. Por primera vez en la historia de la TV se utilizaba un embarazo como tema de ficción. Cabe destacar que el episodio, emitido el 6 de enero, tuvo más rating que la ceremonia de asunción, al día siguiente, de Dwight Eisenhower como Presidente de los Estados Unidos.

No fue este el primer episodio llamativo en la vida real de Lucy que tuvo que ver con su celebrado show de comedia. En 1936 se había afiliado al Partido Comunista, menos por convicción ideológica y más por seguir la moda de sus compañeros de oficio del  Hollywood de entonces, férreos críticos del nazismo en los albores de la segunda guerra mundial.

Pero ya olvidada esa “frivolidad” -así la calificaron sus abogados-, casi 20 años después, en 1953, en pleno auge del macartismo y cuando su programa estaba en la cresta de la ola, fue llamada a declarar ante el tristemente célebre Comité de Actividades Antinorteamericanas. En su declaración negó su intención de seguir apoyando a los comunistas. Su marido aprovechó ese tenso momento para incluir en “Yo quiero a Lucy” un gag en el que decía que “lo único que ella tiene rojo es el pelo. E incluso eso también es falso”.

Lucille Ball en un sketch de ‘Yo quiero a Lucy’, comedia que la elevó a la fama

¿Matrimonio idílico o pesadilla?

La pareja se conoció en 1940, durante el rodaje de la versión cinematográfica del musical “Too Many Girls” y en dos días ya estaban enamorados. Se casaron ese mismo año y ya en 1944 Lucille pidió el divorcio  por primera vez. Pero luego llegó la serie, sus dos hijos y el mundo creía que el matrimonio era tan feliz como los Ricardo, que cada semana mostraban su día a día en forma hilarante y armónica.

Pero en 1960, finalmente Estados Unidos descubrió, por boca de la propia Lucille Ball, que el matrimonio idílico había sido una pesadilla. Tras el divorcio, la pareja mantuvo las formas, pero luego se supo de las infidelidades, las borracheras y la dolorosa diverticulitis de Desi.

“Yo quiero a Lucy” siguió siendo un suceso sin precedentes hasta su salida del aire en 1957, después de seis exitosas temporadas. Debido a la astucia empresarial de Lucy y Desi, quienes también lograron que se aceptara que Desilu, su empresa, grabara los capítulos semanales, en vez de realizarlos en vivo, como se estilaba en los espacios de comedia, posibilitó que pudieran disponer de ellos para reponerlos en cualquier oportunidad -doblaje en otros idiomas mediante- para que se emitieran en todo el mundo.

Parecían una pareja feliz y divertida, pero la procesión iba por dentro

Cuando el matrimonio decidió separarse, Lucille ya era presidenta de una compañía que facturaba al año 25 millones de dólares. Desilu luego produjo otras series míticas, como Viaje a las estrellas, Los Intocables Misión imposible. Después llegaron dos más estelarizadas por ella, El show de Lucy y Aquí está Lucy, ambas muy exitosas, pero sin alcanzar los niveles de Yo quiero a Lucy. Sin embargo, las tres aún se mantienen hoy día en la franja nostálgica de cientos de cadenas y televisoras de todo el mundo, donde la notable comediante, a 32 años de su desaparición física, todavía continúa haciendo reír con sus alocadas peripecias.

Con este bagaje, Lucille Ball se convertía así en la primera mujer productora ejecutiva de ficción para la pequeña pantalla, otro hito indisoluble de su creciente prestigio artístico.

Entretelones de una pareja turbulenta

La historia de esta pareja, así como la del programa que los empujó a la estelaridad definitiva, tiene los suficientes ingredientes como para hacer una película. Y ahora las expectativas se ven satisfechas ante el inminente estreno, el próximo 10 de diciembre, de “Being the Ricardos”, que hace referencia al apellido que la pareja Ball-Arnaz mantenían en la serie de televisión que los lanzó al estrellato.

Se trata de un filme dramático con toques de comedia, escrito y dirigido por Aaron Sorkin y estelarizado por Nicole Kidman y Javier Bardem.

Kidman y Bardem como Lucy y Ricky en el poster de su nuevo filme

Desde que se anunció su producción, a fines de 2020, “Being the Ricardos” (Siendo los Ricardo) pasó a ser una de las películas más esperadas del año. La trama del largometraje, producido por Amazon Studios, sigue al matrimonio durante el transcurso de una semana laboral, lo que tardaban en producir un capítulo de I Love Lucy”, que elevó a Ball como la primera megaestrella de la TV estadounidense, alcanzando un estatus que solo gozaba el star-system de Hollywood.

Aaron Sorkin (La red social), como director y guionista, se encargó de poner el foco en el conflictivo y turbulento vínculo, personal y profesional, que había entre Ball y Arnaz. El plan del realizador fue contar la historia de forma general, lineal, deteniéndose en momentos específicos de la relación. La sinopsis oficial, proporcionada por Amazon, es más que descriptiva:

Lucille Ball (Nicole Kidman) y Desi Arnaz (Javier Bardem) se ven amenazados por graves acusaciones personales, el desprestigio político y tabúes culturales en el drama detrás de las cámaras ‘Being The Ricardos’. A través de una visión reveladora de la compleja relación romántica y profesional de la pareja, la película lleva al espectador a la sala de guionistas y al estudio de sonido, mientras muestra lo que le ocurre a Ball y Arnaz de puertas para dentro en una semana crítica durante la producción de su innovadora sitcom”.

“Relación tempestuosa y compleja”

Como el tráiler y los primeros detalles de la cinta anticipan, durante ese periodo de tiempo el dúo se enfrentaba a una crisis que ponía en peligro su matrimonio, sumado a una investigación, ya aludida, por parte del FBI a la actriz, quien había sido registrada como miembro del Partido Comunista en 1936.

En su momento, muchos fanáticos señalaron que Debra Messing (Will & Grace) era la elección natural para interpretar a Lucille Ball. Sin embargo, cuando se conoció que Kidman sería la elegida para el rol, no hubo inicialmente mayores reticencias.

Lucie Arnaz y Desi Arnaz, hijos de la pareja, participaron en el equipo de la película como productores ejecutivos. El motivo para haber aceptado esta responsabilidad, expresaron con total franqueza, es “porque es una historia sobre la verdadera relación de nuestros padres, tempestuosa y compleja”. Con el beneplácito de los herederos de los cómicos, Sorkin tuvo vía libre para contar la historia tal y como fue. Esta será su tercera película como director, después de “Molly’s Game” y “El juicio de los 7 de Chicago”.

Arnaz y Ball, en la imagen inteepretados por Bardem y Kidman, produjeron otras series como ‘Viajes a las estrellas’ y ‘Los intocables’

Junto a Bardem y Kidman también figuran, como parte del elenco estelar, J.K. SimmonsNina AriandaTony Hale y Jake Lacy. Aunque en la industria se vaticina que el filme podría colarse en los listados de los potenciales títulos a competir en la próxima temporada de premios cinematográficos, entre ellos los Oscar (así lo sostienen publicaciones especializadas como Variety), no debutará exento de polémica.

En defensa de Bardem y Kidman

Aaron Sorkin dio su primera entrevista en profundidad sobre “Being the Ricardo’s” a The Hollywood Reporter, poco antes de emprender la filmación de la película. Y lo hizo por los controvertidos comentarios que, vía redes sociales, escribieron no pocos fanáticos de “I Love Lucy”, criticando la elección de Nicole Kidman. Argumentaban que no se parecía  a la verdadera Lucille Ball.

Sorkin manifestó que no le preocupaba nada de eso cuando realizaba el casting. Quería que Kidman interpretara el personaje que escribió en página, antes que intentar hacerse pasar por la verdadera Lucille.

“Hicimos esta película durante el Covid, así que vía Zoom, con Nicole, Javier y todos los demás, les dejaría previamente muy claro que no estaba buscando una suplantación física o vocal de ninguno de los personajes”, puntualizó Sorkin.

-Antes del primer ensayo, les escribía todos los días: “Simplemente interpreten a los personajes que están en el guión”. Sé que Nicole estuvo trabajando en la voz de Lucy durante un tiempo, y quería aliviarla de eso.

En cuanto a la elección del español Javier Bardem para encarnar al cubano Arnaz, que también se criticó al principio, Sorkin sostuvo que no era la primera vez que el actor interpretaba a un cubano. “Ya lo hizo hace más de dos décadas, encarnando al poeta Renaldo Arenas en ‘Antes de que anochezca’ y recibió una nominación al Oscar, no una andanada de críticas”.

Nicole Kidman y Javier Bardem resultaron favorecidos por las primeras críticas

Cuestión de talento, no de origen étnico

“Es fácil entender la frustración de los actores latino norteamericanos por la falta de oportunidades y de representación, y es cierto que Bardem se lleva las mejores oportunidades, pero es una respuesta a su talento, no a su pasaporte o al color de su piel”, que le gusta camuflar con peculiares peinados, como el de Anton Chigurh en ‘No es país para viejos’, o las canas de ‘El buen patrón’, apuntala Aaron Sorkin en torno a este sensible tema.

“Javier es distinto, es único. No se puede interpretar la nacionalidad española o cubana, del mismo modo que no hay que ser heterosexual para interpretar la orientación sexual”, reflexiona el realizador en defensa de su protagonista.

Por otro lado, para Bardem, Desi fue un verdadero descubrimiento. “Yo no sabía mucho de Arnaz, en España no era tan popular como en Estados Unidos, pero conocía su historia. Una vez que empecé a ver sus videos, me enamoré del papel. Llegué a obsesionarme porque era un genio como músico, como productor, como actor, como cómico, como ejecutante de bongó. Triunfó siendo un extranjero en este país”.

Lucie Arnaz, la hija de Lucille y Desi, ya ha dejado constancia de dar su bendición al casting de Kidman y Bardem. En un comunicado, dijo que Nicole “se convirtió en el alma de mi madre. Ella se le metió en la cabeza. Ella se preocupaba mucho por esta parte, se nota. Y creí todo lo que ella dijo”.

Y sobre Bardem añadió: “Realmente no se parece mucho a mi papá. Pero tiene todo lo que tenía papá. Posee su ingenio, su encanto, sus hoyuelos, su musicalidad, su fuerza y ​​tenacidad, y se puede decir, por la actuación, que simplemente lo amaba”.

Las primeras críticas

En las presentaciones privadas que selectivamente se han producido en días recientes a los cronistas de Hollywood, las críticas han sido en líneas generales buenas. He aquí una muestra:

Una fascinante mirada a una tensa semana de Lucille Ball y Desi Arnaz, bajo presión en muchos frentes con ‘I Love Lucy’ y su matrimonio en juego. Kidman y Bardem ofrecen unas actuaciones dignas de un Oscar. Pero los flashbacks con imágenes de envejecimiento generadas por computadoras son espeluznantes”.

Anne Thompson (NBC News)

Es mucho mejor de lo esperado. Aguardaba una película ‘elegante y suficientemente buena’, pero es fluida, de primera categoría, está escrita de forma brillante y está muy bien interpretada, especialmente por Nicole Kidman, Javier Bardem y J.K. Simmons”.

Jeffrey Wells (Hollywood en Otro Lugar)

Me dejó con un charco de lágrimas. Qué hermoso y profundamente conmovedor vistazo entre bastidores de las presiones y complejidades que conlleva la realización de esa serie, con sus altibajos y todo lo demás. Nicole Kidman está increíble”.

Perri Nemiroff (Rotten Tomatoes)

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